Equilibrio : la luz

LXVII

ALINE 

Mi mirada está en el cielo y en como brillan las lunas esta noche, desde hace milenios no pasaba y la última vez recuerdo que no fue algo bueno, de repente se siente el viento con más fuerza, más frío y si pudiera hablar nos diría que llegó el momento, los caballos se agitan y relincha con fuerza, debo cambiar el color de mis ojos para enlazarme y calmarlo - ¡A sus posiciones! - grita Macabeo y todos corren alistarse, los árboles parecen cobrar vida apartándose hacia los lados habriendo caminos por diferentes frentes, una sola mirada nos cruzamos con Ael, Bianca y Ciro para saber que hoy debe acabar todo lo que comenzó hace mucho.

Macabeo es el primero en avanzar a galope junto con quince hombres y mujeres que lucharán a su lado, Bianca y Ciro le siguen con veinte hombres más, los últimos somos nosotros y nuestra señal se alza a lo lejos, pues debemos llegar a los túneles - ¡ A galope! - grito antes de arrancar, parte del camino es tranquilo y solo esquivamos alguna rama que se mueve en descoordinación, llegando a la entrada nos encontramos con la primera defensa, me levanto en mi caballo y saco mi arco, mi tiro es certero y de la cadena que le coloque despliego las puntas que se incrustan en los cinco guardias, aparecen más y van cayendo uno a uno ante nuestro avance, se acerca el soldado que irá solo y le digo que avance mientras nosotros nos aseguramos de la entrada, luego de un rato entramos y como si Elena nos viera, se cierra la puerta al estar completos y encienden las luces de los túneles.

  • Esta es tu entrada - le digo Ael frente a unas escaleras en especial que van hacia la sala principal - sácala de donde está - asiente y antes de comenzar a subir le digo - irás con diez hombres y utiliza toda la ayuda que necesites
  • Pero luego te necesitaré acá
  • Terminaré mi encargo y volveré - le digo fastidiada - seré tu distracción o lo que sea en ese estúpido plan
  • No es estúpido, es un buen plan
  • Lo que sea - digo girando mis ojos y dejándolo para continuar

Me grita que ni siquiera le puse cuidado cuando paso, hago como si no le hubiera escuchado, me guío con las instrucciones que ella me dejó y a mi lado solo tengo cinco hombres, pues la idea es no llamar la atención cuando entremos, sé que el compartimiento está al lado de la biblioteca y es por esta donde ingreso, detrás de una de las enormes estanterías se encuentra la puerta a la habitación que busco, con precaución lo movemos y la puerta color carmesí aparece, la analizó pero no le veo cerrojo, en medio parece tener las cadenas que se enlazan y creo que ellas son el cerrojo, cuando Elena me fue a visitar me pasó las indicaciones de esta puerta y una llave, pero no veo en donde va - carajo - digo en más de una ocasión por no obtener resultados, el tiempo corre y no obtengo nada, hasta que me doy cuenta que no son cadenas y si unas serpientes que se mueven a cada tanto,  en uno de sus movimientos puedo ver un pequeño hueco donde creo puede ir la llave, debo esperar unos minutos para que se muevan y me den el espacio, cuando por fin pasa, la puerta se habré dando paso a unas escaleras hacia abajo, dejo a dos afuera y entro con los demás, solo hay una habitación al bajar las escaleras, una cama en medio de ella y la persona que vine a buscar parece estar inconsciente y demasiado pálida.

AEL 

Estás escaleras parecen no tener final, no sé por cuánto tiempo hemos subido y  debemos descansar por cinco minutos al menos - avanza - dicen en mi oído, pero no hay nadie cerca más que los hombres que me siguen, vuelven a pronunciar lo mismo y como si fuera un energizante, mi cuerpo obedece a esa voz suave que me indica por dónde ir, llegamos por fin a una puerta que se habré sin ni siquiera tocarla y lo primero que veo es a Elena siendo atravesada por unos cables en sus manos y jalada hacia atrás.

 

CIRO 

Verla después de tanto tiempo, me hizo sentir excitado por completo y el traje en el que llegó no es que ayude mucho para contener mis impulsos, me molestó que más de uno se le fueran los ojos y eso es raro, pues solo me había pasado con una sola y en ocasiones todavía me pasa, sin embargo esta vez fue como posesivo, no logro sacármela de la cabeza mientras cabalgamos hacia la entrada y no tengo necesidad de quitar a los soldados que se atraviesan pues una muy enojada Bianca se encargará de ellos, no recuerdo haberla visto de esta manera y hasta los soldados que nos acompañan parecen temerle.

Nos dividimos una vez estamos dentro, todo se cierra a nuestra espalda y no queda más remedio que avanzar, ella no se lleva a nadie y sin embargo encargo a Loki que la acompañe a una distancia prudente, yo me encuentro más adelante con una escena que me impacta y perturba a la vez, de la nada cae al suelo Dalia con una daga en el pecho, abdomen y el que me preocupa está en la garganta, sin embargo un movimiento de ella me hace entender que está bien ¿Que mierda hace?, Elena está dentro de un círculo tocando el piano y afuera hay varios hombres, Zeto coloca su mano en el escudo y Lico simplemente da media vuelta, aprovecho la distracción para sacarla de ahí manipulando el suelo que la absorbe por completo, los demás hacen la distracción que se necesitan en las diferentes áreas del castillo. 

Dentro del pasillo hago que regrese y con cuidado la tomo recostándola en mis piernas, tomo su pulso y está muy débil - que estúpida eres - le digo sanándola y retirándole a la vez las dagas en su cuerpo, su pulso retorna con calma y el color de su piel regresa poco a poco, ella habré sus ojos y con solo verlos mi corazón parece estar sobre un trampolín.

  • ¿Qué pretendías con esto? - le ayudo a sentarse mejor - ¿Estás bien? - antes de que me responda le aclaro que es de su juicio
  • Todo está bien - llega un soldado a mi espalda - llegas tarde, pero todavía sirves - le dice molesta




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