Enya: En busca del destino | Serie: Destino Sobrenatural.

Capítulo 24.

***

“Nunca vi tanto brillo de vida como lo hice a tu lado, estaba en la oscuridad y ofreciste tu mano, ¡me salvaste! y al marcharte volví a caer, me ahogaba y la lección de tu salvación llegó a mí, un pequeño brillo que me mostró el camino a la nueva vida, una vida en la que aprendí a utilizar y regocijarme en la gran y dulce oscuridad”.

ELFO LUX

Hace dos días recibí el mensaje que envió el Alpha Kenrick para mi regreso a la manada, mi familia y yo hace cientos de años le juramos lealtad y protección a la manada DuncanMoon luego de la gran guerra que tuvieron con el Clan Vampiro.

Al ser elfos de luz, nuestro poder radica en la naturaleza, absorbemos y manejamos esas energías y son prácticas para el combate. Por lo que me dijo Steve las proles hacen su presencia después de años en territorios del Alpha.

Ingreso a la universidad para retirar mis papeles, no podré continuar si estaré de regreso en la manada. Hace unos minutos recibí el mensaje de mi chica que estaría en un «día de mujeres» con su amiga, lo cual me da tiempo de ir a la manada y poder organizarme.

Tengo pensado decirle mi identidad a mi regreso y explicarle la situación de ahora, realmente no quiero mentirle sobre quien soy, a diferencia de los vampiros y hombres lobos, como elfo no tenemos almas gemelas enviadas por una diosa, nuestra esencia natural hace una elección.

Después de conocer a Aislinn de manera tan peculiar en clases, me llamó tanto la atención que mi propio ser la reclamaba, y cuando me aceptó como suyo su nombre fue marcado en mi pecho, uniéndome y perteneciendo solo a ella. Es la forma en la que la naturaleza nos une cuando nuestra esencia reclama a alguien como suyo.

Mi ser al reclamarla y la naturaleza al unirnos, nosotros los elfos solo caminamos bajo los ojos de nuestra amada, no podemos amar a nadie que no sea ella, ni en esta, ni en la siguiente vida, tiene mi corazón, mi alma y todo mi ser a su disposición, la marca de su nombre en mi pecho me reclama como su pertenencia. Y estoy feliz con eso, en estos cientos de años de existencia, mi ser nunca sintió una necesidad de reclamo como cuando ella apareció.

Aislinn es tan competitiva, posesiva, valiente, fuerte, tierna y muy hermosa. Me tiene como ella dice delirando, solo espero que pueda aceptar lo que soy y si no eso está bien…

— ¿Qué hablas? ¿Cómo que si no, “está bien”? Le pertenecemos, nuestro cuerpo está marcado por su nombre y si nos separamos nos debilitaríamos, nuestro poder no estaría en su máximo y con el tiempo moriríamos. Ella nos aceptara tú lo has sentido, lo que siente es real. —dice mi luz interior.

—Tienes razón, es solo que siento miedo de perderla.

— ¡Ay! cállate Leah ensombreces el día.

Dice mi luz para luego cortar la conexión.

Ingreso al despacho del director para arreglar mi salida de la universidad. Me toma más de dos horas arreglar todo.

Camino en dirección a mi auto para ir a la manada. Le escribo un mensaje a Aislinn, pero no responde. Dejo el celular en el asiento del copiloto y empiezo la ruta a la manada, miro el reloj y van hacer la cinco de la tarde, llegaré pasada las nueve a la manada.

Estaciono el auto junto a los otros autos de excursión y misiones de la manada y sigo mi marcha en pie a la mansión. Veo a algunos guardias de turno muy sonrientes, los saludo y me avisan que el Alpha y el beta ya encontraron a sus mates. Sonrío a mis adentros al escucharlos, es una excelente noticia, esto quiere decir que la manada no estará tan débil y los miembros enfermos y mujeres embarazadas ya no tendrán que preocuparse, al estar la Luna de la manada complementa a su Alpha y fortalece a todos los miembros.

Desde hace varios años las mujeres lobas perdían a sus bebes, hombres lobos se enfermaban, incluso cuando no podían hacerlo, todo esto se debe a que sin su Luna, la manada se debilita, pero ahora todo eso solo será cosa del pasado, seguro en los próximos días habrá la ceremonia de bienvenida para la mate del Alpha y del beta a la manada.

Ingreso a la mansión y un aroma me rodea, pero no es cualquier aroma es uno muy familiar. Despejo esos pensamientos y me dirijo a la cocina, veo a Anna la loba encargada de la comida de la mansión quien al verme me ofrece algo para beber.

Lo acepto y le agradezco, me cuenta lo mismo que los guardias que el Alpha encontró a su Luna. Me levanto para salir y caminar al pueblo donde vive el resto de la manada, hablaré con Kenrick mañana temprano debe estar hoy muy ocupado conociéndose con su mate.

 

Al día siguiente

 

Regreso a la mansión en busca de Kenrick, al entrar por la puerta lateral me encuentro con Ludovic.

—Lux, que bueno, al fin llegas. —dice dándome un abrazo. Él y yo nos llevamos bien y solemos entrenar juntos.

—Ludo, felicidades ya me contaron que encontraste por fin a tu mate. —le digo sonriente.

—Sí, ayer en una misión por los lugares de humanos.

—Oh, entonces ella es humana. —le pregunto.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.