Hace mucho tiempo, un alma abandonó el mundo espiritual y se unió al pequeño cuerpo de una bebé recién nacida. Protegida por los brazos de mamá, la pequeña bebé lloró con toda la fuerza de sus pulmones. Su
madre y su padre sonreían y lloraban de alegría, por fin su hija había nacido.
Sin embargo, muy pronto la alegría se convirtió en preocupación pues, a pesar de que los días pasaban, la bebé no dejaba de llorar. Sus padres, creyendo que estaba enferma, llamaron a todos los curanderos del pueblo, pero ninguno pudo ayudar. Día y noche, la bebé siguió llorando sin parar. No fue hasta un año más tarde que por fin se detuvo. El 4 de Noviembre del año siguiente, un nuevo alma se unía al plano terrenal, dándole vida a otro pequeño bebé.
Desde entonces, ambos han estado buscándose a través de la historia, intentando coincidir y volver a
estar juntos como lo estuvieron en el mundo espiritual.
Ambas almas se necesitan, exigen y suplican encontrarse. A pesar de los siglos que llevan en la tierra solo tres veces consiguieron hallarse. Dicen que algunas almas llegan al mundo atadas, desde vidas lejanas o diferentes
dimensiones, pasan su existencia intentando unirse a sus pares. Se buscan, se llaman se aclaman a través de los tiempos.
Esta es la historia de dos almas intentando unirse de una vez y para siempre. Solo se irán del mundo cuando sus portadores mueran igual de unidos que ellas, así y solo así, podrían pasar el resto de la eternidad
juntas.
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Editado: 08.04.2025