Entre Tú Stand y El Mío

Capítulo 24

Sander tomo a Sindy entre sus brazos y empezaron a bailar una balada lenta, la música era suave y se mantenía sin ningún cambio. 
—No me parecía que supieras bailar.—Dijo Sindy cerca del pecho de Sander. 
—Si sabes he aprendido. —Ambos seguían el ritmo de la música.
Sindy estaba recostada en el pecho de Sander aunque no le importó que todos le miraran como una quinceañera cosa que Sander noto enseguida.
—Nos miran todos Sindy.
—No me importa.
—Si pero es incómodo. —Sindy teniendo compasión del chico, se acordó que Sander no era como ella, y que no le gustaba llamar la atención.
—Pues mírame a mí y a nadie más, o es que estas interesada en una de mis primas.—Sander hizo un breve silencio que dejaba a Sindy en duda.
—Solo tengo ojos para ti.
Sindy sonrió mientras seguían bailando, después la música se puso algo más rápida y la balada se convertía en un pasodoble, Sander también mostro habilidad bailando, movía sus pies ligeros por toda la pista de baile, alejando a las demás parejas y dejando a su novia en medio de todos, el resto de personas al verlos bailar formaron un circulo, hasta la madre estaba sorprendida con la forma como movía sus caderas, en una mezcla de flamenco y sensualidad, mientras Sander esperaba que ella se acercara para continuar con el baile, la chica fue moviendo sus brazos de forma suave y lenta, daba vueltas en el aire, brincaba con gracia y seguía con sensualidad, ahora ella se motivaba con el chico, Sander la tomo de las manos uniéndose nuevamente, le dio una vuelta, los pliegues del vestido se levantaban en efecto de la gravedad. Sindy puso su cabeza debajo del cuello de Sander, entonces siguiendo el ritmo de la música Sander tomo la cintura de la chica y la elevo en el aire haciendo un movimiento certero. Luego la bajo dándole un giro a su cuerpo y poniéndose de rodillas, la chica meno sus caderas mientras se levantaba el seguía con ritmo el aleteo de las caderas, Ambos bailaban con elegancia. El resto de personas ya habían sacado sus Smartp-hone para grabar esa obra de arte.  
Sander se quitó el saco de su traje y lo arrojo al público, y se soltó el moño de la corbata, Sindy animaba a la gente aplaudiendo con los brazos elevados, ella bajo sus manos y rápidamente las estiro para tomar las de Sander, el chico la recibió con ternura y la empujo a su cuerpo le dio una vuelta hasta pegar sus caderas a su estómago y bajar juntos. Luego Sander se puso de rodillas nuevamente, y Sindy salto encima de él pasándole por arriba de un brinco. La gente se impresiono, Sander se levantó del suelo y se puso al ritmo de la chica ahora le tocaba novelarse, vuelta paso, paso paso vuelta. Así continuamente en un vaivén de sonrisas en sus caras, Sander tomo y alzo a Sindy luego la sentó en sus hombros y el giro sobre sus talones, luego la bajo con gran habilidad, y la dejo en el suelo nuevamente, la música aumento de escala y Sindy también, ahora ambos se movían con más rapidez y con un corte desperfecto la música paro, dando paso a la última vuelta y haciendo que Sander tomara de las manos a Sindy y la bajara hasta unos cuarenta y cinco grados del suelo, y todo terminara con un beso. 
Sindy después del baile aun en los brazos de Sander, vio el sudor del cuello del chico, se había esforzado por sostenerla cuando estaba arriba, y además seguía con habilidad sus pasos, estaba excitada en su pecho un sentimiento que ardía por él, era emocionante y apasionado. Sander estaba claro que las cosas entre Sindy y el después de ese baile se acercarían aún más, miro a los bellos ojos de la chica que sostenía y sonrió con parsimonia.
—Te ves muy linda.
—Estoy sudada.
—Yo también. 
—Bailas bien para ser de Pamplona.
—Y eso tiene algo que ver.
—No pero no sabía que en tu pueblo había mucho nivel.
—Y eso que no me has visto haciendo Tuerking. —Sindy soltó una carcajada que no pudo contener. 
—¿Enserio?
—Nunca te he dicho mentiras.
Sander levanto a Sindy mientras que Alexis se acercaba para ver a los jóvenes apasionados. 
—Vaya que buen baile. ¿Hija desde cuando no bailabas desde los quince?
—Un poco menos.—Dijo acomodándose el escote del vestido.
—Sander bailas muy bien hijo.
—Gracias Señor. 
—Vámonos.—Sindy tomo la mano de Sander saliendo de allí inmediatamente.
La gente empezó a esparcirse mientras que los dos se alejaban a la tranquilidad del basto jardín de la casa, Sindy estaba riendo al tope, no creía que hubiera podido bailar otra vez desde hacía mucho tiempo. 
—Eso que hiciste adentro, fue impresionante Sindy ¿De dónde bailas tan bien?
—Desde pequeña fue a clases de danza, me encantaba el pasodoble y el flamenco.
—Pues lo haces muy bien. —Sander le hizo una caricia en la mejilla.
—Si tú lo dices. 
Ambos se sentaron en la banca mientras miraban al cielo.
—¿Que tan lejos estarán las estrellas?—Pregunto Sindy mirando al cielo.
—Mucho.—Sander contesto con paciencia. 
—Sander sabes que tengo que contarte cosas.
—Que quieres decir.—Sander frunció el ceño.
—Hay cosas de mí que no te he dicho aun.
—¿Que son esas cosas?
—Sé que no soy la mujer perfecta, pero, si te gusto así como soy—Sander la miro con interrogo— me daría mucha alegría que te quedes conmigo. Vera me dijo que no te escondiera nada, y tenía razón. Sander soy infértil. Así que si tenías intenciones de casarte conmigo y tener hijos, lamentablemente yo no te los puedo dar. 
Sander no contestaba tenía una cara de póker. Después de unos segundos el hablo cortando el silencio infernal.
—Dices que eres estéril. —Sindy afirmo con la cabeza y le estaba costando hacerlo—. Pero no puede ser, su eres una mujer muy sana. Y… 
—No—Interrumpió la chica— paso algo en mi adolescencia.
—¿Que paso?—Sander estaba impactado con lo que la chica de pelo negro le decía.
Sindy intento hablar pero un nudo se formaba en la garganta cuando pensaba en aquel suceso. 
—Me violaron. 
—¿Cómo?
—Un día cuando tenía 18 años, fui a una fiesta. Con una pareja que había escogido mi papá se llamaba Roberto. Y él me emborracho, y me pego, y me violo. —A Sindy le chorreo una lágrima por las mejillas, Sander inmediatamente se acercó y la abrazo—. Yo… No sabes el miedo que sentí. Y cuando desperté estaba sangrando y tuve que ir al hospital, fue cuando me dijeron que no iba a poder tener más hijos.—Seguía llorando—. Soy una inútil.
—No, no lo eres.
—Si Sander lo soy, me deje ilusionar por una basura que abuso de mí. 
—Fue un erro.—Intento compensar el chico.
—Sander tú vas a sufrir a mi lado.
—No. 
—Solo te estorbare, ni siquiera puedo hacer que tengas un orgasmo, mis piernas están horrendas, y mis cicatrices te harían huir, soy fea, y además me siento asquerosa. 
—Sindy mírame.—Levanto la barbilla de la chica hasta ver su rostro, este estaba rojo y con lágrimas por todas partes. Mas la ternura de su cara hizo que Sander le diera un beso luego se alejó un poco y pego su frente con la suya— aunque tú digas todo eso, lo que siento por ti es real y aunque digas que eres la chica más fea, yo pienso que eras la más linda de todas. Y eso de los orgasmos no lo hemos intentado aun así que no saques conclusiones vagas. 
—Sander.—Sindy lo abrazo con más fuerza hasta desahogarse. 
—No digas nada solo llora.
Sindy siguió llorando hasta que dejo completamente la empapada la camisa de Sander, el solo se limitó a escuchar los sollozos de culpa y dolor.
—Sindy intentaremos esto poco a poco. 
—Si.—Ella se quitó las lágrimas de la cara—, perdona te empape la camiseta.
—Eso no importa. Ahora volvamos a la fiesta porque tus padres deben estar esperándonos. 
Siguiendo a Sander Sindy entro en la mansión agarrada de las manos del chico y después volvieron a bailar pero estas vez con menos ímpetu que antes. Pasaron las horas y la sala se fue vaciando poco a poco, hasta que los únicos que quedaron fue la familia, inmediatamente los padres de Sindy cuando pasaron más de la media noche se fueron a dormir, mientras ella y Sander se quedaron en el cuarto quemándose a besos apasionados. La locura y pasión subió al techo, y Sindy no pudo resistir las manos traviesas y picaras de Sander que traían un calor excitante a su cuerpo. Sander besaba desde el cuello como si no hubiera un mañana. Sindy dejó caer el escote de vestido, y Sander se apodero de su pecho con ternura y calor, poco a poco se fueron iniciando la hoguera de pasión, Sindy soltaba suaves y continuos gemidos, no recordaba la última vez que le había tocado un hombre y menos de la forma como lo hacía Sander. Dejo caer su vestido.  Y Sander vio las piernas marcadas de la chica. Las cicatrices eran muchas. 
—Lo ves soy…
—shhh. —Sander callo a Sindy de un beso apasionado y empezó a mover sus manos de arriba  abajo en las piernas largas y suaves de la chica.—Tienes las piernas más lindas y suaves del mundo. Dijo en el oído de la chica, Sindy clavo sus dedos en la espalda del chico y se consumieron más. 
La noche parecía interminable para los amantes, atados a los eternos gemidos de pasión y los sentimientos palpitantes en su corazón. Así bajo un ventanal gigantesco que reflejaba la luz de la luna hicieron el amor. 
 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.