Enzo Vitale

Capítulo 13

Enzo Vitale

¿Nervioso?

Es increíble, pero no. La manera de como me siento ahora mismo es sorprendido, del paso que no pensé seis meses atrás daría, es inclusive, en mi vida me planteé la idea de casarme, ni siquiera con Cristal, por supuesto tenía mis planes junto a ella, pero un matrimonio estaba excluido, no porque me repudie el matrimonio, más bien era algo de un futuro lejano.

Pero los planes del destino, la mayoría del tiempo, es lo más impensable. Acá estoy y, por nada, daré retroceso. Con este falso matrimonio, Marie será feliz, ya que su hijo volverá a ella. Es suficiente para mí, saber que le regrese su felicidad.

Conduzco a un ritmo algo lento al que ando acostumbra, no por retrasar la llegada a nuestro destino, es por Marie, balancea de un lado a otro sus pies, percibo el detalle de sus manos, se entrelazan y se desenredan. Evito mirarla con inquisición para aumentar su inquietud. Su amiga, Alicia, está en parte trasera en silencio, tiene vergüenza de hablar en mi presencia, lo comprendo, Christian fue cruel y sobre todo fue delante de mí. Una rabia me embarga de recordarlo, siento pena por esa escena humillante. Por fin estamos a la puerta del registro civil. Ayudo a Marie a bajar. Alicia sale por sí sola, las guio dentro para esperar a mi hermana, mi testigo.

—Iré a buscar algo de tomar, no demoro —anuncia Alicia, con ello se retira.

Ninguno dice algo, si no fuera por el sonido de las voces, silencio en nuestro espacio, nada incómodo, quiere darle su espacio a Marie con sus pensamientos. La miro de reojo noto como se muerde su labio inferior, revelando su inquietud. Pasan unos minutos de espera y el ambiente sé tornar algo denso, elijo mantener la compostura en apariencia imperturbable. Dejo mis manos en mis bolsillos, desvío mi mirada a cualquier lado menos a Marie, pero me e inevitable rozar mi mirada con su figura aún pensante.

Marie fija sus azules ojos en mí, y esa mirada que ambos nos devolvemos forma un vínculo silencio, intento trazar una mirada neutral, señal de esconder mis verdaderos sentimientos que me niego aceptar, mis ojos no pueden brillar por un amor reprimido.

—Se… Enzo —en un susurro apenas audible, Marie evapora el silencio de nuestro círculo, volteo de inmediato a centrarle mi atención, mis labios se curvan en una mueca ligera por la mezcla de sorpresa y dudas del rostro sonrojado de Marie, ella sacude la cabeza —. Olvídelo, era una pequeña tontería.

—¡Hermanito, mío! —una eufórica Cara interrumpe todo el instante armonioso. Giro en dirección a su voz, y frunzo el ceño al ver que viene con Donato. Cara, trota para llevar a mi encuentro a abrazarme con fuerza, Marie se aleja cohibida. —. Felicitaciones por la boda —enfoca por breves segundos la vista en nuestro serio hermano mayor —, yo y mis dotes de persuasión trajimos al señor Vitale.

Sonrío negando. Ella, Cara, siempre tan especial.

—En verdad, una parte de mí estaba herida por la actitud de él —señalo con el mentón a Donato, el cual se acerca en silencio.

Carraspea.

—Hermano.

Compartimos un pequeño abrazo, igual no puedo guardar rencor por algo es hasta medio tonto.

—Tú debe ser la chica afortunada que se lleva a mi pequeño Enzo —sin pensarlo mi hermana abraza a Marie muy fuerte.

De acuerdo, eso fue inesperado.

—Hola —dice, Marie, con voz insegura, detallo la inmovilidad debido a la sorpresa del gesto inusual de Cara.

—Bienvenida a la geometría de mi familia, casi señora Vitale.

—Bueno, gracias…

Intervengo ya que mi futura esposa, está sonroja. La sostengo por hombros guiándola a mi lado. Quizás eso la tense, pero al menos no soy un desconocido total.

Sorellina, è bastato, la fai sentire a disagio. Stai bene? —sonrío a la par que hablo, no quiero que Marie piense que hablo cosas negativas de ella en mi idioma.

Meglio che mai, mio fratello minore si sposa e questo porterà qualcosa di positivo —su sonrisa es más grande que la mía. Detrás de esa mueca de felicidad, se esconde varías cosas, no enfoco mis pensamientos en ello —. En, vamos ya a la ceremonia, estamos atrasados.

—Esperamos a mi testigo, no está lejos —susurra Marie. Lo que le sigue a tímida está. Sostengo su mano, recoge sus ojos del suelo para ponerlos en mí, le doy un sencillo apretaron de manos. Respira hondo.

—Súper, esperemos a la personita que casi los unirá.

—Silenzio, Cara. Non collabori con l'ambiente —la susodicha rueda sus grises ojos.

—Perdón la demora, había fila —una Alicia con sudor rodando por su frente aparece, en su mano trae unos cafés. Saco un pañuelo, se lo extiendo.

—Gracias, señor Vitale —deja un café en mano de Marie —. Buena… —sus saludos se estancan, oprime sus labios en una fina línea, su semblante da una transformación a uno de irritación, justo a la presencia de mi hermana. La cual sonríe con algo de superioridad.

—Buen día, señorita.

Asiente con pocas ganas. Marie intercambia una mirada conmigo, la tensión de hostilidad cubre el aire dejándonos inmóviles. Mi prometida corta este ambiente.




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