Epílogo

__Adrián__

Estaba en casa deprimido cuando Mario y unas patrullas llegaron. Pensé que venían a quitarme el grillete.

Adrián: Por fin, ya atraparon al verdadero asesino.

Mario: Si es Juliana.

Mi corazón se detuvo; Juliana era incapaz, verdad. Mario me agarró a la fuerza y me metieron a la patrulla.

Adrián: ¿Por qué me llevan si ya encontraron a la asesina?

Mario me ignoró; llegamos a la cárcel.

Adrián: No me piensan encerrar. Yo no soy cómplice de Juliana.

Mario me llevó a un cuarto oscuro y me sentó en una silla. Entre dos oficiales me amararon.

Adrián: No tienen derecho a hacer esto verdad.

Una mujer guapa bien vestida entró; detrás de ella venía Juliana.

Adrián: Asesina, mataste a mi novia por qué.

Juliana no me contestó; estaba a punto de maldecirla cuando vi a Mario entrar con una caja llena de herramientas para tortura.

La mujer guapa empezó a decirle a Juliana.

Detective: Me darás una declaración sobre todo lo que hiciste sin omitir detalles.

Juliana se resistía; la mujer sacó unas tijeras y empezó a cortar mis dedos.

Adrián: Que haces esto es ilegal.

La mujer no paraba; Mario trajo un trapo y me cerró la boca; el dolor era insoportable. Juliana estaba llorando mientras miraba cómo me arrancaban dedo por dedo y siempre le preguntaban.

Detective: Ahora darás la declaración.

Mire a Juliana con lágrimas en los ojos mientras movía la cabeza tratándole de decir.

Adrián: Por favor, detenla.

Juliana me entendió y le gritó a la detective.

Juliana: Está bien, daré mi declaración, pero déjalo en paz.

Las horas pasaron y dos oficiales llegaron donde mí y me sacaron afuera de la cárcel. Una ambulancia estaba esperándome y me llevaron al hospital. Al llegar una enfermera me atendió y me vendaron los dedos. Ella me preguntó si quería ver las noticias y yo dije que sí. Al prender el televisor, el presentador dijo que en la cárcel en la que acababan de torturarme una bomba había sido activada.

Rápidamente le pedí a la enfermera que apagara el televisor. Ella lo apagó y se fue del cuarto. Estaba cerrando los ojos cuando escuché al compañero de a lado decirme.

Daniel: Fue Julia, verdad...