Los días siguientes fueron distintos.
Por primera vez, Ariana y Elías ya no se encontraban por casualidad. Se buscaban. Caminaban juntos después de clases, compartían audífonos, hablaban sin miedo. Y, sobre todo, se reían. Pequeñas carcajadas que, aunque breves, eran reales. Ariana empezó a descubrir que debajo de la sombra de Elías había luz. Y él, por fin, dejó de huir de ella.
Una tarde, después de clases, caminaron por la playa. Las gaviotas volaban bajo, y la arena aún estaba tibia por el sol. Ariana llevó una manta en su mochila, y se sentaron a ver cómo el cielo cambiaba de azul a naranja.
—¿Alguna vez pensaste que podrías volver a sentir algo así? —preguntó Ariana, con el rostro apoyado en el hombro de él.
—No —dijo Elías con honestidad—. A veces sigo esperando despertarme y descubrir que esto es un sueño. Que tú no estás. Que todo fue solo un escape mental.
—Pues no lo es —dijo ella, levantando la cabeza—. Estoy aquí. No pienso irme.
Elías la miró. Sus ojos grises brillaban con un reflejo dorado del atardecer.
—Ariana…
—¿Sí?
—Te quiero.
El corazón de ella se aceleró. No lo dijo como quien repite una frase romántica. Lo dijo con el peso exacto. Sin adornos. Sin miedo.
—Yo también te quiero, Elías.
Y entonces, la besó. No como antes. Esta vez fue suave, lento, profundo. Como si en ese beso pusieran todo lo que no podían decir. El mar, el viento, el cielo... todo desapareció. Solo quedaban ellos dos.
Ese beso no solo lo cambió todo. También lo selló todo.
Esa noche, Ariana llegó a casa con el alma flotando. Abrió su cuaderno y empezó a escribir sobre Elías, sobre el muelle, sobre lo que sentía y no se atrevía a decir en voz alta. Escribía con una sonrisa, cuando su celular vibró.
Un mensaje desconocido.
Número privado: No confíes tanto en él. Elías no te ha contado todo. Pregúntale qué pasó realmente con Samuel… y con Dante.
Ariana sintió un escalofrío recorrerle la espalda.
Miró la pantalla. Luego el silencio de su cuarto. Y por primera vez en muchos días… sintió miedo.
¿Quién había enviado ese mensaje?
¿Y qué significaba "no te ha contado todo"?
La felicidad, apenas nacida, comenzaba a tambalear.
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Editado: 09.07.2025