Ephemeral Temptation

Azar

- Parece que lo único que te interesa últimamente es pelear con ella, ¿no es así? – Dijo Brent del otro lado de la línea. – Te pedí que trataras de no empeorar la situación y mira lo que lograste.

- Está escondiéndome cosas, no me gusta.

- Bueno, tú no le habías dicho lo que te estaba pasando y ella no te lo recriminó, creo que es demasiado.

- ¿Y omitir el hecho de que la chica que me seguía era su hermana?, eso no es demasiado, ¿cierto?

- Bueno tal vez es una de esas hermanas raras, que te causa vergüenza aceptar que tienes un vínculo sanguíneo, además ni siquiera dejaste que te explicara nada. - Victoria permaneció en silencio. – No pensaste en eso cuando le gritaste en su propia casa, ni siquiera pensaste en cómo se sentiría.

- Tal vez crucé la línea…

- Tal vez no, ¡lo hiciste!, pero ya no podemos hacer nada para cambiarlo, vas a ir a esa casa a pedir disculpas, no por mensaje ni llamada, hazlo en persona.

- No puedo hacer eso…- ¿qué pensaría Kendra después de todo el drama que había hecho? - Debería esperar un poco más.

- ¿Qué es lo que quieres esperar?, no sé cómo es que esa chica te tiene tanta paciencia, digo, soy tu mejor amigo, pero incluso a mí me molesta.

- Al menos podría esperar a verla mañana en la facultad…- Victoria miró por la ventana y se llevó una no muy grata sorpresa. - Parece que hay cambio de planes, ¿te llamo más tarde?

- Victoria, no me dejes hablando… 


Al bajar las escaleras, notó que su padre estaba en la sala, mirando la televisión, caminó despacio hacia la puerta y al girar la perilla, escuchó su voz desde la otra habitación.

- ¿A dónde crees que vas?, son casi las 11, dile a tu amiga que te vea mañana.

- Tengo qué hablar con ella de algo importante, no iré a ningún lado, sólo estaré en la puerta.

- Cinco minutos y que se vaya. - Respondió su padre, asomándose hacia la entrada. – Nada de trampas, Vi, te estaré vigilando.

- Lo entiendo, - Puso los ojos en blanco y abrió la puerta. - me sorprende verte aquí, ¿necesitas algo?

- Hablar sobre Kendra, ah, y antes de qué digas que es patético que haya enviado a su hermana menor a llorarte, déjame decirte que no fue así, vine aquí por voluntad propia. – Sonrió Scarlet. – Mi hermana es bastante decente a comparación mía.

- Ajá… ¿Cuál es tu punto?

- Sé que estás molesta con Kendra, pero no es culpa suya, se preocupa mucho por ti, mucho más de lo que crees, obviamente yo no soy la mejor hermana, por eso no te habló de mí, estoy segura de que lo que sea que tenga contigo, está siendo muy sincera, no puede perder lo único que de verdad ama en este mundo.

- ¿Qué? - ¿Estaba escuchando bien? - ¿Qué acabas de decir?

- Vaya que son lentas ustedes dos, o sea, llevo muy poco tiempo aquí y he notado muchas más cosas, tú y ella hacen una pareja muy interesante, sólo quiero que entiendas que, si ella hace algunas cosas “extrañas”, es por mantenerte segura, no es con la intención de dañarte, de ninguna manera.

- Eres bastante buena, a decir verdad, pensé que eras sólo una acosadora, pero parece que eres una persona agradable, mira que venir aquí para decir esto.

- No estoy muy de acuerdo, ¿sabes?, aún con todo lo que implica, prefiero que mi hermana esté bien y pueda disfrutar la vida, - Se dispuso a irse. - al menos lo que le queda.

- Dile que hablaré con ella… - Recibió una sonrisa por parte de la pelinegra. - Gracias por hacer esto… Y siento ser tan temperamental, hay demasiada tensión.

- Claro, le diré justo eso.

Al volver a su habitación, intentó enviarle un mensaje a Kendra, aunque no estaba muy segura de lo que quería decirle. ¿Disculparse?, definitivamente, pero no sabía cómo lo tomaría, después de todo no podía sólo pedir perdón por teléfono y hacer como si nada hubiera pasado. Se recostó en la cama, mientras miraba hacia la ventana. Nunca se había puesto a pensar al respecto, ciertamente, ¿cómo es que Kendra llegaba hasta el segundo piso?, nunca la vio correr o trepar, ni siquiera saltar en la universidad.

- Qué extraño… - Volvió a mirar su celular. - ¡Al diablo con esto, lo haré ahora!

Buscó su chaqueta y bajó las escaleras otra vez, su padre estaba dormido y su madre estaba a su lado, demasiado distraída para notar su presencia. Tomó las llaves de la motocicleta y activó el GPS. No era muy buena para conducir de noche, pero al menos no se perdería.

El clima era bastante agradable, considerando que era invierno. Caminó un par de cuadras para evitar que sus padres escucharan el motor. Una vez que tuvo una distancia considerable entre su casa y ella, arrancó y condujo hasta la casa de Kendra, esperando que al menos no le cerrara la puerta en la cara.

Mientras avanzaba por las calles poco iluminadas, pensaba en cómo no había notado tantos detalles en la castaña, la manera en la que le sonreía sólo a ella, esa sonrisa que desaparecía en cuanto ambas se alejaban. Recordó su expresión después de la discusión y se sintió culpable. Sí, estaba bajo mucha presión por la tonta profecía, sin embargo, eso no justificaba su comportamiento hostil hacia Kendra. Escogió las palabras que usaría al llegar, esperaba sonar convincente. Aparcó su vehículo cerca de la casa. Se quitó el casco y lo sostuvo con fuerza hasta que se encontró de pie frente a la puerta.

- Bueno, ¿qué es lo peor que podría pasar ahora? - Llamó a la puerta un par de veces, pero nadie acudía. – Tal vez está dormida…

Caminó alrededor de la casa, tratando de ubicar la habitación de Kendra. Luego de un par de vueltas, por fin encontró la ventana. Buscó una pequeña piedra y la lanzó con la esperanza de que lograra golpear el cristal. Después de varios intentos, finalmente la piedra llegó hasta uno de los marcos, no causó el sonido que ella esperaba, pero seguramente despertaría a quién dormía ahí.

Esperó por un buen rato, sin obtener ni siquiera una queja por el revuelo. Le pareció bastante extraño, era tarde. Demasiado como para estar fuera de casa sin un auto.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.