Enya: En busca del destino | Serie: Destino Sobrenatural.

Capítulo 26.

***

“Sabes, tú y yo, yo y tú, no somos una combinación perfecta, ahora, en la oscuridad de mi encierro, lo entiendo. Debimos cortar las cuerdas rojas que se atrevieron a rodearnos en su momento, para no acabar como destellos viejos, lamentándonos en: lo que pudo y no fue nuestro…”.

AISLINN ENYA DEMBROT

—Aislinn…dime ¿qué quieres que haga? —pregunta Kenrick, tengo que encontrar la manera de llegar a una solución con él, sé cómo son los lobos y más los Alphas, uno; les preocupa la manada, dos; su mate y tres su reputación como líder, no conozco a Kenrick, pero por su pregunta la respuesta dos ya fue contestada. Pero, ¿Cómo hago para lidiar con esto?

— ¿Qué estás dispuesto hacer? —respondo. Necesito basarme en su respuesta para mover mis cartas.

Me mira unos minutos, y por su expresión puedo analizar que sabe que estoy haciendo, astuto, por algo es un Alpha. « ¡Empecemos!»

— ¿A qué quieres jugar, Aislinn? —dice, sentándose a un lado de la cama y mirándome con esos ojos negros como la noche fijos en mí, y puedo notar un destello rojo que no he visto antes.

«Esto no está bien, soy yo la que juega no tú».

—Yo pregunté primero. —respondo incorporando y sentándome en la cama, apoyándome al respaldar de esta.

—No amor, yo lo hice. —me contesta trazando formas con su dedo sobre la manta en mis muslos y sin quitar la vista de mí simulando una sonrisa en sus labios.

« ¡Mierda! ¡Por que no sigues mi juego, idiota!»

— No es así, tú eres el que cree que quiero algo. —digo. —Además estas interrumpiendo mi sueño. —finalizo. «No sé qué más decir, esto no lo esperaba. ¡Que fatalidad!».

Me mira y una sonrisa se le dibuja en el rostro, levanta su mano y la acerca a mi mejilla, traza círculos con el pulgar acariciándola.

—Quiero que comas cariño… ¿puedes hacer eso? —pregunta mirándome a los ojos y luego su mirada viaja a mis labios.

—No quiero cariño… ¿puedes entender eso? —respondo, mirándolo con suficiencia.

Quita su mano de mi mejilla, y veo como el destello rojo vuelve aparecer en sus ojos más intensos que antes.

—No me gusta tu comportamiento Aislinn. Estoy siendo tolerante, no gastes mi paciencia. —dice con un tono gélido.

«Es definitivamente algo bipolar, usa un tono de voz “agradable” y al segundo este se vuelve turbio».

—Que lastima…porque eso no cambiará. Y soy yo la que está siendo tolerante con todo esto. —respondo imitando el tono de voz frio que él me dio.

«No pienso ser intimidada otra vez, estoy al otro lado del mundo, deje a mi antigua y débil yo cuando llegué a este país. Él no la traerá de regreso, no volveré hacer la misma».

—Si no quieres comer, no comerás. Veremos cuanto aguantas. Esperare a que me pidas voluntariamente que te alimente. —dice, levantándose de la cama y dándome una mirada de ira contenida, como si en cualquier momento va a destruir esta habitación.

«Es esa clase de mirada que mi yo de antes al verla ya empezaba a llorar de miedo porque sabía que sería golpeada, pero me siento más valiente ahora».

—Espera sentado, porque no pasará. —respondo acomodándome en la cama para dormir. Lo siento ahí parado mirándome unos minutos para luego salir de la habitación.

Kenrick piensa enserio que yo iré a por él por comida, no sabe que mi madre me tuvo casi dos semanas sin comer, lo único que entraba a mi cuerpo era agua. Esto definitivamente no es nuevo para mí, solo tratare de hacer menos movimientos para evitar mareos los siguientes días.

Veremos quién viene primero a pedir algo Kenrick.

***

Han pasado cinco días desde la última conversación con Kenrick, no me ha hablado para nada y no he visto a la chismosa de Anna, en la noche viene a dormir, a veces cuando estoy soñolienta siento a alguien que me sujeta la cintura, pero cuando amanece no está, se va antes que despierte.

Así que hoy se cumple oficialmente una semana desde que estoy aquí, una semana sin ir a la universidad y sobre todo una semana sin comer. Y pensar que el viernes pasado en estos momentos estaba alistándome para ir de fiesta y tener el día de olvido del idiota de Evan con Lizzie, y ahora eros aquí.

¡Estúpido Kenrick! ¡Estúpido!

Termino de vestirme, me coloco solo un vestido blanco con tiras delgadas y detalles de encaje, muy cute y mis botas negras pegadas hasta la rodilla. He estado bebiendo agua del grifo del baño, ¡pueden creerlo! Pero tenía que hacerlo, puedes vivir sin comida tres semanas, pero sin agua solo tres días, y no lo digo yo sino el manual del sobreviviente.

Me siento en la cama pensando y analizando si lo que hago es correcto o estoy siendo una completa estúpida, mis pensamientos son interrumpidos cuando la puerta se abre frente a mí. Me sorprendo ver al rubio mate de mi amiga, Ludovic.

—Luna. —dice haciendo una reverencia. Me sorprende mucho que este aquí, esta es la segunda vez que lo veo después que nos arrastrara hasta esta mansión.




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