Capítulo 22: Cuando Mario hablo todo se derrumbo

Adrián: Muertas cómo pasó esto y quién lo hizo.

Mario: Creemos que fue el mismo asesino que asesinó al director.

El juez miró a Mario.

Juez: Como fue el asesinato.

Mario: Estábamos buscando a Sofia cuando el perro le ladró a una bolsa negra que estaba en el basurero municipal. La abrimos y tenía un olor horrible. Llamamos al forense y dijo que por el olor podía decir que murió hace una semana. Le preguntamos quién era y dijo que no podía decirme, ya que estaba deformado. Su cara había sido arrancada del rostro, sus partes cortadas y una por una puesta en la bolsa, pero había otra persona que estaba peor. Dijo que le diéramos una hora para descifrar quién era y al salir dijo que una era Sofia y la otra todavía no se sabía, pero era mujer.

Adrián: Te juro que, si no encuentran a ese asesino, sí me volveré uno.

Todos en la sala quedaron sorprendidos.

Marzia: ¿Cómo se te ocurre venir a decir cómo encontraron el cadáver aquí no vez que hay gente sensible?

Mario: Lo siento; pero tenía que decirlo.

El juez dejó libre a Adrián, pero le puso un grillete con el cual solo podría estar en casa y si salía de casa volvería a prisión.

La otra mujer fue reconocida y era Sol, la mejor amiga de mi madre. Mario llegó a decírselo a su casa y también llegó a mi casa a decirme.

Tenía que ver a Adrián, así que fui a su casa.

Juliana: Adrián, estás en casa.

Adrián salió llorando.

Juliana: Lo siento por no decirte que Sofia había desaparecido; no quería que te preocuparas.

Adrián: No es tu culpa; fue la mía. No puede impedir que esto pasara si tan siquiera no me hubiese declarado culpable Sofia no hubiese muerto.

Juliana: Pero estuviera en prisión o no sabías qué diría el juez, qué tal si le daban pena de muerte...

Entre a la casa de Adrián.

Juliana: Te traje un té relajante, quieres.

Adrián sonrió.

Adrián: Claro.

Me sentía devastada, siento el dolor que Adrián había estado sufriendo. No tenía a nadie, ni siquiera a Sofia; tendría que darle todo mi apoyo...