Equilibrio : la luz

XLI

Llego al bar donde siempre se encuentra mi informante Bae Su-ji, de lejos lo puedo ver con su pantalón negro y camisa del mismo tono, los primeros tres botones de su camisa se mantienen abiertos, la camisa se le ciñe y no deja nada a la imaginación de lo que oculta, lleva siempre un collar con un dije para la suerte – coreano supersticioso -   cabello negro moderadamente largo, mandíbula cuadrada mostrando fortaleza en sus rasgos, los ojos son claros y hacen que te pierdas en ellos, todo en el irradia sexo y las chicas que lo rodean saben y quieren eso.

  • Espero no interrumpir, pero tenemos cosas que hablar – su mirada me recorre descaradamente y pide que nos dejen a solas, me gano mas de una mirada de muerte

Me sirven una cerveza que rechazo de inmediato y me acomodo en un sofá apartado de todos, pero donde puedo observar el bar y es muy lujoso de una sola planta, pero tiene niveles, la parte de al fondo es la VIP y donde me encuentro, acordonado y con puestos bastante cómodos color rojo, mas adelante cerca a la barra esta la general o algo parecido, Su-ji se acerca con una botella de agua y la acepto de inmediato.

  • Siempre que vienes me dejas sin elección – se acomoda a mi lado, pero sin retirarme la mirada - deberías algún día animarte
  • ¿Quién me suplanta? – bebo el agua sin apartar la mirada del resto del bar, tengo una mala sensación
  • Este es un lugar neutro, nadie te atacara Donora – me dice en coreano y gira mi rostro con delicadeza – puedo responder cada una de tus preguntas si solo respondes una mía

Retiro mi rostro de su tacto, a pesar de ser apuesto y reconozco que tal vez hace parte de mi mente sucia, no deseo hacer parte de su lista.

  • El trato parece justo ¿Qué quieres? – eso le saca una enorme sonrisa – no… corrijo mi pregunta ¿Qué quieres que te responda?
  • Me encanta cuando eres directa – juega con mis risos y se acerca hablarme al odio – le dicen la blanca, es una imitadora consumada, sus rasgos son delicados con cabellos blancos y ojos carmesíes, tiene un tatuaje en su antebrazo izquierdo en forma de cadena y esta a su vez tiene forma de dragón – se acerca ya demasiado y le coloco una daga en su cuello - no sé dónde la encontraras, pero puedo como siempre averiguarlo para ti – dice alejándose y retándome con la mirada
  • Sabes que hay limites que no me gusta pasar Su-ji – por el rabillo del ojo veo a una mujer que no aparta su mirada– pero ahora debes agacharte

No me hace caso y le agacho la cabeza de forma abrupta, cuando una daga es lanzada para clavarse a solo centímetros de mi cabeza, nadie más parece darse cuenta y desde la distancia veo a una mujer de cabello blanco levantando su copa y luego desaparece, me siento nuevamente y esta vez sí acepto una copa de ron.

  • Dime tu pregunta – bebo dos copas revisando todo con mas detenimiento
  •  ¿Quién es él?  - Señala a uno de sus hombres y ellos tienen a José – siempre está cerca ¿no te habías dado cuenta?

Esta vez esta serio y cuando se pone en ese tono es molesto, si me di cuenta, pero no siempre me seguía y pensé que esta noche se mantendría lejos

  • No es un problema y no vale nada para ti

Luego de conversas un poco más, aprovecho que José esta cerca y me paso de tragos, acuerdo reunirme para obtener la información que deseo, Su- ji sabe cuidarse muy bien por lo que no me preocupa que esa mujer sepa quien es, me voy a la moto y José me sigue, no me dice nada y tampoco quiero decirle lo que hago. El frio me da duro al principio y debo respirar profundamente, me siento vigilada y se que es ella, fui imprudente, pero al carajo me siento segura con José al lado.

Me detiene en cuando deseo subir a la moto y es quien conduce, pero el camino que toma es hacia su morada, le digo que no debe llevarme por su seguridad y no hace caso, me lleva casi arrastras a la entrada y me deja como niña regañada en el sofá mientras desaparece hacia la cocina, sigo teniendo esa extraña sensación y no me quedo sentada, coloco mis manos en la puerta y susurro obturans cum praesidium esto es un escudo, la casa ahora esta segura y puedo darme la libertad de descansar.

  • Bebe para que se te pase la embriagues – dice llegando a mi lado - ¿esto haces todas las noches? Entrar en un bar y salir en este estado
  • No me vengas con tonterías – me retiro la chaqueta – se que algunas noches me sigues

Se queda callado mirando a un punto fijo de la sala, yo me levanto para observar por la ventana, el espacio es amplio tiene muebles grandes de color negro y son en cuero, una cocina muy hermosa al fondo, por el pasillo derecho pude ver varias puertas que sin duda serán dormitorios, baño y estudio, también tiene una segunda planta, comienza hacer mas frio y José enciende la calefacción.

  • ¿Cuándo te diste cuenta? – lo escucho moverse por la estancia mientras observo por la ventana
  • No eres tan discreto y puedo olerte – puedo ver por el reflejo su mirada de desconcierto – recuerda que manipulo el viento y traigo los olores si lo deseo
  • Y tampoco te acercaste para que habláramos de eso – sabia que esto iba a pasar – mírame Luisa y explícame

Me giro a verlo a los ojos y decirle que me aterra pensar en lastimarlo, dañarlo e incluso que desperdicie su vida, pero cambio de opinión, esta con el pantalón del traje y camisa de manga corta blanca, resaltando su musculatura y definitivamente mando a la mierda todo cuando veo su tatuaje.

  • Me lo hice pensando que te había perdido




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