Ephemeral Temptation

Rompecabezas

Frank había terminado la construcción de los últimos portales, sentía un gran alivio al saber que pronto llegaría el día que tanto ansiaba. Finalizaba el mes de noviembre, faltaban 4 meses para que la profecía se cumpliera.

Todos los habitantes del Averno, estaban confiados en Kendra, quien había terminado de ganarse a Victoria al aceptar conocer a la mujer que estaba interponiéndose en sus planes. Con eso y con ayuda de varios incubus, retrasaría el trabajo de Anne. No volvería a pasar por lo mismo.

Los líderes llamaron a Kendra a una reunión improvisada en el salón principal, tenían instrucciones para finalizar con los planes. Todos hablaban sobre lo que se haría, pero en cuanto la castaña abrió la puerta, guardaron silencio. Fueron los segundos más incómodos de su existencia, se sentó al lado de su madre y su hermana y esperó a que el más importante de ellos hablara.

- Como ya sabrán se acerca nuestro día, es el día que hemos esperado por más de 1000 años, sin embargo, la primera vez que lo intentamos, fracasamos, sabemos la razón.

- El incubus encargado de traer a la doncella, se enamoró de ella, traicionó nuestros ideales y entregó lo que era a "Dios", - Interrumpió Lilith. - sí, ya es una historia vieja, vayamos directo al grano.

- Se te da mucho hablar cuando no te corresponde, Lilith. - Refunfuñó Lucifer.

- Recuerda que soy la primera mujer que dejó el paraíso.

- Me pregunto por qué...- Respondió él con sarcasmo. - Bueno, ahora, después de 20 años, retomamos lo que dejamos a la mitad, no con la doncella original, sino con su hija.

Kendra se quedó paralizada, no creía lo que escuchaba, la madre de Victoria era la primera doncella. Entonces ella...

- Tengo una duda, - Dijo la castaña.

- Adelante, Kendra, al menos tu pides la palabra, alguien nació con modales.

- Si la doncella actual es hija de la primera doncella, eso quiere decir que el incubus al que le fue asignada esta tarea es...

- Liber, el incubus que se volvió humano con tal de estar al lado de su amada, ¡cuánta cursilería!, me está dando asco hablar del tema.

- La chica es su hija.

- En efecto, quedé muy sorprendido cuando Dios le dio una oportunidad a un demonio como él, corrompió a miles de mujeres, asesinó a muchísimos humanos, pero se arrepintió de todo antes de entregarnos a la mujer.

- ¿Hizo un trato con Dios?

- Se entregó, sólo por volverse humano y permanecer con ella.

- ¿Eso es posible?

- Lo es, ¿acaso no has escuchado que Dios todo lo puede?, ese maldito de Liber fue purificado.

- Suena complicado, ¿están haciendo esto por venganza?

- No, la primera doncella fue escogida desde su nacimiento, pero al no completarse la profecía, la asignación pasó a su primogénita, es ella quien cumplirá con lo prometido, pero volviendo al tema, hay algo que debes hacer 3 meses antes de que llegue marzo.

- Lo escucho.

- Te acostarás con ella, no importa cómo, es la única manera de que te apoderes completamente de su mente y lo más importante, de su cuerpo, que es el que proveerá todo para mi hijo.

- No entiendo la finalidad del acto.

- La prepararás para el último día de marzo, cuando cruce el portal hacia nuestro mundo, yo me encargaré del resto.

- Pero acostarme con ella se me hace una falta de respeto hacia usted...- Mintió.

- Es sólo un entrenamiento, después de todo, los hijos de Lilith son famosos por someter a los humanos a las más horribles de las torturas y vamos, tú has heredado muchos de sus poderes, eres lo que se necesita.

La reunión se dio por concluida y Kendra seguía sin poder asimilar lo que había descubierto. La hija de Liber era Victoria y no sólo eso, su madre había sido la primera doncella. Demasiada información en tan poco tiempo. Lo que más le asombraba era que un incubus se había vuelto humano, Dios daba segundas oportunidades, aunque ni siquiera pertenecían a su reino.

- Es un buen sujeto. - Dijo en voz baja.

- ¿Quién es un buen sujeto? - Frank la miraba con curiosidad.

- Nadie, ¿me acompañas al mundo humano?, tenemos cosas que hacer.

- Por supuesto, si eso implica matar a alguien, ten por seguro que te acompañaré.

***
 

Faltaban 3 clases para el segundo descanso y Victoria ya tamborileaba sus dedos contra la mesa. Quería ver a Kendra, contarle que Anne le había llamado, pero hacía dos noches que no contestaba el teléfono. Estaba preocupada, pensaba que tal vez la castaña creía que estaba completamente loca y que había decidido cortar todas las formas de comunicación. Tampoco la había visto por el campus, ni siquiera en su propia facultad.

Preguntó por ella y Frank, pero nadie sabía dónde estaban. Parecía que la tierra se los había tragado sin dejar rastro. Se estiró en su asiento y deseó con todas sus fuerzas que volvieran. Desvió la mirada hacia la entrada de la universidad, se levantó bruscamente de su asiento y salió corriendo del salón, sin decir una sola palabra.

Durante su carrera tan precipitada se tropezó un par de veces, hasta que llegó y saltó a los brazos de la chica que tanto esperaba.

- Hey, ¿qué pasa, Vi?, estás muy entusiasmada.

- Hace dos días que no sé nada de ti, pregunté por ustedes y nadie supo decirme dónde buscarlos.

- Tuvimos que hacer un viaje de emergencia. - Respondió Kendra.

- Así es, teníamos problemas con nuestros consulados. - Dijo Frank.

- ¿Pero arreglaron todo?

- Sí, todo está en orden, ¿me extrañaste?

- Bueno, creo que Homer me está buscando, las dejo para que hablen a solas. - Rió él, mientras huía.

- Ese tonto, - Kendra sonrió levemente. - ¿te parece si vamos a caminar?

Victoria parloteaba sin parar, le contaba muchas cosas y nada a la vez. Luego de unos minutos aclaró sus ideas y recordó lo que quería decirle inicialmente.

- Parece que Anne está teniendo problemas.

- ¿Ah, ¿sí?




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