V
ELENA
Me levanto para ir por una taza de café, veo esa cosa sentada revisando los planos una y otra vez como si no le cuadrara algo, luego de que luisa se fue a descansar no hemos cruzado palabra y el expandió el holograma – se va a poner bien viejo si sigue arrugando así la frente- pienso mientras ve los planos y el holograma con su frente toda fruncida, el cabello despeinado de tanto que se lo revuelve - hasta así se ve lindo- sacudo la cabeza y me acerco para dejarle café en la mesa.
- Gracias – me dice recibiendo y mirándolo con desconfianza
- No tiene veneno – le digo mientras escondo una leve sonrisa detrás de la taza
- No es eso, solo que hay algo que todavía no comprendo de estos planos
- ¿Qué es? – le pregunto mientras tomo mi hermoso y adicto liquido
- Mira – me pasa un plano que es como unos túneles o eso creo – son las entradas de seguridad construidas hace más de 500 siglos, son utilizadas para resguardar a la familia principal ya sea para salir o entrar, siempre deben estar habilitadas, nosotros los protectores debemos tenerlas libres y mandamos a los guardianes para esa labor, sin embargo, uno de nosotros es el que hace el recorrido final, estos fueron sacados de la última limpieza y fue mi padre quien lo verifico – me muestra ahora lo mismo pero en el holograma - estos son de los guardianes actuales y muestran caminos que no deberían estar ahí además, que estos están cerrados
- ¿no entiendo? – le digo mirándolo – los planos los veo casi igual solo que acá – le digo señalando un punto en el holograma que me llama la atención – no vi ese símbolo en los físicos y es extraño siento que lo he visto pero no sé dónde.
- Ese símbolo es de tu familia, representa la flor de loto, los planos se hicieron para que fuera resistente, es por eso que algunas paredes llevan la marca para distinguir y dar un homenaje a lo que ustedes representan, pero este que me mostraste no es perfecto lo que nos dice que ese lado es modificado y eso es imposible.
- Puedes hablar completo – le digo un poco enojada ya que no me gusta la información incompleta
- Solo queda una persona que puede hacer ese cambio – me dice mirándome y yo solo abro los ojos por lo que me da a entender
Mi vista se fija nuevamente al plano que hemos estudiado todo el día para ver por donde ingresar, pero no hay manera, él lo ha modificado por completo, por lo que me lleva a preguntar.
- Ael – le digo en un susurro - ¿Qué tal si él lo hizo?
- No – dice como si quisiera él mismo creerse sus palabras – ¿tu amiga a qué horas llega? – cambia el tema y creo que es mejor
- No demora – digo mirando el reloj
- Nadie debería venir, eres imprudente – me dice mirándome muy serio y recoge los papeles
- Ese es mi problema – me pongo de pie para irme al cuarto – además tu hasta ahora apareces super guardián – le digo en tono de burla y eso lo enoja
- Estuve buscándote por más de 15 años - me dice apretando su mandíbula y señalándome con un dedo, mientras que con la otra mano me sujeta la muñeca - Zeto te tenía bien oculta Elena, te busque por todo el mundo y mi rastreadora no consiguió nunca nada – me suelto de su agarre y me voy, pero me detengo al escucharlo decir con voz cansada – lo siento, nuestro deber era estar hay.
- Eso ya no importa – le digo cuando me giro par a verlo a la cara – pero no fastidies con lo que no sabes.
Después de nuestra amena conversación, me dispuse a darme un baño y estar lista para cuando llegara Margaret, con ella nos conocimos unos meses después que llegué con Luisa y desde entonces hemos estado juntas, me apoya en todo y lo más importante es que sabe la verdad, por eso es especial para mí, una tarde lo descubrió mientras entrenábamos con Luisa y no lo sabe todo pero si lo importante, pensé que enloquecería cuando lo supiera, pero todo lo contrario es comprensiva y hasta me ayuda a “entrenar” – es un mal ejemplo – pienso mientras recuerdo todas las cosas arriesgadas que hacemos cuando salimos, ella me ve como una heroína o algo así, me saca siempre de mis problemas cuando hablamos y me tranquiliza compartir todo esto con alguien más.
cuando escucho la puerta me enredo en la toalla y salgo para abrir, pero se me adelantaron y ella está en la sala, babeando literalmente por Ael.
- Me alegra que ya estés acá y visites a tu amada amiga – le digo recostada en la pared y mirándola con el ceño fruncido
- ¡Ángel! – me da un gran abrazo y me susurra al odio – por dios que adonis tienes – levanta las dos cejas y me giña le ojo
- Es un conocido y cálmate – le susurro y apunto con el dedo
- Traje ponqué de frutas secas – dice caminado a la cocina y yo la sigo – como ofrenda de paz por la otra vez – me hace pucheros juntando sus manos y ladeando la cabeza
- Me dejaste tirada por ese hombre y eso no se hace, ningún puchero te revindicara, además, sabes que detesto que hagas eso – le digo acercándome al pastel – sin embargo, tres más de estos y podría pensarlo
- Te deje bien acompañada - me dice casi queriéndose reír
- Déjame decirte que, si crees que Marcos es una excelente compañía, estas mal de la cabeza- ella solo suelta una risa larga
- Para ti nadie es bueno, además el plan era que salieras, que te divirtieras como una chica normal y sobre todo dejaras aun lado ese ánimo de vieja – se acerca a olerme y luego dice – no puedo decir que apestas como una, porque estas recién bañada, pero apuesto que tu olor es de una abuela – le mando un paquete de papas en la cabeza y ella solo se ríe
- Me voy a vestir, prepara algo sabes que estas como en casa – le digo cuando me percato de que estoy solo en toalla – compórtate – le digo sabiendo que Ael sigue en la sala
- Siempre – me dice sonriente y yo solo meneo la cabeza