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KENRICK FAO
Estoy en mi despacho disfrutando del placer que me da Trisha, cuando de pronto un delicioso aroma a miel y vainilla me hace detener en seco.
— ¡Nuestra mate! —grita, Lucas mi lobo. — ¡Es ella! ¡Está aquí Kenrick!
—Eso no es posible, ¿Cómo puede estar en la mansión?
— ¡Solo muévete, maldita sea! —gruñe, desesperado. — ¡Ve por nuestra mujer!
Me quito de encima a Trisha y busco mi bóxer, me los subo mientras escaneo la habitación mis pantalones y botas, lo recojo y me lo pongo como sea y salgo de la habitación ignorando a Trisha que habla.
Estoy caminando por el pasillo cuando veo a mi beta gruñéndole a una chica que esta de espaldas a mí. Lucas toma el control y gruñe captando la atención de Ludovic.
AISLINN ENYA DEMBROT
El fuerte ruido genera un escalofrío que recorre toda mi espalda, veo como Ludovic se aferra a Lizzie y mira fijamente tras de mí a la persona que dio el fuerte grito. Giro lentamente guiada por la mirada del rubio para toparme con unos ojos negros y profundos observarme fijamente.
Lo miro y rápidamente estudio su aspecto, cabello del mismo color de los ojos y un tanto desaliñado, pestañas largas que dan profundidad, unos centímetros más alto de estatura que Ludovic, torso bien marcado con un tatuaje del ciclo lunar bajo su pecho entre sus costillas, pantalones negros, cierre y bragueta sin abrochar, ¿espera, qué? ¿Tiene la bragueta abierta? Ok… descarado dice mi subconsciente, sigo mi estudio pero es interrumpido por el sonido de su voz.
—Es mía. —Vuelve a decir entre dientes dirigiendo su mirada al rubio.
—Al…Alpha…no sabía que era nuestra luna. —dice, Ludovic mirándome, Liz me da esa mirada de “estamos cagadas”.
—Tú…eres… mía. —dice el tipo dirigiendo su mirada a mí y dando esta vez un paso en mi dirección. Al cual involuntariamente copio su acción, pero dando un paso atrás.
Mi mirada se desvía del tipo a la rubia que camina a sus espaldas de él, acercándose. Se aproxima a su lado, y noto que solo lleva puesto una polera negra, mi mirada viaja nuevamente a él, en especial a su torso y braguetas y todo en mi cabeza hace “clic”.
Sigue mi mirada a la rubia y luego a mí, se torna ¿Asustado? ¿Pálido? Y rápidamente lleva sus manos a su bragueta para abrocharse los pantalones dándome una mirada inquisitiva. Giro para buscar con la mirada a mi amiga.
—Vaya circo. —dice, Liz rompiendo el hielo y silencio de la mansión.
—Amor, ¿Quiénes son estas humanas? —pregunta, la rubia mirándonos a Lizzie y a mí con desprecio. A lo que Liz y yo bufamos.
—Parece que tienes un dilema amiga. —me dice Lizzie, sonriéndome de lado.
—No hay dilema cuando tengo una “L” en mi vida. —digo, con seriedad a Liz haciendo referencia a que salgo con Leah y eso no va a cambiar nada aunque este tipo sea mi “alma gemela”.
Veo como Ludovic nos ve extrañado y mira al otro tipo que lo mira igual. No entendiendo de qué Lizzie y yo hablamos.
—Amor… que esta… —dice la rubia pero es interrumpida por el tipo.
—No me llames así…ella es tu Luna—dice, el tipo mirándome a lo que yo ruedo los ojos y me acerco a Liz.
— ¿Tu luna…una humana? —habla la rubia, con tono burlón sujetando su brazo.
—Sabes que eso puede cambiar, ¡deja de tocarme! —dice, no desviando la mirada de mí.
Ignoro su conversación y le hablo a Lizzie.
—Liz…habla con Ludovic para terminar esto de una vez, respetaré la decisión que tomes si es estar a su lado. —le digo a mi amiga mirándola seria.
— ¿De estar a su lado? Se supone que este era mi día de olvido del idiota de Evan, el lunes tenemos universidad, eso no cambiará.
—Bien…pues hazle entender a este rubio eso, que ya está matándome con la mirada para de una vez irnos de aquí. —digo, mirando a Ludovic enojada por su actitud conmigo (porque sé que posición tengo aquí gracias a Lucían que me contó) ignorando la mirada que siento del otro tipo sobre mí.
— ¡Tú no te iras a ningún lado! —exclama, el otro tipo acercándose a mí.
«En qué mierda me he metido, salgo de una y vuelvo a otra. Vaya suerte que tengo»
—Kenrick hablare con mi mate… —dice el rubio interrumpiendo y haciendo una señal a Lizzie con la mirada. —diviértete. —termina de decir mirando a la rubia, a mí y finalmente a Kenrick.
Le señala las escaleras a Lizzie para dirigirse en esa dirección.
—Ahora regreso… —dice Liz, girando antes de ir escalera arriba, a lo que yo asiento con la cabeza.
Veo como Lizzie sube y se pierde en el lugar junto al rubio, dejándome en el salón con este par, uno que es mi «alma gemela» y la otra que es su actual novia, que puedo decir, la ropa que llevan es más que obvio que acababan de pasarla bien.
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Editado: 11.01.2021