Epifanía (master Of the Bussiness #1)

Capitulo Tres ✎

Capitulo tres

 

 

Alisa

 

El mundo tenía que estar a mi favor hoy sin duda alguna.

 Me levante muy de mañana mientras iba a correr cerca de la residencia donde vivíamos Peter y yo. Era un lugar no tan caro y lujoso con lo eran Belgravia o, Hampstead, pero no dejaba nada que desear, teníamos un piso muy bien decorado que entre los dos habíamos comprado con el paso del tiempo mientras nos mudábamos a Londres.

Ya habían pasado casi cuarenta minutos, así que por lo tanto corrí un poco más rápido para acelerar el paso y llegar a nuestro departamento.

Subí en el ascensor y me encontré con mi vecina la señora Betty del 809

—Buenos días señore Betty — salude amable con una pequeña inclinación como lo hacían los asiáticos.

—Buenos días para ti también querida. ¿Cómo vas el día de hoy?

—Muy bien, hoy tengo una entrevista de trabajo, y estoy muy alegre de eso.

—¡Eso es genial! — exclamo realmente sorprendida ya que a ellas muchas veces le dije que necesitaba un trabajo nuevo.

Trabajar en puestos de comida sin duda era sin duda una de las cosas más sofocantes que se podían hacer. Necesitaba conseguir un trabajo estable nuevamente, ya que desde que me había graduado y después de haber trabajo en dos lugares anteriores y no por mucho tiempo, no había podido ejercer mi carrera como se debía, debido a la falta de empleo. Y ese tipo de trabajo se me dificultaba mucho. Cuando me comunique con la persona que me ofrecía un puesto de asistente, me dijo que el trabajo se acomodaba a mis requisitos y tiempo que necesario para estudiar si decidía seguir con ello  y hacer mis deberes extras.

—Realmente necesito un trabajo, las cuentas no se pagan solas y la verdad desearía que mis padres dejaran de ayudarme, aunque se los diga y no me hagan caso.

—Buena suerte mi niña.

Las puertas de ascensor se abrieron un poco mas lejos de mi piso, coloqué la contraseña una vez estuve ahí y cuando abrí, un olor a pasta y albóndigas recién hechas inundaba la casa completamente. Se me fue inevitable que mi boca se hiciera agua al sentir ese aroma. Sin duda una de las cualidades que Peter tenia era la cocina, nunca se había dado de baja por ser el único de los dos que lo hacía, además que no dejaba que el hiciera todo.

Nuestro departamento era sencillo, pero algo grande. Sin duda al precio que lo conseguimos fue una gran ganga, consistía en ventanas totalmente de vidrios polarizados y resistentes a golpes y ruidos. Las vistas sin duda era lo mas hermoso, mas cuando el sol entraba por la mañana. Era por eso una de las razones que manteníamos grandes cortinas oscuras en ellas para que contrastaran con el blanco del lugar. La sala en forma de L era una de las cosas más relajantes que había, aunque al principio cuando vi el precio de esos muebles que Peter había adquirido casi me da un paro cardiaco, debo decir que el cuero negro de esos muebles combina con el lugar.

Una pantalla plana adorna la sola con un pequeño tocador abajo más un simple comedor de vidrio resistente, más con la lámpara de cristales que había comprado y había mejorado yo misma después que la vi en una venta de garaje en las afueras de Liverpool en un viaje de locos con unos amigos hace dos años.

Cualquiera que entrara en esta casa no se imaginaria que dos jóvenes de veinticinco y veintiocho años viven aquí.

—Estaba por llamarte cariño, ya casi es hora para que te vayas tu entrevista. —hizo una pausa para enseñarme lo ya sabía que había cocinado— Hice pasta, tu favorita para desearte buena suerte. —contesto con una sonrisa.

—Querido Peter, sin duda serias un novio excelente — le confese mientras lo abrazaba por detrás— lastima que Susana no fuera consciente de ello.

—Si, mucha lastima— contesto en un tono bajo y dolido — muchas gracias por dejarme rehacer mi vida contigo se que es un desastre ahora mismo, pero prometo que mejorare y volveré a estar al cien como antes.

—Sabes que no debes de preocuparte, solo porque las cosas con Susana no funcionaron no creas o digas que nunca volverás a casarte o cosas así. Mírale el lado bueno, volvemos a ser dos adolescentes viviendo en el mismo techo como en los viejos tiempos, cuando comenzábamos la universidad.

—Sin duda —contestaba mientras tomaba mis manos — hay que madurar, cuando estoy contigo siento que tengo dieciocho de nuevo y así nunca poder conseguir otra esposa.

—¿Quién quiere casarse tan pronto? Tomate tu tiempo y encontraras a esa persona que haga que tu mundo de vueltas.

—Lo mismo quiero para ti — me dio un beso en el cabello — pero bueno ¿Qué tienes pensado ponerte? Por cierto ¿Dónde será la entrevista?

Me aleje de él haciendo un puchero tan dramático como una niña de cinco años, esa era una de las cosas en las que había estado pensando en todo el trayecto desde que me fui.

—No tengo la menor idea —revisé en mi celular las notas y el sitio web en el que había investigado un poco mas de la empresa— estuve leyendo más sobre Sky Desing Inc. Y se ven que son una de las empresas más grande de arquitectura casi internacionalmente. No me específico para que sería mi puesto exactamente, pero la paga sin duda es muy buena.




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