Equilibrio : la luz

LXIX

  • En la casa de Macabeo, me llegaron memorias de todos los que han pasado por ese lugar y comparten lo mismo, un lugar, un estado de ánimo que no había visto en los que pude reconocer y entonces... - se queda callada como si dudara en decirme lo que piensa - pensé ¿Por qué no devolvérselo?
  • Pensaste en todos menos en nosotros - le digo dolido - pensé que la conexión que teníamos era diferente, que todo se podía hacer bien …
  • Nuestra conexión va más allá que solo la atracción - toca mi mano y yo la sujeto con más fuerza - es lograr un balance en los mundos y para eso estamos, evitamos el caos, pero también lo podemos generar y eso es aterrador - sonríe leve - para poder tener ese equilibrio debemos ser libres y no lo somos

Sé que se refiere a ellos, pero igual no sé qué trama, le pregunto mas no me responde y en cambio me muestra una imagen que no pensé ver de nuevo, es mi madre en la puerta de la cabaña donde vivíamos, lleva su hermoso vestido dorado con sus bordes azules que ella mismo tejió, del bosque llega corriendo un niño pequeño sonriendo y eso me hace sonreír, me muestra ahora en el patio de entrenamiento y estoy en combate con Dalia , su cabello rojo ondea por el aire de una manera que me dejaba hipnotizado por qué parecía fuego danzando con el viento, su recuerdo me llena de emoción y pensamientos de lo que es vivir tranquilo, algo que en esta época está demasiado lejos, ya nada es igual y cada día es asfixiante con las cosas que se deben afrontar para por fin acabar con esto, entonces entiendo por qué me mostró estas cosas, ella vio lo mismo en cada recuerdo que tuvo y la entiendo.

  • Me costará trabajo - le digo cuando ella me regresa al bosque - ¿Cuál es nuestro costó?
  • El costo es mío - no me deja refutar lo que dice - cada paso me lleva a lo que debe ser y será
  • ¿Sin mí y sin nadie?
  • Has estado bien hasta ahora y tu futuro se ve prometedor - eso me sonó a reclamo - no me necesitas Ael y eso es bueno
  • Reforzaste todo con lo que viste ¿verdad? - me da la espalda y se gira dándome una pequeña sonrisa
  • Es hora de irse

Al decir eso me expulsa de su recuerdo, no tengo oportunidad de refutar lo que me acaba de decir, ¿Pero que le diré? ¿Qué Noa solo es algo pasajero? ¿Que todo lo que pasó fue por rabia? Que me siento herido, traicionado, usado y sobre todo un idiota por imaginar algo que no es - supongo que eso ya no importa - pienso mientras todo se desvanece y siento su fuerza sacándome de su mente, sin embargo, algo me atrae a otro lado y es demasiado oscuro como para detallar en donde estoy, al frente está Sami con un poco de luz a su alrededor, habla demasiado rápido y se acerca colocando sus manos en mi cien - relájate - es lo único que le entiendo antes de llevarme a un lugar abandonado y en ruinas, parece un castillo o iglesia la verdad no lo sé, está nevando de forma constante por estos lados, puesto que todo está cubierto de una hermosa capa blanca, me lleva adentro mostrándome varias puertas en mal estado menos una que parece de metal, entro y la veo a ella dentro de la jaula triangular, todo es parecido aquella ocasión donde atraparon su mente, solo que acá está su cuerpo - ¿Qué es esto? - le pregunto viendo al rededor mesas, frascos, cadenas y una cama en medio de esa celda, ella permanece al parecer dormida y en cada pared del triángulo las mismas enredaderas negras cuelgan por los barrotes y están unidas a su cuerpo - sácanos - dice en mi oído y soy expulsado de forma violenta, estrellándome en la pared de tal forma que siento crujir mi espalda, Elena cae de rodillas como si sólo fuera un muñeco y desaparece casi al instante. 

Me levantan y me dicen que debemos irnos, esa es Aline y le comento lo que pasó, ella se queda pensando en qué lugar puede estar y no sabemos nada de algo así en este mundo, acá no es usual ver castillos en ruinas puesto que el único de ese tamaño es el palacete y por lo que vi no es donde está, ni siquiera sé si es ella o alguna mentira para alejarnos, nos abrimos paso entre los soldados y llegamos a las pesebreras, donde dejamos listos a dos caballos - afuera estará Doran ¿Que le dirás? - me recuerda cuando los montamos y comenzamos avanzar, pero antes de que le responda aparece frente a nosotros Einar, montado en un caballo blanco adornado con armadura color verde y habla sin quitarle la mirada Aline 

  • Síganme
  • No, debemos ir por ella - me ve solo un momento y en silencio antes de girarse - ¿Ustedes saben dónde está?
  • Así que es por eso que tu amo no puede solo - dice Aline haciéndolo detener de inmediato - la barrera es contra él
  • Ten cuidado con tus palabras - dice retomando el camino
  • Como si me importará lo que un perro pensará ¿Por qué piensas verdad?
  • Basta Aline - le invito andar detrás de él - tranquila por ahora - susurro

Mientras avanzamos de forma rápida entre los árboles, se escucha un estruendo tan fuerte que nuestros caballos enloquecen, están intranquilos y no paran de relinchar, al instante comienza a temblar tan fuerte que debemos bajar de las monturas o nos van a tumbar, los cielos se tornan rojos, mi corazón se acelera puesto que todo está enlazado con ella, dura varios minutos y de repente todo queda en silencio, deja de temblar tan rápido e inesperado como cuando inició - debemos darnos prisa - menciona Einar subiendo a sus monturas y comenzando a cabalgar, lo seguimos ya sin preguntar, cuando por fin estamos frente al portal se escucha a nuestras espaldas un sonido parecido al crujir de la madera, pero este es mucho más fuerte - ¿Pero que ...? - dice Aline y es que no podemos describir la escena que se forma frente a nosotros.

  • Está haciendo cambios - susurra Einar
  • No es ella - digo viendo cómo se inicia el fuego en el bosque, como se elevan montañas de la nada y sobre todo como caen los animales inertes - más te vale que me lleves exactamente a donde está




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