Entre Tulcán y Pasto

Cap 12: "Lo que vendrá"

La brisa húmeda del atardecer en Guayaquil acariciaba los rostros de Julián y Mateo mientras caminaban de la mano por uno de los senderos del parque acuático. El día había sido perfecto: sol, risas, agua, y la compañía sincera de Fercho, quien por fin parecía parte real de sus vidas.

Julián sonreía al ver cómo Mateo se secaba el cabello aún mojado, mientras ambos se alejaban un poco del grupo. Buscaban un momento para ellos, sin ruido, sin opiniones ajenas, solo el murmullo del agua cayendo de una fuente cercana.

—Nunca imaginé que todo esto fuera posible —susurró Julián, deteniéndose frente a un banco de madera donde se sentaron. Sus ojos brillaban.

Mateo lo miró con ternura.

—Ni yo. Pero si algo me ha enseñado todo este camino… es que vale la pena luchar por lo que uno siente. —Le acarició la mejilla, con el gesto suave de quien no tiene prisa.

Ambos se quedaron en silencio, hasta que Mateo pareció recordar algo.

—Hoy hablé con alguien. Una mujer que estaba cerca del área de comidas, Laura. Nos escuchó hablar de nosotros… y se acercó. Dijo que admiraba nuestra historia. Que veía amor verdadero entre nosotros… —Mateo bajó la mirada, pensativo.

—¿Y?

—Ella... me dijo que siempre había querido ayudar a una pareja LGBT a formar una familia. Que estaría dispuesta a ser donante de óvulo y gestante si nosotros algún día… quisiéramos ser papás.

Julián abrió los ojos con sorpresa. Por un momento, su corazón dio un vuelco. Luego sonrió, nervioso.

—¿Tú quieres ser papá? —preguntó, con la voz casi temblando.

Mateo asintió.

—Contigo… sí.

—¿Y si no sale bien?

—¿Y si sí? —respondió Mateo, con esa mirada que desarmaba todas las defensas.

Ambos se miraron, con lágrimas contenidas, no por tristeza sino por lo que significaba ese paso. Era hablar del futuro, de una vida, de un hogar. De una familia construida con amor y valentía.

Julián respiró profundo.

—Si es contigo… lo intento todo.

Mateo lo abrazó con fuerza. En el fondo, no importaba lo que pasara mañana. Esa noche, en ese parque acuático, entre luces y sonidos lejanos de juegos de agua, Julián y Mateo imaginaron lo que vendría. No como un sueño imposible, sino como un nuevo capítulo que estaban dispuestos a escribir juntos.

---




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.