7 en punto de la mañana y yo ya me encontraba de camino a la habitación de Fiorella con toda la energía de darle un baño y prepararla para el jardín, según Fiorella la niña ingresa al mediodía pero que el día de hoy saldría en la mañana con Rubí y Ciro. Entré a la recámara y la encontré durmiendo plácidamente y sentí lastima de levantarla pero el deber llama.
Entre cantos y risas la hago reír y que pueda disfrutar su baño, su primer baño. Le puse un vestido en tonos dorados y blancos y unos zapatos de charol blancos con sus calcetines de encaje. Le peiné su lindo cabello rubio y le puse dos ganchitos para apartar algunos mechones de su rostro.
La sostuve entre mis brazos y entre cantos, si nuevamente, salimos de la habitación encontrándonos a Edward de camino.
—Veo que alguien se levanto con toda la actitud. —.e escaneó de arriba hacia abajo y yo entorné mis ojos.
—Es la manera que encontré de que no llore mientras la ducho.
Él ríe y me acompaña escaleras abajo donde Dorothea ya se encuentra con los desayunos listos. Dejé a Fiorella en su sillita especial dónde delante de ella tiene un cereal de hojuelas de avena y leche de almendras, y en un termo había jugo de naranjada. Le ayudé a comer mientras que Edward en el otro extremo hacia exactamente lo mismo.
—Buen día familia.
Mi piel entera reconoció aquella voz y entró en jaque, Ciro me pasa por un lado para dejar un beso sobre el cabello de su hija y ocupar la silla junto a ella.
—Yo me encargo, Lena, tu ve a comer con Dorothea.
—¿Seguro? No tengo problema en atenderla mientras usted desayuna.
Ciro niega y bueno, no podía hacer más nada así que regrese con Dorothea.
—¿Te agrada el trabajo? —. Me pregunta ella, cuando nos encontramos tomando café y comiendo un pan tostado con fruta picada.
—Es lo que andaba buscando y el pago es bueno.
Hablaría de este trabajo con mi madre cuando tenga oportunidad, necesito saber cómo va su situación allá en Israel y si tanto Briana y ella se encuentran bien.
—Le agradaste al Señor Ciro y eso es puntos extras. —. Comenta entre risas.
—Bueno, tampoco es que sea tan difícil de tratar.
Ciro es amable pero también se ve que tiene carácter, supongo que hay que saberse ganarse su protección y apoyo y sinceramente me agrada mucho haberlo ganado por medio de mis buenas acciones.
—¡Hola, mis lindos! —. Se escucha desde el comedor, curiosa observé a Dorothea y ella responde:
—Es Rubí, saldrá con Ciro y Fiorella a las terapias semanales de la niña.
Ouh.
Terminé con mi comida y salí al llamado de Ciro.
Edward ya estaba preparando sus cosas para marcharse antes se despidió de su pequeña sobrina y de su hermano, Rubí cargaba a Fiorella en sus brazos mientras que le hacía muecas divertidas.
—A las once traeré a Fiorella para que la alistes, tiene clases al mediodía. —. Yo asiento ante su orden.— Tienes libre desde esa hora hasta las cinco de la tarde, aunque es recomendable que estés una hora antes de que ella llegue. No dejes que me vaya a esperar despierta, tendré reuniones importantes y llegaré tarde.
—Está bien, Señor Baker.
Él asiente y luego de despedirse de nosotras sale de la casa acompañado de la pequeña niña y de Rubí.
La mañana pasó relativamente rápida y en efecto, él la dejó acá en casa a las once y diez de la mañana, le di almuerzo y la preparé para su medio turno en el jardín de infantes. Su transporte la vino a buscar y yo comencé a prepararme para irme igual a mis clases en la universidad. Dorothea tiene mi número y ella me llamará cuando sean las cuatro y así llegar antes.
—Estabas perdida, guapa.
Katy Pérez mi buena amiga me recibe en el aula cuando ya casi me faltaban cinco minutos para empezar.
—El trabajo me consume toda mi mañana y eso que empecé ayer.
Katy es hija de inmigrantes cubanos y es agradable, fue hasta este semestre que nos hicimos buenas amigas y aliadas en la carrera.
—¿En qué demonios trabajas? Te dije que en ese bar no era buena idea.
Antes de que Dorothea apareciera como un ángel a salvarme unos amigos me habían encontrado trabajo de mesera en un bar que abre de viernes a domingo hasta las dos de la mañana. Katy se escandalizó cuando le comenté que pensaba aceptar y bueno, la historia queda ahí porque en esa misma tarde que pensaba aceptar fue cuando Dorothea apareció.
—De niñera Katy.
Ella se sorprende, se ve que no tengo pinta de tolerar berrinches pero… Fiorella era diferente, ella es un ángel y es muy educada.
—¿Hija de quién? ¿Al menos pagan bien como para que te pierdas? —. Le enseñé foto del contrato, en especial la parte donde sale cuánto me va a pagar Ciro Baker por cuidar a su niña.— ¡Joder, Lena! ¿Hay vacantes disponibles?
—Lastimosamente el Señor Baker solo tiene una hija.
Ella hizo un puchero con sus labios lo cual me causó gracia. Katy es elocuente y siempre encuentra la manera de hacerme reír.
—No bueno, con ese trabajo tan fácil y ese pago cualquiera se pierde sin dejar rastros.
—Me encanta mi trabajo. —. En especial un rubio de encantadores ojos azules.
Maldición, había estado manipulando mi cerebro para que no vea a Ciro de ese modo, es indebido y hasta inapropiado y más ahora que hay un contrato legal de por medio, donde claramente se señala que no puede existir un roce más personal entre los dos.
De inmediato me entristeció ya que en mucho tiempo no me ha gustado nadie y no había pensado en nadie como ahora pienso en Ciro y esta jodidamente mal porque aparte de ser mi jefe es unos cuantos años más grande que yo, y puedo ser ya mayor de edad pero igual siento que es indebido.
—¿Con que Ciro Baker eh…?
—Eres una tremenda cotilla, Katy. —. Había leído la parte donde se pregunta el nombre del tutor legal de la niña.
—Es un papucho ese hombre, todas en algún momento sentimos un crush por uno de los hermanos Baker. —. Ella hizo una mueca extraña que me causó curiosidad.— Es una lastima que estén tan jodidos.
Editado: 04.08.2025