Epifanía (master Of the Bussiness #1)

Capitulo Ocho ✎

Capitulo Ocho

 

Jakov

 

 

—¿Qué miras tanto? Parecías pensativo.

No me di cuenta en el momento en el que Krisa estaba con la puerta abierta en mi oficina con los brazos cruzados y con una mirada que me daba a entender que me había descubierto en algo. Hace unos meses atrás esa misma puerta tenía un sonido chirriante que lo único que me causaba era dolores de cabeza, pero ahora sin ese sonido es más difícil saber cuándo alguien abre la puerta.

De verdad que ni yo me entendía.

Observe a Krisa y no era necesario ser adivino para saber que sentía curiosidad por lo que tenía en mi mano. Me gustaría saber a veces que rondaba por la cabeza de Krisa cuando tocaba estar cerca de nosotros tres. Ella siempre decía que nosotros nunca podíamos esconderle cosas por mas que pudiéramos.

Hay cosas que tu aun no sabes Krisa….

Éramos un grupo de cuatro desde hace muchos años, donde nuestro lema era que Entre nosotros no había secretos. Pero a veces solo había cosas que entre los chicos las resolvíamos porque necesitábamos ahorrarnos la regañada maternal de siempre.

—Nada. — murmure seco — Estaba viendo mi ID, que ya sin duda esta foto esta muy vieja, pienso cambiarla la verdad.

¿Por qué divagaba?

Krisa era muy buena leyendo a las personas. O eso era algo que ella le hacia creer a la gente para que le dijera lo que sucedía por su cabeza.

Dramática.

—Eso no parece desde aquí un ID — frunció el ceño tratando de ver mejor lo que tenía en la mano. —¿Qué es? Muéstramelo.

Trate de cambiar el tema rápidamente, no estaba en estos momentos para que Krisa comenzara con un montón de preguntas por resolver. No me molestaba escucharlas. Pero no quería responderlas.

—Sea o no lo sea, no es tu problema — tome el artefacto y lo metí en la bolsa del interior de mi saco. —¿Qué te trae por aquí?

Empecé a ordenar un poco los papales que tenía esparcidos por el escritorio, a veces me sentía mal por Paula. Su trabajo nada más se basaba en ser mi asistente, pero siempre que venia en la mañana mi escritorio estaba limpio e impecable de papales, planos o contrataciones.

No me gustaba que mi escritorio siempre estuviera arreglado ya que eso implicaba no saber dónde estaría lo que estuviera utilizando el día anterior y eso sería estar perdiendo el tiempo.

Y yo no pierdo el tiempo.

—¿Ahora tengo que pedir una cita para poder verte?

—No he dicho eso— murmure mientras seguía concentrado en los papales que tenia enfrente — Sabes que no la necesitas.

—Eso ya lo se. — se rio— Aunque me dijeras que ahora tendría que hacer citas para poder verte no las haría. ¿Desde cuándo los accionistas necesitaríamos permiso para poder verte?

—Tengo entendido que pronto dejaras de ser accionista — la enfrente viéndola a los ojos — ¿O me equivoco?

—¿Un mal día? — pregunto mientras cerraba la puerta y se acercaba a mí.

No fue nada inevitable no saber que había cambiado el tema.

—Desde hace unas semanas, no hay días buenos en esta empresa lastimosamente. Y ya están por venir los días más complicados aún.

—¿A qué viene tanta actitud pesimista? — tomo asiento en una de las sillas para clientes. —¿Por qué dices eso? ¿Tienes algún problema que resolver?

—Déjame pensarlo…. ¿Piensas irte aun? — me cruce de brazos arriba del escritorio. — Podríamos comenzar por ahí.

—Jakov… ya hemos hablado de esto….

—Si lo hemos hablado, pero aun no me queda claro por qué — respondí tajante — Perdón. Me retracto. Entiendo por qué. ¿Quieres volver a hacer tu vida? ¡Excelente te apoyo! ¿Pero porque carajos tienes que largarte a América?

Me puse de pie inmediatamente por la actitud y los nervios que estaba tomando. Para mi saber que Krisa nos dejaría no solo se representaba en un problema de amistad con ella. No era que no la extrañaría, había estado conmigo desde muy tempranas edades tanto con Browen y Conrad, pero su salida también implicaba muchos problemas y espacios en blanco en Sky Desing.
Me molestaba saber que tendría que venir a alguien mas a ocupar un lugar tan importante que ella ya daba por suyo. Me molestaba saber que ella más que nadie me dejaba una tarea de confiar en alguien más cuando sabía lo que para mi era confiar en las personas. Fueran en los ámbitos que fueran. Las cosas cuando se salían de mis manos me daban jaqueca y peor cuando el tema se refiera en confiar en gente.

Mis actitudes y mal humor nunca fue un misterio para nadie, todos conocen mi actitud y lo impulsivo, sarcástico y veces hasta lo ególatra que puedo llegar hacer entre otras cualidades mas que la gente le dice Defectos.

Pero cuando se trataba sobre Sky Desing y mis empleados. Las cosas solían ser muy diferentes. Mi padre siempre fue de igual temperamento y algo que siempre me dijo que era que ellos no eran robots, eran personas como los accionistas o ejecutivos y que también merecían buenos tratos como si también tuvieran altos cargos.




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