ELENA
Es una noche muy fría tanto que no siento mis manos, los froto tratando de recobrar algo de sensibilidad, pero es imposible y mi atuendo no me ayuda en nada, salí con tal desespero de esa casa que estoy en mi pijama favorita es azul con decoraciones de estrellas, pero ni observarla me quita el mal sabor de lo que presencie.
- ¿Qué haces hay niña? – mis pensamientos se ven interrumpidos por un hombre de edad, pero no le respondo pues temo volver a equivocarme, causando más tragedias de la que ya tengo y cargo en mis hombros.
- ¿Quieres entrar y tomar chóclate caliente? – pregunta de nuevo, de tan solo imaginarlo se me hace agua la boca - mira que no es bueno que estés tan expuesta a este invierno que promete ser el más fuerte.
Él se queda mirándome con pesar pues mi aspecto ha de ser muy penosos, me extiende su mano, pero retrocedo inmediata-mente.
Con este pensamiento me adentro a la casa que está al frente donde me resguarde de la tormenta entro con torpeza ya que mis piernas están cansadas de tanto correr y por el frio, el clima cálido me golpea el cuerpo y me siento más calmada a sentir ese calor que genera un hogar, sin proponérmelo mis recuerdos viajan a cuando vivía con mi padre o el que creía que era.
Estaba en la sala frente a la chimenea me encontraba recostada leyendo una de mis novelas favoritas cuando entro Evelin con cara de angustia ella era mi nana y mi amiga.
En esos momentos la puerta principal se abre y mi padre entra con la misma cara de indiferencia que hace al verme, por más esfuerzo que haga no lo entiendo y no logro cambiar su manera tan distante de tratarme.
El no responde, pero tampoco deja de verme y escudriñarme con la mirada q parece atravesarme, me siento tan pequeña y un escalofrío me atraviesa cuando habla.
Me trata de dar una sonrisa, pero sé que no está bien y me acuesto sin molestar, pero con muchas dudas ya que ella jamás miente, los sé porque que no me ha dado la medicina por una semana.
Siento una manta en mis hombros y sirve para que salga de mis recuerdos esos que quisiera borrar, el señor Esequiel me lleva consigo hasta la mesa donde su hija me ha dejado chocolate caliente, se sientan conmigo y hablan de cómo les fue en el día, por lo que entiendo Luisa su hija trabaja de maestra en una escuela de primaria y su padre por lo contrario se encarga de la tienda de antigüedades que siempre ha manejado.
#9358 en Fantasía
#2066 en Magia
#1836 en Ciencia ficción
fantasia epica sobrenatural, amor aventura, magia aventuras misterio amores amistad
Editado: 12.01.2023