Entre Tus Alas

CAPITULO 3

Noa

Suena mi alarma, me encantaría seguir durmiendo pero tengo mucho por hacer, debo hacer las compras del viaje dejar todo en orden de manera que levanto, me ducho y comienza mi día.

Estoy en casa de mi madre, ayer me dio miedo estar sola porque sucedieron una serie de eventos que me generaron ansiedad, preparo el desayuno para mi madre y para mí, mis hermanos son mayores, uno de ellos es Ronald un administrador de empresas, tiene su propio negocio de viaje y turismo el me regalo el viaje de mañana y esta Ángelo él es el hermano que sigue, mi madre y padre lo adoptaron cuando él tenía 3 años tiene su propio negocio de belleza, tiene 2 locales y tiene en mente abrir otro, el mundo de la belleza es una industria que deja mucho dinero, luego estoy yo la hija menor, soy licenciada en enfermería no tengo tanto éxito y dinero como mi familia pero amo lo que tengo y estoy agradecida con la vida por lo que me dio.

--eso huele delicioso—mi madre dice, se acomoda en la isla y se sirve café.

--pensé que ayer estabas en el departamento—le digo.

--¿Por qué pensaste eso?

--escuche ruidos y juraría que alguien se carcajeo en el baño, sin mencionar que a veces tú vas y no me avisas.

--¿estas segura que había alguien en tu departamento? Yo estuve todo el día trabajando.

--no se ayer no verifique nada solo empaque y me vine

--bueno cuando llegues de tu viaje vamos todos juntos revisamos las cámaras y para que te sientas segura cambiamos cerraduras o ¿te quieres mudar?

--la verdad no quisiera mudarme, pero si alguien estuvo allí no me sentiré segura.

--bueno hija tu vete tranquila, relájate disfruta tu viaje cuando llegues podemos coordinar eso.

--está bien mami, y dime cuáles son tus planes para hoy.

--estaba pensando en quedarme y descansar o ver una película con Raúl.

--ok entendí el mensaje.

-- jaja buena chica.

Raúl lleva 2 años saliendo con mama, es una buena persona y me alegra lo feliz que la hace, nos llevamos bien es educado y respetuoso y él se dedica a ser un buen policía siempre está trabajando pero su tiempo libre se lo dedica a ella supongo que se llevan bien por eso, él le da la libertad y espacio que mama quiere.

--está bien entonces mami, me voy salúdame a Raúl.

Estoy cansada llevo una buena parte de la tarde realizando compras, falta poco en mi lista, llevo bloqueador, trajes de baño unas lindas pijamas y toallas, siento que tengo todo lo demás en casa, unos lindos vestidos playeros que no he tenido tiempo de usar y pienso un poco más y tal vez necesite repelente de insectos, no recuerdo si en casa hay por lo que voy a una tienda y comprare uno.

Al entrar en el supermercado voy a buscar el producto y lo pago en la caja, detrás de mí esta una señora de avanzada edad por lo que le sedo mi lugar

--adelante—la señora me regala una sonrisa en agradecimiento y espero mi turno.

Al pagar y salir con mis comprar me dirijo al estacionamiento, guardo las cosas en la parte trasera del carro y en eso me percato de la misma señora mayor está en la mitad del estacionamiento.

--Hola—la señora me mira fijamente pero esta tan quieta como una estatua, esto me llena un poco de ansiedad, pero la enfermera en mi sale a relucir.

--¿Necesita ayuda? Me dices cuál es tu nombre—le hablo mientras me voy acercando lentamente.

--Necesito algo—dice la anciana, mientras me acerco ella empieza a caminar en mi dirección haciendo que me detenga y espere a verla mejor.

Se nota que se encuentra muy pálida, es lógico que necesita ir a un hospital por un problema en su presión arterial, camina con apatía casi como si estuviera borracha pero siento que mi cuerpo de erizado cual gato ante una amenaza, miro a mi alrededor y estoy sola con poca iluminación y cuando la señora se acerca, y santo Dios no tiene pupilas, sus ojos están negros completamente y sus dientes salen a relucir, inmediatamente retrocedo y voy al auto lentamente, hasta que la señora empieza a correr y mi cuerpo reacciona, me monto al auto y pongo los seguros lo enciendo y pongo en marcha el vehículo mirando por el retrovisor y ambos los lados señales de la anciana poseída, al estar cerca de la salida todo rastro de ansiedad y adrenalina bajan y me siento más segura.

--Santo Dios, eso estuvo cerca no sé qué sucede pero estoy llamando malas energías—digo en voz alta porque estoy asustada no sé qué está pasando primero alguien se mete en mi departamento y ahora la anciana loca, bueno todo tiene una explicación quiero creer eso, no soy de creer en espíritus y todo eso, mis creencias es que existe un Dios y nada más, quizás fue una broma actualmente es tan fácil maquillarte y darle un susto a alguien, solo espero no estar en una página de internet viral.

--Calma Noa, solo fue una broma, recuerda the walking dead—cuando salió la serie no dormí en una semana pensando que si dormía los zombies me iban a devorar, por lo que debía estar despierta por si venían por mí, claro que no se lo dije a alguien ya que me daba un poco de vergüenza admitir eso.

Al llegar a casa de mi madre estaba todo oscuro, por lo que seguramente no había nadie, subí los escalones mientras buscaba las llaves.

--Mamiii--- llame, mientras entraba ponía las llaves en su lugar dejaba abierta la puerta para meter las compras, encendí todas las luces mientras avanzaba buscando a mi madre.

Toque la puerta de su habitación pero no respondió por lo que confirmado estaba sola, la voy a llamar para decirle que ya llegue cuando suena el timbre de la casa, voy abrir pero esta esa sensación de alerta otra vez decido mirar por la mirilla de la puerta se me baja la presión, sube mi adrenalina tratando de buscar un lugar seguro porque afuera en la puerta se encuentra la anciana poseída con una mirada siniestra saliéndole sangre de la boca.

--¿Quién es?—decido preguntar antes de pensar que es una puta zombie que me quiere comer, pero porque a mi si hay tanta gente en la calle.




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