ELENA
Tomar la decisión de estar a su lado es fácil en realidad, mi cuerpo lo deseaba a cada instante, mis labios deseaban sentir su calidez nuevamente y me cuestionaba si era mejor dejar libre está sensación, ahora entiendo que debí hacerlo hace tiempo y no esperar a que esto fuese una decisión entre el deseo y el deber.
Dormí poco y no puedo dejar de verlo mientras descansa a mi lado, saber que mis sentimientos son correspondidos me alegra en mi interior y a la vez me oprime, no puedo estar completamente feliz pero la ventaja es que olvidaré pronto está sensación, no importa que sea por un instante me aliviará no sentir el remordimiento que ahora me carcome, lo único que puedo hacer es evitar que se entere o perderé todo.
Preparo el desayuno mientras le escucho que se ducha, decidí dejar eso a un lado y disfrutar mientras dure, preparo la mesa que está en el jardín para aprovechar el sol hermosos con el que amanecimos, anoche llovió muy fuerte y la tormenta hizo que el lago aumentará de tamaño junto con algunos árboles que se rompieron, pero el amanecer fue como todos los días en este lugar, me costó acostumbrarme que los días acá son demasiado largos y al entrenamiento brutal que me sometía Macabeo y Ael, me dejó claro que eran mucho más largos de lo que imaginaba, mis avances fueron a pasos agigantados cuando pude conectarme como me lo dijeron, el entrenamiento de la mente fue el más desgastante pero gratificante cuando pude guardar un fragmento, lo primero que decidí guardar fue su rostro y la mejor sonrisa que pude recordar de Abdon, recordar todavía duele y el saber que puedo traer esa imagen y vivirla como si fuese posible todavía tenerlo enfrente, me alegra más de lo que puedo describir e imaginar, es que se siente tan real.
Siento que llega por detrás, pero su aroma es diferente y sus pasos se escuchan más pesados, giro levemente y veo su rostro más siento que no es él.
Sus palabras no son las que usaría, se inclina levemente hacia la izquierda y su mirada me hace sentir diferente, retrocedo un poco más hasta quedar atrapada con la mesa, entonces veo a otro hombre con su rostro a su espalda, pero su postura es diferente, su aroma es el que recuerdo y su mirada de enojo me hace sentir segura de que ese sí es Ael
El sujeto cambia de forma inmediata mostrando a un hombre más alto y corpulento que Ael, su cabello es blanco con ojos de color lila, chaleco negro a juego con el pantalón y botas, en su cuello puedo ver el tatuaje que confirma pertenecer a su clan, pero ¿Como paso sin activar ninguna trampa o alarma? De repente saca una jeringa y trata de inyectarme en el brazo con ella, Ael lo sujeta del cuello y lo lanza tan fuerte que rompe el árbol con el que impacta.
Me da un beso corto y se acerca al sujeto que ya está en pie y con sus espadas listas, saca su enorme arma y la divide, los dejo enfrascados en un combate que con solo el primer choque de las armas se escucha como si cayera un trueno, corro a revisar cada una pero están en perfecto estado y mi escudo está intacto, lo único que puedo entender es que estaba dentro cuando se instalaron, a lo lejos veo una mujer y un hombre que se acercan a paso seguro, cuando están por pasar la primera trampa puedo ver los ojos carmesí de la mujer, su atuendo es blanco con diseños delicados de color negro, el cabello es blanco obviamente y lo tiene rapado en el costado izquierdo que pintó de color Vinotinto, el hombre es un poco bajo pero igual de musculoso que el sujeto que vi antes, su cabello es más gris que blanco y la vestimenta es negra por completo.
Solo se quedan quietos mientras me observan y entonces llega Ael con sangre en la ropa, se acerca a la barrera y me pide que habra una grieta, dudosa le hago caso y me sorprende cuando les lanza la cabeza del blanco que nos atacó hace poco, la mujer no retira la mirada mientras rueda por el suelo y se detiene cerca a sus pies, la observa sin ningún cambio en su rostro, aprieta una de sus manos y cuando nos ve solo la veo sonreír antes de darse la vuelta y decirle algo al sujeto que parece quedarse tan inmóvil como un árbol.
Pasa el rato y comienza a caer la tarde, Ael hace rastreos constantes para evitar más sorpresas, nos colocamos nuestros atuendos de combate para proceder a todo, tenemos ya listo lo que llevaremos, reviso mis cosas una vez más y me doy cuenta que me falta mi agenda personal, la tengo en mi recamara y cuando decido ir por ella me detienen la conversación que inicia Ael
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Editado: 12.01.2023