Capítulo 27: José no

Juliana, quien estaba sentada en la sala de interrogación, miró a la detective.

Juliana: No haría lo mismo.

La detective la miro con una sonrisa.

Detective: No, no hubiese matado a Sofia y a los demás; tal vez le hubiese dado una lección a Karl, pero los demás que tenían que ver.

Juliana agachó su cara y siguió dando su declaración.

__Juliana__

Escuché las sirenas afuera del convento; la madre superior los había llamado. Tiré la varilla al suelo y después caí de rodillas. Estaba preparada para ser arrestada cuando de repente escuché a José agarrar la varilla.

José: Juliana, huye, límpiate la sangre y huye.

Juliana: No, no puedo; he hecho mucho daño a las personas que amo.

José: Y por eso vas a dejar que todo termine aquí; vete y cuida a mi hermano que corre peligro.

José agarró los papeles que no alcancé a esconder cuando llegó Karl y me los dio en la mano; empezó a revolver sus huellas en la varilla para que las mías desaparecieran y yo salí del convento. Lo último que escuché fue a Mario decirle a José.

Mario: No intentes huir, asesino. Agacha tu cabeza y pon las manos sobre ella.

Me asomé por afuera de un arbusto y pude ver cómo se llevaban a José. Todo por mi culpa. Cerré los ojos y me fui de ahí. Tenía que ir a cuidar al hermano de José; no sabía qué peligro corría, pero tenía que protegerlo.

Llegué y busqué la llave bajo la planta donde José sabía ponerla, pero no estaba. Mire al suelo y la llave estaba en la alfombra, pero no me había dado cuanta que la puerta estaba abierta. Entre rápidamente.

Juliana: Que paso.

Y al abrirla vi el cuerpo del hermano de José en el sillón...

Escuché algo proveniente del baño.

Juliana: Quien está ahí.

Mire por todos lados, pero no había nadie. En eso escuché una risa conocida. Era Jack.

Juliana: Maldito perro, que haces aquí.

Jack salió del baño con un arma en las manos, apuntándome directamente en la cara...

Jack: Dame los papeles que traes en las manos.

Lo miré y con lágrimas en los ojos le dije.

Juliana: Por estos papeles asesinaste a mi padre.

Jack sonrió y me dijo.

Jack: La verdad, sí quería que tú, tu madre y tu padre murieran, pero el destino prepara otras cosas, pero ahora quiero asesinarte por mí mismo, maldita perra.