Bajo el manto oscuro de la noche,
se agita la furia de una tormenta sin fin,
los ecos de tristeza y desdicha se deslizan,
como lágrimas que se funden con la lluvia.
El cielo se desgarra con relámpagos de dolor,
mientras el viento susurra lamentos en su danza,
y en cada gota que golpea el suelo con fervor,
resuena el eco de un corazón en tempestuosa balanza.
Las sombras se retuercen en esta danza desgarradora,
mientras la tormenta interior se refleja en el exterior,
y en cada rayo y trueno se libera la agonía lloradora,
en un desgarrador poema escrito por la propia naturaleza.
Pero tras la furia de esta tormenta desgarradora,
se vislumbra la esperanza que nace en la penumbra,
pues tras la oscuridad siempre surge una aurora,
y tras la tormenta, renace la calma que reconforta.
Nada mejor que un café y un buen libro para pasar un día tormentoso