Marzia: Son unos depravados asquerosos.
La cara de mi madre era de horror, como que había visto un fantasma.
Daniel: Puedo explicar.
Yo estaba tranquila.
Jack: No vas a decir nada.
Juliana: Así, me acosté con tu hijo, y no, madre, no es acto de depravados y asquerosos. O todo lo que pienses, yo y Daniel no somos hermanos.
Marzia: Aun así, es asqueroso.
Juliana: Bueno, lo mismo dijo de ti y de Jack. Jack era el mejor amigo de mi padre y a saber cuántas veces te lo cogiste...
Jack: No le hables a tú madre asi mocosa insolente.
Marzia: Iras a un convento de monjas.
Juliana: Que no tienes derecho.
Jack miró a Daniel con decepción.
Jack: Y tú irás al ejército.
Marzia: Es mejor separarlos; no podemos vivir en paz sabiendo que ustedes dos cogieron, y no solo eso encontramos a Daniel lamiéndote ahí abajo.
Me fui a mi cuarto enojada y mi madre se quedó gritando.
Marzia: Ven aquí, Juliana no he terminado de hablar.
Jack se quedó regañando a Daniel. Alisté mi maleta y salí.
Juliana: Está bien; llévenme al convento.
La cara de los tres era de sorpresa. Le tire unos pantalones a Daniel que estaba en bóxer.
Juliana: Y cámbiate.
Mi madre agarró mi mano y me subió a su carro.
Marzia: Ya vengo, amor; iré a dejar a esta niña a un convento.
En el camino miré la decepción de mi madre, pero no me importaba. No sé qué me pasaba en ese momento, pero creía que eso había sido la mejor venganza hacia mi madre. En el camino pasamos por la casa de Adrián y la miré.
Juliana: Madre, decepcioné a mi padre.
Marzia: Bueno, si él te hubiese encontrado teniendo sexo, lo estaría.
Juliana: No hablo de eso.
Marzia: Y entonces de qué hablas, Juliana.
Juliana: Creo que no importa; trataré de dar mi mejor versión en el convento.
Marzia: Eso espero y, por favor, no vuelvas a acostarte con Daniel, aunque solo sea tu hermanastro. Eso fue asqueroso, no puedo borrarlo de mi mente...
Editado: 18.03.2025