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Le llevé él té a Adrián.
Juliana: Toma, ten cuidado. Está caliente.
Adrián: Daniel me contó que le gustabas.
No podía creerlo que le pasaba lo bueno, que no le dijo que a mí me gustaba Adrián.
Juliana: Así se me declaró.
Adrián: Y te gusta.
Juliana: No, en realidad me gusta otra persona.
Adrián: Puedo saber quién.
Me acerqué a Adrián y lo traté de besar.
Adrián: Que te pase te gusto yo; acaba de morir mi novia, no la pienso engañar contigo, además no me gustas.
Me levanté, disculpándome, y salí de la casa con lágrimas en los ojos, diciéndome a mí misma.
Juliana: Inútil, estúpida hija de la gran...
Estaba a punto de terminar cuando el carro de Daniel se paró cerca de mí.
Daniel: Vamos, te llevo a casa.
Juliana: Que no estás enojado conmigo; toda esta semana me ignoraste.
Daniel: Vamos súbete.
Me subí y llegamos a la casa. Abrí la puerta y dejé que Daniel entrara sin esperar a que esté reaccionara. Lo besé y este me correspondió. Empezamos a besarnos y caminar por toda la casa. Lo tiré al sillón y le quité la camisa poco a poco; sus músculos estaban ahí.
Estaba descontrolada y dolida por lo de Adrián. Bajé besándole todo el cuerpo hasta que llegué al miembro que ya estaba erecto. Bajé sus pantalones y después su bóxer y empecé a meterlo en mi boca.
Empecé a meterlo y sacarlo meterlo y sacarlo este gemía y empezó a coger mi boca.
Daniel: Vez yo sí soy un hombre que te merece, no como el idiota de Adrián.
Juliana: Deja de hablar y cógeme.
Subí hasta su boca y empecé a sentarme encima de su miembro, acomodándome.
Daniel se levantó y caminó hacia mi habitación. Su miembro iba siempre dentro de mí. Me tiró a la cama y empezó a cogerme. Mis gemidos eran fuertes y los vecinos podían escuchar, a lo que Daniel agarró su mano y me tapó la boca.
Daniel: Quieres que te enseñe lo que es un verdadero macho.
Llegué al éxtasis y me vine, pero Daniel seguía y eso me encantaba.
Los minutos pasaron y él sacó su miembro.
Daniel: Lo quieres dentro, afuera o en la boca.
Juliana: En la boca.
Daniel llevó su miembro a mi boca y la cogió hasta venirse.
La mañana siguiente, Daniel estaba preparando la comida solo con bóxer. Me levanté e iba en ropa interior; este me vio y me subió en el lavamanos y empezó a bajarme el biquini y empezó a lamer ahí abajo. En eso escuché depravados.
Daniel rápidamente quitó su lengua de mi parte íntima y yo me puse el biquini. Al voltear a la puerta mi madre y Jack estaban ahí...
Editado: 18.03.2025