Llego al bar donde siempre se encuentra mi informante Bae Su-ji, de lejos lo puedo ver con su pantalón negro y camisa del mismo tono, los primeros tres botones de su camisa se mantienen abiertos, la camisa se le ciñe y no deja nada a la imaginación de lo que oculta, lleva siempre un collar con un dije para la suerte – coreano supersticioso - cabello negro moderadamente largo, mandíbula cuadrada mostrando fortaleza en sus rasgos, los ojos son claros y hacen que te pierdas en ellos, todo en el irradia sexo y las chicas que lo rodean saben y quieren eso.
Me sirven una cerveza que rechazo de inmediato y me acomodo en un sofá apartado de todos, pero donde puedo observar el bar y es muy lujoso de una sola planta, pero tiene niveles, la parte de al fondo es la VIP y donde me encuentro, acordonado y con puestos bastante cómodos color rojo, mas adelante cerca a la barra esta la general o algo parecido, Su-ji se acerca con una botella de agua y la acepto de inmediato.
Retiro mi rostro de su tacto, a pesar de ser apuesto y reconozco que tal vez hace parte de mi mente sucia, no deseo hacer parte de su lista.
No me hace caso y le agacho la cabeza de forma abrupta, cuando una daga es lanzada para clavarse a solo centímetros de mi cabeza, nadie más parece darse cuenta y desde la distancia veo a una mujer de cabello blanco levantando su copa y luego desaparece, me siento nuevamente y esta vez sí acepto una copa de ron.
Esta vez esta serio y cuando se pone en ese tono es molesto, si me di cuenta, pero no siempre me seguía y pensé que esta noche se mantendría lejos
Luego de conversas un poco más, aprovecho que José esta cerca y me paso de tragos, acuerdo reunirme para obtener la información que deseo, Su- ji sabe cuidarse muy bien por lo que no me preocupa que esa mujer sepa quien es, me voy a la moto y José me sigue, no me dice nada y tampoco quiero decirle lo que hago. El frio me da duro al principio y debo respirar profundamente, me siento vigilada y se que es ella, fui imprudente, pero al carajo me siento segura con José al lado.
Me detiene en cuando deseo subir a la moto y es quien conduce, pero el camino que toma es hacia su morada, le digo que no debe llevarme por su seguridad y no hace caso, me lleva casi arrastras a la entrada y me deja como niña regañada en el sofá mientras desaparece hacia la cocina, sigo teniendo esa extraña sensación y no me quedo sentada, coloco mis manos en la puerta y susurro obturans cum praesidium esto es un escudo, la casa ahora esta segura y puedo darme la libertad de descansar.
Se queda callado mirando a un punto fijo de la sala, yo me levanto para observar por la ventana, el espacio es amplio tiene muebles grandes de color negro y son en cuero, una cocina muy hermosa al fondo, por el pasillo derecho pude ver varias puertas que sin duda serán dormitorios, baño y estudio, también tiene una segunda planta, comienza hacer mas frio y José enciende la calefacción.
Me giro a verlo a los ojos y decirle que me aterra pensar en lastimarlo, dañarlo e incluso que desperdicie su vida, pero cambio de opinión, esta con el pantalón del traje y camisa de manga corta blanca, resaltando su musculatura y definitivamente mando a la mierda todo cuando veo su tatuaje.
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Editado: 12.01.2023