Enzo Vitale

Capítulo 16

Enzo Vitale

—Perla, comunícate con Nazli y Jonathan, lo más rápido posible —son abogados de todo el holding.

—Enseguida, señor Vitale, ¿algo más? —niego. Entro a mi oficina llamo de inmediato al número de Cara.

—Ciao fratello… ese milagro.

—Ven a la empresa, tenemos una junta de emergencia —demando sin esperar a sus comentarios sarcásticos.

—¿Cómo que una junta? Enzo, estoy ocupada con un pedido de unos cosméticos.

—Hermamita, te conviene venir, te gustará esta reunión, se cumplirá uno de tus sueños justo en unas horas —debo motivarla a venir.

—Voy para allá, por primera vez en mi vida me emociona una reunión de este tipo…

Tras colgar la llamada, Donato entra sin permiso. Parece agitado con molestia visible en su semblante. Me acomodo sin perder la calma, sé por donde transitará esta conversación.

—¿Qué sucede, Donato? —mi hermano mayor frunce más el ceño.

—¿Qué pasa con esta decisión repentina de cancelar los tratos con los Clark? ¡No podemos permitirnos romper tratos así sin más! ¿Cómo puedes tomar decisiones tan drásticas sin consultar conmigo? Aún no puedo creer ese correo, te recuerdo quién es el presidente aquí.

—Lo siento si te ha tomado por sorpresa, Donato. La situación con los Clark ha cambiado. Necesitábamos tomar medidas rápidas para proteger la integridad de nuestro holding, a esa gente se le vine un escándalo encima —Donato muestra signos de frustración, paseando por la oficina, evidentemente molesto. Se sienta, me observa con detenimiento.

—Pero ¿por qué no me informaste antes de tomar esta decisión? ¡Esto puede afectar seriamente! —resopla, respira hondo —. ¿Por qué? Jamás tomarías una decisión tan desacelera.

—Comprendo tu preocupación, Donato. La situación era urgente y había poco margen para discutirlo previamente.

—Enzo, dímelo, sé que tiene otros motivos…

Siento un nudo en mi estómago, obvio, esto es más personal que profesional. Intento organizar las palabras correcta en mi mente, sabía de ante mano que mi respuesta no lo iba a digerir, lo conocía lo suficiente para ya advertir su reacción.

—Ellos son los familiares del hijo de mi esposa —suelto con calma aparente.

Sus ojos negros, tan parecidos a los de papá, se abrieron con ligereza, un destello de asombro nació de su mirada, aunque su rostro mostraba una expresión imperturbable. Recargo sus brazos con serenidad en mi escritorio.

—Hermano, no me voy a meter en tu relación —hace comillas con los dedos, lo que me provoca una pequeña molestia —. Pero por motivos externos, no podemos deshacer meses de trabajo, ¿cómo puede una cuestión personal influir en una decisión de negocios tan importante? Tu dichoso matrimonio es reciente, no la conoces lo suficiente.

—Para mí, esto es más que solo negocios. No puedo permitir que el holding tenga asociaciones con aquellos que han causado tanto dolor a mi esposa, aunque mi matrimonio sea reciente, podré no conocerla lo suficiente, pero no hizo falta para ver la gran persona que es. Ya no volveré a estrechar mi mano con personas que actúan tan bajo, aprovechando la vulnerabilidad de una joven madre. No se trata de problemas en el ámbito empresarial. Se trata de nuestros principios. Recuerda la filosofía de nuestro difunto padre.

Donato muestra cierta incomodidad.

—Enzo, por favor…

Antes de que continúe lo interrumpo, sé por donde va su tono de voz.

—Escúchame tú a mí, con tu aprobación o no, voy a deshacer esos tratos con esa gente, no quiero ni un momento más tener lazos de cualquier tipo con ellos, lo siento por ti si no lo aceptas. De todos modos, no está cien porciento decisión tuya, recuerda que mayoría gana y el resto asume y creo que en esta ocasión a ti te tocará asumir.

—No me busque cuando te arrepientas —gruñe está contiendo gritarme.

—¿Por qué lo haría? No tengo 15 años, hermano. Si me disculpa, tengo trabajo.

Donato se retira mientras camina con enojo. Exhalo a tiempo en que miro al techo, suelto unas pequeñas risas. Por mucho tiempo, he acatado cada orden de mi hermano mayor sin rechistar, pero no puedo esta vez. No cuando han actuado con alevosía, han empujado lágrimas a alguien que no merece ningún dolor.

Marie, con su forma de ser, su sencillez, me tienen tomado del corazón. Quiero hacerla feliz, dentro de un año y medio no lo volveré a ver, por lo tanto, quiero ser su apoyo incondicional, ser real con ella, alejar para siempre lo malo de su vida. Había que empezar por la raíz de todo.

Todo por ti, pequeña rubia.

Una notificación me saca de mis cavilaciones. Es de Marie, inconsciente, sonrió. Está en su casa desde ayer, le di su espacio para estar con su amiga, Alicia, antes venga a vivir conmigo.

“Matteo y yo te invitamos almorzar”.

El mensaje está adjunto con una fotografía de ambos con una gran sonrisa, ambos con un cucharón en sus manos. No dudo en responder que iré encantado.

Acabo de recibir la mejor motivación para seguir mi día.

***

La sala de reunión refugiada de silencio, a la espera de los Clark. Estos minutos de espera parecen eternos. Mi paciencia se está agotando, lo hacían a propósito, ellos eran los primeros en aparecer cuando de reunirnos se trababa.

Cara se encontraba sumergida en su iPad, supongo organizada cosa de su negocio de cosméticos.

Donato en su semblante reflejaba frialdad, ni siquiera me miraba, donde enfocaba, su mirar estaba distante, sabía que duraría molesto varios días.

En ese momento, la puerta se abre y entra la Perla, anuncia la llegada de los Clark. Milton saluda con educación, su hijo me observa con rabia, su mano no enyesada, la aprieta con fuerza, bufo con disimulo. Me quedo sereno, me da igual su disgusto, se lo busco, para ver si sigue con encanto de despotricar sus malditos insultos, parecía que en cualquier instante va a saltarme. Su padre le aprieta el hombro, le susurra algo, lo hace sentarse.

Cara dejo su aparato de lado. Nota el brazo enyesado de Dereck. Aunque un destello de sorpresa cruzó su rostro, rápidamente lo disimuló con una mueca apenas perceptible que reflejaba una mezcla entre sorpresa y un placer disimulado al verlo en esa situación. Era de sobra saber que le caiga mal.

Si supiera que fui yo, el causante me hace una celebración.

—Gracias a todos por venir. Como saben, hemos tenido una larga relación de negocios con los Clark. Sin embargo, en las últimas semanas, hemos estado evaluando la dirección de nuestra colaboración. Es cierto, hemos trabajado juntos durante años, y eso hace que esta decisión sea aún más difícil. Pero, como líderes de este holding, debemos asegurarnos de que nuestras asociaciones sean sólidas, tampoco permitiremos la imagen opacada por sus acciones.

—¿A qué te refieres, Enzo? Hemos tenido una relación sólida durante años —intervine Milton nervioso.

—Es cierto, hemos trabajado juntos durante años, y eso hace que esta decisión sea aún más difícil —por supuesto, no es cierto —. Busco lo mejor para holding, nuestra asociación ha sido muy sólida por años, pero asuntos externos —miro a su hijo con disimulo—, me han hecho cambiar de parecer, su reputación se está viendo comprometida…

—Señores, su líder, está rompiendo la relación por nada importante, está motivado por asuntos personales que tienen que ver con mi familia, influenciado por una mujer que por ahora no conocen.

Cálmate, Enzo, no le acomodes el otro hombro.

Necesito mantener la compostura y seguir adelante, no caeré en su juego.

—Dereck, ¿no le dieron educación? Mi hermano no ha terminado. Así que se agradecería, guarde silencio, no está en su casa para interrumpir, sobre todo para decir argumentos sin sentido — agradezco a Cara y su poca paciencia, con un asentimiento le doy gracias a mi hermanita.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.