Somos interrumpidos por un señor bastante canoso, nos presentamos como los Tora, ese es el apellido de la persona que Aline tenía en la bodega, tomamos unas copas acompañados del mismo sujeto, nos dice que la base esta mejor, también menciona de las nuevas adquisiciones y se jarta de decir que están entrenando unos soldados, nos pregunta si ya habíamos escuchado algo de eso, Ael se enfrasca en la conversación y mi vista vuelve a buscarla, pero no la encuentro, le digo al oído que voy a ir al tocador.
Me refresco un poco, estar en este lugar no me agrada, tengo una mala sensación, respiro y decido salir para continuar con esto, en el camino me intercepta un joven alto, cabello negro, mentón cuadrado, ojos negros, usa un traje gris y es acuerpado por cómo le ajusta el traje – es de buen ver, no lo puedo negar – pero me molesta como su mirada me recorre con descaro, su prepotencia salta y por los hombres que le rodean es uno de los altos mandos.
Ael no determina al sujeto que se queda solo, la diferencia entre los dos es completamente evidente, Ael es mas alto que la mayoría en este lugar, le roba más de una mirada de las acompañantes de los demás – eso me molesta- pero presumo de que viene es conmigo.
Terminamos de bailar el vals y se acerca el mismo sujeto que nos saludó al principio - Es hora de bajar a la exhibición – nos dice que le sigamos y así lo hacemos, bajamos por un ascensor a los sótanos, el pasillo es bastante largo con paredes recubiertas por espejos, de techo a piso, mientras caminamos se unen cinco hombres con acompañantes y uno que va acompañado con un guarda espaldas, es el mismo sujeto que me intercepto arriba, me mira y me da una sonrisa con una leve inclinación. Llegamos a un amplio salón, tiene siete columnas, cada una con dos sillas en madera con un tallado que no reconozco a la distancia, los pisos son en simulación de madera clara, en la parte de arriba se encuentra una jaula.
Cada quien se sienta donde más le guste, sigo teniendo esta mala sensación, le digo Ael que no me gusta esto, veo en una de las columnas a Luisa como acompañante de un señor ya de edad – su ingenio realmente me sorprende – Ael me sostiene la mano dándome confianza en que estaremos bien, bajan pantallas frente a cada puesto, muestran a niños y jóvenes, siendo entrenados de una forma brutal, entonces vuelve hablar este sujeto que me cae como una patada en el culo.
Las pantallas suben al mismo tiempo que bajan la jaula en forma de triangulo, cuando está en el piso puedo observar que los tienen amarrados como animales en una esquina, sus barrotes son gruesos y de color dorado, el anfitrión informa que durara veinte minutos el encuentro y en el asiento principal están los botones para ofertar, la mayor apuesta gana.
suena un pito y aparece un cronometro en conteo regresivo sobre ella, dando así comienzo al encuentro, uno muy brutal sin duda, a los jóvenes les quitan los candados y como perros entrenados para cazar, se abalanzan entre ellos, mostrando todo lo que han practicado, mi atención esta en el muchacho pelirrojo, es sereno y esquiva todo, pero cuando ataca al asiático, lo lanza con un solo golpe a un costado haciendo que esta se doble por el impacto, los demás se emocionan y yo solo puedo ver con impotencia esta maldad, siento Ael apretar mi mano cada vez que golpean al muchacho, nuestras miradas se encuentran con Luisa a la distancia y ella esta igual que nosotros, el combate se pone más violento, les acaban de lanzar al suelo armas, el joven de tes oscura arremete contra el asiático generándole un herida al costado derecho, pero el hijo de Daria lo sujeta por detrás arrancándole la cabeza, eso hace que mire hacia otro lado, es apenas un niño y lo han corrompido por completo.
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Editado: 12.01.2023