Enya: En busca del destino | Serie: Destino Sobrenatural.

Capítulo 30.

***

“Ahora, estamos frente a frente con un abismo separándonos, no puedes alcanzarme, ya no pertenezco a tu mundo, ya no hay luz en el mío, solo un bucle sin fin, llenándome de odio y de rabia. Si te tengo frente a mí…me desconoceré y sería muy fácil para ti. No te dejaré ir así”.

KENRICK FAO

Salimos de la habitación y pasamos por el largo pasillo, ahora, ha sido el mejor momento de mi vida, esta sensación que mi mate me produjo solo con besarme, fue un éxtasis que nunca antes he sentido, y más cuando sus dientes se apoderaron de mi cuello, su posesividad me llevó a la luna, me tenía embelesado.

— ¡Nos mordió! ¡Nos mordió Kenrick! ¡Nos mordió, nos mordió, nos mordió! ¡Me encanta! ¡Tenemos que convertirla ya Kenrick! —grita Lucas emocionado.

—Aún tiene que aceptarnos completamente y decir las palabras de pertenencia para convertirla o morirá si lo hacemos antes…ya sabes eso.

— ¿Pero nos ha mordido? Eso quiere decir que nos acepta…aunque lo único que me incomoda es el control que intenta imponernos.

—Por esa razón tenemos que esforzarnos más en que nos desee, por su esencia de Alpha se resiste y quiere el control, no podemos dejar que ella nos domine a nosotros…tenemos que estar más atentos.

—Por una vez tienes razón.

 

La observo caminar a mi lado perdida en sus pensamientos, sé que esto es solo un pequeño paso, poco a poco encontraré maneras de que ella me vea como suyo. Me acerco y paso mi mano por su hombro, gira su rostro me ve y vuelve su vista adelante.

Es tan estoica con sus sentimientos, es como si por momentos pierde el control de sus escudos y se deja ver, pero, al momento de darse cuenta vuelve a levantarlos. Aún tengo que aprender a leer sus movimientos, para meterme en un solo salto a su corazón.

Llegamos al final del pasillo, pero la guio a seguir caminando hasta el otro lado.

— ¿No bajaremos? —pregunta.

—Sí, pero primero iremos por mi hermana. —respondo apegándola más a mí y seguir por el pasillo. —Esa es la habitación de Ludovic y tu amiga. —digo señalando una puerta. —esta de Lux un elfo. —digo señalando otra puerta, siento como se inquieta en mi agarre, pero ignoro eso hasta que llegamos a la puerta de mi hermana.

—Aquí…—digo abriendo la puerta.

— ¡Kenrick! —grita Kenia saltando para que la cargue. —Aislinn, te presento a Kenia. —digo girando a verla. —Kenia te presento a tu Luna, Aislinn.

—Hola Kenia. —dice Aislinn dándole una ligera sonrisa. Por su aroma puedo sentir como si algo le incomodara al ver a Kenia.

—Hola Luna. —dice Kenia bajándose de mis brazos y abrazando las piernas de Aislinn.

Ella la ve sorprendida para luego tocarle la cabeza en un pequeño saludo.

—Vayamos al salón, ya nos esperan para comer. —digo, cerrando la puerta y caminando por el pasillo.

Kenia camina unos pasos adelante de nosotros. Aislinn no ha dicho más, solo observa a mi hermana como da pequeños saltitos y se ríe jugando con sus manitos.

No sé qué le pasa a Aislinn pero siento un malestar en mi pecho, no es tan claro porque no la he marcado, pero aun así puedo sentir a través de su aroma sus emociones, esta intranquila. Me acerco a ella sujetando su mano haciéndola girar para verme.

— ¿Pasa algo? —pregunto deteniéndonos en medio del pasillo.

— ¿Ah?...no, nada. —responde queriendo voltearse a seguir.

La giro nuevamente y sujeto su rostro haciendo que conecte sus ojos con los míos.

—Dime… ¿qué te molesta?

—Nada, Kenrick, solo pensaba en la universidad. —miente sujetando mis muñecas haciendo que la suelte, y eso es suficiente para que deje pasar este momento. Aislinn es joven, muy joven, los humanos a su edad son algo volubles. Con ese pensamiento dejaré pasar esto.

Llegamos hasta el final del pasillo, Kenia ya descendió las escaleras, bajamos hasta el salón y caminamos en silencio hasta otra sección de la mansión donde está el comedor.

 

AISLINN ENYA DEMBROT

Ver a la hermanita de Kenrick me hizo pensar que una vez solía ser como ella, tan despreocupada, tan vivaz, y que de un momento a otro, todo cambio en mi vida. Él parece tan apegado a ella, puedo sentir su preocupación de hermanos, yo también deseaba algo así con los míos. Eso me hizo sentir tan vacía, tan triste, tan nostálgica.

Llegamos hasta otra sección de la mansión, el comedor, al llegar veo a mi amiga y a Ludovic sentados esperándonos, Kenia ya se acomodó en una de las sillas, y mi vista viaja hasta otro lado de la mesa, donde esta Leah. Mi corazón me da un ligero apretón. Después de ayer no quería verlo tan rápido, Lizzie parece notarlo porque siento su mirada analizándome.

«Necesito todas las fuerzas necesarias para pasar este momento».

—Alpha, Luna…los estábamos esperando. —dice Ludovic parándose al igual que el resto incluida mi amiga.




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