Ella esta absorta en sus pensamientos, la llevo a un restaurante que me encanta desde que lo abrieron, su iluminación hace que se precie toda la dedicación que tuvieron para construirlo y que mantienen, sus sillas son bajas, sus mesas largas, paredes revestidas con madera autentica, las divisiones son en vidrio, dando privacidad en cada mesa, un jardín en la mitad del establecimiento, todo acá se siente y da a entender estar en medio del bosque, es por eso que me encanta este lugar.
Elena observa su entorno, pero en su rostro no refleja nada, se que esta molesta por como me la lleve y que todavía no le he dado ninguna explicación de lo que aconteció, sigo dudando en que comentarle de todo esto, pero iniciando con la verdad es la mejor forma, hacemos nuestro pedido y ella me mira esperando a que comience hablar, suspiro cansado de tantas cosas que han pasado en tan poco tiempo.
Nos quedamos en silencio mientras terminamos la comida, me tranquiliza saber que le dije la parte que considero más importante de lo que encontré, cuando terminamos quiero tocar un tema importante, pero ella parece querer esquivar cualquier cosa que pudiese pasar, sigo sintiendo esto dentro de mi cada vez que está cerca, pero sin duda me decepciona saber que no puede ser real.
Entonces la dejo ir, pero mi instinto no la deja estar completa mente sola, la sigo a una distancia prudente, la veo entrar a una tienda de libros, demora alrededor de una hora, sale directo a un parque que esta cerca y decide quedarse en ese lugar por horas, el helaje de la noche comienza hacer mas fuerte y entonces decido ir por ella – carajo Elena – me engaño y solo es un espejo que se desvanece con mi tacto.
Recorro en el carro por donde creo que puede estar, pero no la encuentro, la librería, la biblioteca, los parques cercanos y nada - ¡mierda! – golpeo el manubrio y se me ocurre un lugar, lo vi en sus recuerdos, ese lugar es para ella sagrado y sin duda estará ahí.
Demoro una hora en llegar, camino hacia donde recuerdo que esta la tumba y entonces la encuentro sentada con un libro en la mano, pero, parece que llegue tarde para escuchar el poema que le corresponde el día de hoy, ella solo gira un poco la cabeza sabiendo que estoy con ella, la temperatura desciende muy rápido en esta época del año, le digo que debemos irnos, ella se levanta dejando el florero a un lado y la sigo al auto, no me mira ni articula una palabra en todo el camino. En casa ya todo esta oscuro, a pesar de la calefacción en el carro el frio sigue siendo brusco, la llevo a la cocina y le sirvo un chocolate dejándola sola.
Me encuentro ejercitándome desde muy temprano, no dormí nada, mi cabeza dio vueltas por la reunión de hoy, en la persona para poder pasar y sobre todo en ella.
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Editado: 12.01.2023