Me levanto tambaleándome un poco sin retirarle la mirada, aparecen diez hombres al rededor y sin proponérmelo me da un ataque de risa.
Lanzó un par de dagas dejándolas clavadas en el cuello de dos hombres borrosos - creo que sí me pase un poco - susurro tratando de enfocar a los otros, él se mantiene en su posición y yo solo deseo ir por un café o mi plan tendrá algo de fallas, cuando me dirijo hacia la cocina me intercepta el otro sujeto y a mi parecer todos se parecen, me agacho esquivando su golpe y con su daga le corto el cuello mirando fijamente a Einar que no se ha movido, mantiene su mirada en cada movimiento que hago y sin importarle como acabo con cada uno de ellos.
Me preparo el café con calma y siento cuando entra a la cocina, no dice nada y es que siempre ha sido de esa manera callado, distante, desconfiado y reservado, le preparo lo que recuerdo era su bebida favorita y ojalá lo acepte, dejo las tazas en la mesa y yo me siento a tomar mi café cargado, ya voy por la mitad de mi bebida y no da ni un paso solo, ve al rededor.
Los dos nos ponemos en pie y nos damos una última mirada antes de sacar nuestras armas, mi vista se pierde en las cadenas rojas que están en cada mano y terminan en flecha con una inscripción en latín - siempre unidos - menciono en voz alta y regresando mi mirada a la suya - siempre juntos - menciona la inscripción en arameo que tengo en las mías, después de eso nuestras armas son las únicas que se escuchan en este lugar.
JOSE
Me he sentido extraño, mi mente menciona a cada instante a Luisa y no descansa pues hasta en mis sueños me la presenta, se mantiene distante desde la última vez que hablamos en este despacho, pero ese malestar extraño se calma cuando comparto el mismo espacio que ella, por eso a veces solo paso en mi auto y quedó cerca para calmar lo que sea me esté pasando, solo los escucho hablar de los posibles resultados de cualquiera que sea el plan de Aline, esa mujer y sus métodos son una tortura, a pesar de que no se llevan Lu está muy preocupada por ella y le dice a Su-ji que debe hablar.
Todos permanecemos en silencio luego de eso, los tres comparten miradas extrañas y en eso suena mi celular, estoy a la espera de una llamada que me dijo Aline es importante y algo me dice que ese maldito coreano sabe de nuestras andanzas, salgo del estudio para poder responder con calma y con solo poner el teléfono en mi oreja ya sé que esto será una mierda - hermoso Josecito - dicen al otro lado de la línea - ve a la dirección que te enviaré, busca información y aprovecha para deshacerte de lo tuyo - cuelga sin esperar respuesta como si fuera su mandadero o algo así.
Dirigiéndome a la dirección que me envió, recuerdo cuando ella insistió en ir a mi casa y conocer a esa mujer, sus palabras exactas fueron - llévame a conocer esa linda que te ha engañado - no quería problemas, pero su insistencia fue tal que prácticamente me llevo arrastras hasta mi casa, cuando entre ella estaba en la sala leyendo algo en un idioma que no entiendo.
La mirada que ella le dirigió no demostró nada pero sabía muy bien quién era, me miró de reojo cuando medio le sonrió y la invitó a sentarse, Aline se comportó de lo más normal posible y nunca la había visto tan relajada, dejarlas solas me daba pánico por qué no quería exponer nada y tuve que comportarme como si de verdad estuviéramos casados - tranquilo todo está planeado - fue lo que me dijo cuando se fue ese día, desde entonces hemos estado aventurándonos en sus terrenos aprovechando que ella desea toda la información de Aline, no sospecha mis continuos encuentros con ella y la información que le pasó es escrita e implantada por Aline, una estratega nata que en cada movimiento mueve todo para obtener lo que busca.
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Editado: 12.01.2023