Enya: En busca del destino | Serie: Destino Sobrenatural.

Capítulo 33.

AISLINN ENYA DEMBROT

La puerta se abre dando pase a Trisha con un vestido negro corto y con un detalle “v” en el pecho, no puedo negar que tiene buen cuerpo, además es muy alta, le pongo una mano y media de altura más que yo. Me ve y sonríe con suficiencia mirándome de pies a cabeza, ignoro eso para entrar de una vez al despacho. Como no me saludo, tampoco lo hago.

 

Entro al despacho teniendo la mirada de Kenrick desde la comodidad de su maldito sillón, apoyando sus manos en el escritorio.

 

¿En qué momento me cambio el humor?

 

—Hola Kenrick, el elfo Lux me dijo que necesitas hablar conmigo. —digo parándome frente a su escritorio, parezco una súbdita más desde esta posición y eso me molesta, si quería hablar conmigo podía omitir su postura de Alpha y decirme lo que sea que iba a decir en la habitación, pero no aquí.

 

Ahora viendo a Kenrick mis pensamientos vuelan, él sabrá sobre Henry y su parecido con él.

 

—Ais…sí, quería avisarte que mañana vienen mis padres, hay un vestido que traerán hoy en la noche, eso lucirás mañana en la presentación.

 

— ¿Qué presentación? —pregunto, pensé que era una fiesta de bienvenida a sus padres.

 

—Cierto…no te lo dije. —dice rascándose la cabeza. —Trisha me sugirió que mañana sea la presentación tuya a la manada junto a la bienvenida, y me pareció una gran idea, ya se está encargando de los preparativos.

 

¿Este tipo enserio me está jodiendo? Yo que recuerde dijo que la presentación aun no la haríamos porque lleva meses de preparativos e invitaciones y ahora de la noche a la mañana me dice que se hará por sugerencia de su ex novia.

 

— ¿Qué te parece Aislinn…está bien? —me pregunta al ver que no respondo.

—No entiendo porque necesitas mi opinión Kenrick.

— ¿Por qué no lo haría? —dice mirándome inquisitivamente.

 

Acaso este tipo es idiota o se hace. Me mira como si no entendiera lo que está haciendo.

 

—No entiendo porque me preguntas y me haces perder el tiempo con algo que evidentemente ya decidiste. —respondo con seriedad.

 

— ¿Es porque Trisha se encargara de los preparativos que luces molesta? Le pedí que se encargue de los preparativos para la bienvenida porque conoce los gustos de mis padres y luego me sugirió lo de la presentación tuya a la manada.

 

Definitivamente tengo un imbécil por mate, un gran imbécil.

 

—Kenrick… ¿Cuántos años tengo?

— ¿Qué? Eh 21. —me responde frunciendo el ceño ante mi pregunta.

 

—Exacto tengo 21, no 10 años, nunca me he molestado por trivialidades sin sentido como el que planteas ahora, simplemente te he dicho que, si ya decidiste algo omitiendo mi opinión, no le veo el caso de pensar o en este caso preguntar que me parece, cuando tienes claro que hacer.

 

—Ais…no creí que te incomode el hecho de presentarte a la manada, eres su Luna.

 

Enserio Kenrick estas gastando la paciencia que suelo tener contigo y tus estupideces.

 

—Eso no me incomoda, sé que soy la Luna de la manada, solo pensé que la fiesta de mañana iba dirigido a tus padres, que era su día de ellos, no de nosotros. —recalco lo último para que se dé cuenta a que me refiero.

 

—Ais…ella me sugirió y me pareció buena idea…

—Kenrick, ¿mate de quién eres? —pregunto mirándolo fijamente, su actitud de “idiota” me jode.

—Soy tuyo Ais. —responde rápidamente a mi pregunta.

 

—Así es… —respondo sentándome en la silla frente al escritorio. —Para empezar Kenrick, no me has hablado en siete días, ni mucho menos te dignaste a decirme de la llegada de tus padres, me entere por Ludovic y Liz. Ahora me llamas para que acepte algo que ya decidiste, no entiendo ¿te burlas de mí? ¿Te gusta hacerme perder el tiempo? Porque si es así, lo lograste, felicidades. Ahora me retiro, que tengo cosas que hacer. —finalizo moviendo la silla para levantarme.

 

Me giro en dirección a la puerta, estiro mi mano girando la manija, se abre ligeramente la puerta para luego cerrarse con la mano de Kenrick apoyada en esta, impidiendo que vuelva abrirla. ¿Este quiere pelear o qué? Siento a Kenrick juntar su cabeza a la mía su respiración pesada choca en mi corto cabello recorriendo hasta mi oreja.

 

—Kenrick…tengo cosas que hacer, quita tu mano para poder salir.

Silencio.

—Kenrick…—vuelvo a decir cuando siento bajar su rostro por mi cuello y viajar hasta mi nuca, dejando besos húmedos ocasionando que me estremezca.

—Aquí ira mi marca… —susurra entre besos en esa área.

—Sueña con eso Kenrick. —digo moviéndome hacia otro extremo, enserio estoy cabreada por tomar decisiones sin consultarme.

—Aislinn, ¿por qué huyes de mí? —dice nuevamente acercándose y sujetando mi muñeca.

—Kenrick…tú has huido de mí por siete días…porque no sigas ese camino y luego me llamas y me impresionas con otras de las decisiones de Trisha o mejor aún, no me hables. —respondo zafándome de su agarre y caminando en dirección a la puerta y saliendo.

—Aislinn…—dice caminando tras de mí.

— ¡Quiero estar sola Kenrick! no me sigas.

 

El ambiente de ese despacho no me agrada, para empezar y analizando la situación el primer día que estuve aquí, Kenrick y esa rubia venían de esta dirección y por las fachas que traían era obvio que ese despacho más que eso parecía una habitación más. Y si Kenrick cree que pasara algo parecido a lo que está acostumbrado con esa rubia, está muy equivocado.

 

•••

 

Camino al segundo piso para buscar a Lizzie, las personas a mí alrededor están llevando rosas, bandejas, corriendo de un lado a otro, ¡estúpido Kenrick! A lo lejos veo a Trisha dirigiendo como si fuera la dueña y ama de esta mansión e instruyendo a unas señoras sobre cambiar unos floreros de las mesas de los pasadizos.




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