22:35 de la noche. 01 de abril
Narrador
Jeon Jungkook llega a altas horas de la noche a su humilde casa ubicada en Seul. Su corazón latía con fuerza en su pecho y así mismo entró a su casa, su mirada estaba ida y en su pecho recorre un temor pesado. Literalmente su estado fue emocional es por el revolcón con su secretaria y con una pequeña ilusión sobre formar su familia que le sacó una sonrisa.
El olor a comida apareció frente a su nariz donde llegó a su estómago que terminó rugiendo de hambre. Con una sonrisa algo apagada fue a la cocina donde seguramente estaba Eyol preparando la cena. Dejo su saco colgado junto a su maletín, quitó sus zapatos y los cambió por unas cómodas pantuflas. Rascando su nuca fue caminando a paso flojo hacia la cocina donde ahora se escuchaba más claro el sonido de la comida hirviendo y aparte el sonido de los platos poniéndose sobre la mesa de la cocina.
Se detiene con algo de miedo y toma aire por unos segundos y con una sonrisa forzada cruza el umbral de la cocina, donde con toda la tranquilidad se dirige a donde su linda y hermosa esposa que se encuentra cocinando brochetas de cerdo con ramen instantáneo. Y fue allí donde su corazón dio un vuelto tremendo, allí mismo se sintió el hombre más mierda del mundo.
—¡Jungkook!
Saludo feliz Eyol al verle en la cocina. El susodicho sonrió a medias.
—Hola amor.
Le saludo con un dolor en el estómago, Eyol sonrió y fue hasta él para abrazarlo y besar rápidamente sus labios.
Jungkook abrió un poco ojos y una sonrisa triste apareció en sus labios. Como si fuera lo más delicado el mundo abrazó a su esposa.
—Llegas tarde —susurro Eyol sobre sus labios, con una ligera sonrisa. Jungkook sonó su garganta afirmando—. Supongo que tuviste un largo día, ve a bañarte para que cenemos.
Eyol se separó un poco dando leves palmadas en su sobre pecho.
Jungkook asintió sin decir mucho, beso por última vez los labios de su esposa para dirigirse a su habitación y tomar su cambio de ropa más cómodo. Al ingresar al baño, abrió la regadera y el agua caliente empezó a salir. Se desvistió e ingresó a la ducha, donde el agua caliente y cálida empezó a quitar cualquier sudor provocado por el gran esfuerzo de hoy.
En su mente se preguntó entusiasmado de como recibirá la noticia Eyol al saber que al fin iban a tener una familia y un futuro heredero.
—Yo sé que va a estar feliz por la noticia — se dio fuerzas así mismo a lo que tenía planeado para que al fin fueran una familia.
Cuando salió de la ducha, el nombre MiYong llegó a su mente y al saber que mañana tenía que verla nuevamente... Le provocó un apretón en su estómago de miedo.
¿Con una vez basta, cierto? Se preguntó esperanzado al no tener que volver acostarse con su secretaria. Momentos con ella de esta misma mañana aparecieron en su mente provocado que su corazón latiera con fuerza y sintiendo unas ganas inmensas de llorar por lo que sucedió hoy con ella.
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—¿Como te fue hoy? —pregunta Eyol, sentándose al frente de Jungkook toma una brocheta de cerdo.
—Bien, creo que la empresa de papá es una de las confiables de todo corea —responde orgulloso de su papá. Eyol sonríe y come otro pedazo de brocheta—. Aunque estuve un poco angustiado por lo de la mañana —Eyol lo vio atentamente—. Hablé con mi papá y dijo que tal vez tus óvulos son muy fuertes para mis espermatozoides —dice bebiendo un poco de Soju.
Eyol suspira un poco y una mueca de duda aparece en su rostro.
—Pero los doctores nos habrían dicho — suspiro desganada, Eyol—. Sabes que — dice con una ligera sonrisa en su rostro.
Los ojos de Jungkook brillaron a tal belleza ante sus ojos. Sin duda era el hombre más afortunado de tenerla.
—¿Que paso, linda? —preguntó agarrando los palillos y tomar un poco de Kimchi, mientras mira a su esposa expectante por lo feliz que se puso de repente.
—¿Que dices si adoptamos? —sonríe al final, pero el rostro de Jungkook cambio—. Se que no será lo mismo...pero, nuestra edad sigue avanzando, no podemos quedarnos estancados —dice ella arrugando su ceño, no quería ser madre con una edad avanzada, quería ahora que estaba joven y llena de vida—. ¿Y qué dices?
Le sonríe a un Jungkook que mostraba el rostro algo serio.
—No. —responde así de simple, confundiendo a Eyol.
—¿Por qué no, Jungkook? —se cruza de brazos Eyol en la mesa, mirándole con una ceja alzada a su esposo y con una mueca en su rostro.
Pero en eso Jungkook recuerda la palabra sorpresa de MiYong. Traga el último pedazo carne y se levanta de la mesa dejando confundida a Eyol.
—¿Un último intento?
Eyol levanta las cejas sorprendida por la propuesta de Jungkook y su cuerpo entró en calor. Sin mucho que decir, acepta esperanzada de quedar embarazada.