Entrega Total

Maldito tormento

Simplemente no puedo salir a la cafetería,    desde que me entere de que Nick es realmente Jean mi corazón esta latiendo como un loco, debo controlarme solo es la rabia que me provoca el verlo,  para qué mierda volvió,  ¿él sabrá quien soy?, realmente yo lo dudo, he cambiado mucho y si yo no lo reconocí mucho menos el a mi.

Al final de  alguna forma me decidí  a bajar a desayunar,  ahí estaba y no podía dejar de verlo, Louis se dio cuenta de ello y se acerco a preguntarme si todo estaba bien, había llegado el momento de los reclamos..  

-¿Por qué no me dijiste sobre Jean?  
-‎¿¡Ya lo sabes?! 
-‎Debiste decirlo desde un principio! 
-‎Yo solo quería protegerte de él y el daño que te hizo 
-‎¿El no sabe quién soy cierto? 
-‎No, aún no se da cuenta,  pero me ha preguntado por tí. 
-‎No le digas nada aún,  quiero conocer a este nuevo Jean,  es decir Nick... 
-‎Entiendo, solo no te hagas tantas ilusiones con el Moon. 
-‎Ilusiones?!  Nunca más Louis, nunca más...  

Estuve estudiando al menos una hora pero una horrible voz aguda me interrumpió, mi día ya iba lo suficientemente mal para que ahora esta tipa viniera a molestar más....

-Hey matadita!  Que grata sorpresa verte aquí 
-‎¿Que mierda haces aquí Paulette? 
-‎Solo vine como una clienta, ni de chiste vendría a verte, pero es lindo molestarte 
-Podría asesinarte justo ahora Paulette, pero perdería mi trabajo y no me gusta perder ni ser la segunda en algo,pero claro tu ya estas acostumbrada a ser la segunda en todo..
-‎Vete a la mierda Moon!
-‎Eres una idiota deja de decirme así, no puedes llamarme así en este lugar ¿okay?
-‎¿Que harás al respecto?

Mi hermoso puño se estrelló en su maldito rostro y debo decir que hacia tanto tiempo que no me sentía tan satisfecha.

Paulette es un año mayor que yo y la razón por la que me detesta es simplemente porque antes de llegar a la universidad ella era la número uno en todo pero claro yo llegue a destronarla,  también me detesta porque sabe que fui novia de Jean y a ella siempre le gusto.

Ahora ella se encuentra sentada en la mesa de enfrente con un pequeño torniquete en la nariz y esperando su té helado de fresa, siempre pide lo mismo, Jean se dirige hacía ella le sirve lo que ordeno y ella le da un pequeño pedazo de papel y por alguna razón la sangre me empezó a hervir y no fui capaz de controlar lo que hice...

 




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