LVIII

ELENA 

Me he sentido extraña y cada día la pesadez es más fuerte, es como si nada estuviera bien, me sorprendió que me invitara a esta zona cuando ya me había atrevido a ver y la reacción de Zeto no fue la mejor, mi sorpresa aumento cuando vi el lugar todavía con apariencia descuidada y abandonado, las paredes tienen un color amarillento con negro como si hubieran quemado todo, el cuadro del pacillo me impacto, las personas que estaban en ese retrato me parecieron conocidas pero no sé de dónde y de alguna forma mi corazón se quería salir como si los reconociera, luego la añoranza me invadió sin saber por qué.

La declaración en saber que es su tío me desconcierta, por qué no se parecen físicamente, mi rostro debe reflejar mis pensamientos a la perfección, pues me sonríe leve  y me invita a sentarme en una de las sillas que se encuentran en buen estado y de hecho es lo único que está bien, su relato da inicio en cuando era un niño en una casa en medio del bosque, vivió por un tiempo solo y sobrevivió como pudo, los dones se le fueron desarrollando a la par de su necesidad de sobrevivir, el que pensó era su padre apareció un día y sin avisar lo llevo amarrado hacia el palacio donde conoció a su familia según lo que ellos le informaron.

• La relación no fue la mejor desde que llegué y tampoco quería colaborar ¿Como iba a creer que todo eso era verdad? Un niño no puede pensar nada más que no sea en lo que ha vivido - su pensamiento lo aleja de la conversación por un instante - el tiempo pasó y podría decirse que las cosas mejoraron, sin embargo, algo me hacía falta y la necesidad de obtenerlo me llevo hasta donde estoy
• ¿Qué paso con él?
• Tomamos caminos diferentes y cada uno hizo su familia, Ael no creo que sepa quién soy, por qué nos distanciamos demasiado con su padre por las metas que cada uno se trazó y no sé si me llegue a importar que se entere, pero me importa que los que considere familia lo sepan

Se vuelve a perder en sus pensamientos y esta vez tengo la necesidad de acercarme y recostarme en su hombro, así pasa el tiempo y me quedo dormida, al despertar me encuentro recostada en sus piernas y no sé cuánto tiempo dormí, quedó mirándole el rostro mientras duerme y a pesar de su edad es una persona atractiva, me quedo un rato más en su regazo hasta que siento una enorme fuerza energética que me atrae, me levanto con cautela y me dejo guiar por esa sensación que tengo en el pecho, camino despacio hacia la pared que tengo al frente y cada vez es más fuerte a medida que me acerco, mi corazón se acelera y no entiendo que me pasa, cuando quiero poner la mano sobre la pared me la detienen, asustada trato de retroceder de su agarre y su rostro denota enojo puro, le pido que me suelte y sus ojos se convierten en dos esferas plateadas con negro, que reconozco al instante, quiero decirle que me suelte pero ya no puedo hablar, moverme y pareciera que pierdo el control en la oscuridad.

ZETO 

Me limpio la sangre de mi rostro pues me estorba la vista y la búsqueda del objetivo que vine a buscar, nadie se atreve hacerme frente por la apariencia grotesca que debo tener y la única que se interpone es Soria.

• Quítate - le digo con la mandíbula apretada - no estorbes
• Debes controlarte y no podemos avanzar de esta manera o dañaremos lo que vinimos a buscar

A su espalda puedo verlo casi o peor de enojado de lo que estoy y sin embargo parece controlarse mejor, lo detiene Aline que al igual que Soria pretenden conservar nuestro entorno,  Ael se pierde de mi vista y decido retroceder solo un poco, ella me sigue diciendo que debo retirarme pero no quiero llegar con este enojo frente a ella y menos generar algún conflicto que por ahora parecen ser distantes, cuando decido irme Ael es quién aparece enfrente de mí y con su mazo me lanza hasta la otra zona del terreno, no impacto con nada pues me estabilizó quedado sobre una rodilla y las manos de soporte en el suelo.

• Te acabaré por lo que has hecho - dice ya cerca
• Te equivocas - me pongo de pie y a tan solo centímetros de él - quién acabo con esto fuiste tú, no te mediste y perdiste, pero en todo debo darte las gracias - le doy una sonrisa lo suficiente para sacarle de sus casillas

Desprende la energía roja de su cuerpo y cuando ataca trato de controlarlo, pero su fuerza es descomunal y debo hacerle frente con mi sable dorado de cabo negro, nadie se atreve a intervenir y todos nos han dado un gran espacio, el sonido de muestras armas resuenan demasiado fuerte y se mezclan con la fuerza de la naturaleza, manipula el viento a la perfección y trata de hacer varios remolinos a nuestro alrededor, pero yo los convierto en manos que tratan de sujetarlo por el suelo, danzamos por mucho hasta que mi arma se adentra en su muslo tan profundo que la atraviesa, mi sonrisa de superioridad se esfuma cuando de un golpe en el rostro me aturdo y mi vista se vuelve a nublar por la sangre que corre, los dos nos sanamos y cuando vamos a continuar una tormenta eléctrica se apodera de todo el cielo, vientos fuertes tratan de levantar los árboles que caen por los rayos y de la nada comienza ascender un tornado de fuego - Elena - decimos los dos al tiempo y aunque quisiera acabarlo ahora mismo, mi prioridad es controlarla, pero antes de desaparecer le digo que terminaremos luego.

Ya en el palacio entro corriendo buscando en donde pueden estar y me dicen que están en el lado oeste del palacio, se me hace extraño que la haya llevado en donde está su madre, cuando llego a la única habitación que tiene, la veo arrodillada con la mano en el pecho y la otra en el suelo para sostenerse, sus ojos cuando me ven son negros en su totalidad, mi padre tiene los suyos también convertidos y de forma amenazante está parado frente a ella.

• ¡¿Que mierda haces?! - llego empujándolo - Elena reacciona - digo tratando de que se calme
• Tu estupidez sirvió para darme cuenta que ella es más hábil de lo que pensamos - se acerca sujetándola del brazo y colocándola de pie - sal de donde estás o lo que te di, te comerá lentamente y a cada una de ustedes