En cada paso siento el peso del muro,
que se alza imponente frente a mi andar,
cada meta parece un sueño prematuro,
que el destino se empeña en desbaratar.
Las piedras del camino cortan mis manos,
y el corazón sangra por cada tropiezo,
pero en mi interior arde un fuego temprano,
una llama que no se rinde ante el peso.
Aunque el muro se alce una y otra vez,
y la tristeza amenace con desvanecerme,
mi voluntad persiste, firme como un avelez,
pues sé que tras la sombra, la luz ha de verme.
¿Te sientes estancando en el mismo lugar donde empezaste?
Libera la fuerza de tu interior dile adiós a ese muro rompelo y avanza detrás de el está lo que tanto quieres .
Confía en ti y en tu entereza para lograr las cosas .