El resto de la tarde Kenrick me presento a más de veinte guardias que rodean la mansión, cada uno colocado en un lugar estratégico para su protección, también me comento que ha enviado un informe al consejo de especies, sobre mi llegada, lo cual sobre ese consejo ya sabía un poco porque Lucían me contó sobre eso.
Me dio un recorrido por toda la mansión, parecía que a cada ala de la casa a la que iba era un lugar diferente, es realmente enorme este lugar, tiene de todo, una gran biblioteca, ese lugar era un paraíso de libros pertenecientes a diferentes épocas y algunos en idiomas que no conocía, había un gimnasio, una piscina, un ala con juegos árcade, era como una feria en ese lado de la casa y muchas otras habitaciones con una temática diferente. También me comento que en donde se instala la manada es casi un pueblo, con tiendas y escuelas y un centro médico de la manada, eso me intereso mucho ya luego iría a conocer ese lugar.
[…]
Al día siguiente, por la tarde.
NARRADOR OMNISCIENTE
Alpha y beta acompañados de sus mates salían de la mansión, una camioneta estacionada en la entrada, mandada traer especialmente para que sus mates no caminen el trayecto hasta el depósito donde estaban el resto de autos, se incorporaron en la camioneta, ambos lobos uno de piloto y el otro de copiloto y las chicas atrás conversando y riendo.
Aislinn y Lizzie estaban emocionadas, volverían a la universidad mañana, aunque ya se las olían que tendrían que ponerse mucho al día, pero no les importaba, ahora mismo tenían lo que querían.
Al llegar al departamento, Aislinn sintió que este se había encogido y la mirada de su amiga le indicaba que pensaba lo mismo, miro a su alrededor y pensó, que una semana, que solo siete días ausentes de este lugar se sentía a setenta años fuera, miro con tristeza aquel mueble, aquel cómodo mueble que pasaba fines de semana sintiendo su peso y disfrutando películas, a veces sola, a veces acompañada, y no pudo evitar que su mente viajara a dos personas que apreciaba y que ahora ya no estaban con ella, uno de ellos Ivanov Arran, por el que ahora no sabía nada de él, recordó que ni bien recibió su celular, y sin la presencia de Kenrick, marco su número, una vez, dos veces, tres y perdió la cuenta de cuantas veces más, pero no recibió respuesta; y la otra persona, Leah, a quien amaba, quien se alejó para que ella fuera feliz y quien ella acepto con dolor esa decisión.
Aislinn lo único que tenía claro era, que él siempre será alguien importante y valioso para ella, reviso el mensaje a escondidas, su último mensaje de él para ella, y no pudo contener las lágrimas de pena que sus ojos al leer derramaban, él siempre escribía palabras lindas y agradables, sabía que como toda buena estudiante de literatura amaba ese tipo de cosas, leyó el mensaje una y otra vez, saboreo las palabras con la voz de Leah y las guardo en lo más profundo de su corazón, para luego borrarlas junto al resto de mensajes que creo con él.
Era necesario para comenzar de nuevo y era justo que lo haga por Kenrick, se dijo limpiándose las lágrimas y sintiéndose más tranquila, más libre.
Entraron al departamento y sacudieron lo que en siete días se había acumulado, lo único que había llevado era su celular, Kenrick insistió en que llevara ropa para cambiarse, pero ella le informo que tenía su ropa, recibiendo una mueca que ignoro en ese momento.
Kenrick se quedaría junto a Ludovic en el departamento y las llevaría mañana a la universidad, el resto de los días, de martes a jueves, Steve se encargaría de traerlas nuevamente y esperaría hasta que salgan y regresarlas a la manada, ya que las chicas estudiaban por la tarde y no era necesario que se quedaran en el departamento hasta el jueves que ambos lobos volverían a quedarse para llevarlas al día siguiente, su amigo y beta Ludovic dijo que de esa manera su mate no estaría alejado de él y Kenrick apoyo su decisión pensando lo mismo.
Llegada la noche, Aislinn alisto todo en su morral de cuero, lo necesario para empezar las clases, programo su alarma y se metió a su cama a dormir, Kenrick estaba viendo televisión en la sala y Ludovic y Lizzie ya estaban en su habitación.
Al día siguiente
El timbre de la alarma sonó, Aislinn había programado su alarma más temprano de lo normal, quería llegar antes así se podría encontrar con algunos compañeros por apuntes y justificar sus faltas a la dirección.
Removió el pesada brazo de su mate que rodeaba su cintura, con cuidado de no levantarlo. Salió de la cama y fue al baño llevando su ropa, después de varios minutos de terminar de asearse y cambiarse salió de este a maquillarse en su pequeño tocador.
Kenrick que se removía en la cama, levanta la vista en dirección a su mate.
—Buenos días.
—Oh buenos días, lamento si hice mucho ruido.
—No te preocupes… ¿Por qué tan temprano te levantas…son las 6:30 a.m. tus clases empiezan a las nueve?
—Necesito arreglar cosas de la universidad. —responde levantándose de su tocador y llevando la toalla al baño.
—Aislinn…la llamó Kenrick, al ver a su mate con la ropa que vestía, por unos segundos lo había hipnotizado, <<esta hermosa>> se dijo, era de él esa chica, pero, le molestaba el hecho de que alguien más la viera con otros ojos, que viera lo que a él le pertenecía, su lobo y él estaban molestos, no podían permitir que ella salga así, eso no ocurriría.
—Ah ¿qué sucede? —dice ella saliendo del baño y volviéndose a sentar frente a su tocador.
— ¿Vas a ir a estudiar así? —dice señalando su ropa. Ella a través del espejo baja la vista hasta su ropa y nuevamente la sube a mirarlo.
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Editado: 11.01.2021