Equinoccio

¿Dónde está Karsteen?

¿Dónde está Karsteen?

Arianna
 


El campo de fuerza se desvanece poco a poco dejando ver lo que hay del otro lado del río, mi ira se dispara cuando veo solamente a Yeray inconsciente y ni rastro de mi hermana, ¿cómo lo logró? o más bien ¿Quién la ayudó?

Enojada lanzo una bola de fuego al aire para dar nuestra ubicación.

Me abro paso por el río hasta llegar a dónde él se encuentra, no hay rastro de lucha más que un golpe en la mejilla, pasan los minutos y el comienza a despertar, no hago mucho por ayudarlo, no lo merece, estuvo a punto de ayudar a Levanna. ¡Le prometió algo que no estaba dispuesta a aceptar!

─ ¿Qué ocurrió? ─habla tocándose el cuello.

─Dejaste escapar a Levanna ─me cruzo de brazos molesta.

─ ¿Qué?, Yo no hice tal cosa.

─ ¿Ah no? ─señalo el lugar─. ¿Dónde está entonces?

El frunce el ceño pero no dice nada, Aprieto los labios, si no fuera un príncipe y mi futuro prometido lo golpearían en este momento.

Los guardias llegan y ayudan a trasladar a Yeray hasta el castillo. Estoy segura que el caos aún abunda ahí, no sé que me depara ahora que ella escapó y la mitad del pueblo lo ha visto.

─ ¿¡Cómo pudo escapar!? ─los gritos de mi abuela pueden oírse hasta el tercer pueblo.

─Obtuvo ayuda ─me cruzo de brazos.

─ ¡¿Y de quién?!

─No lo sabemos ─Yeray se levanta del sillón apretando una bolsa de hielo sobre su sien.

Me mira de manera fría cuando lo fulmino, me veo tentada a decir que él intentó ayudarla y que su hermano despistó a los guardias pero algo en su mirada me hace callar.

—Estoy segura que fue un guardia real —no despego mi vista de Yeray—. Un campo de fuerza se materializó para protegerla, nadie más que ellos puede hacer algo como eso.

— ¡Esa mocosa! —grita mi abuela con toda la bilis corriendo por su cuerpo.

—Esa mocosa ─mi madre se levanta─, aún es mi hija y la necesito viva para la sentencia.

— ¿Y qué propones entonces? —pregunto.

—Mandaré guardias a cada pueblo a buscarla, otros al bosque y unos cuantos resguardarán el castillo por si aparece.

—Ofrece una recompensa por su captura ─mi abuela se dirige a Rognak─, avisa al pueblo que es una amenaza en potencia.

—Tiene dieciocho años, es una adolescente ─mi madre se acerca a ella enojada─. No una máquina de matanza, ni ninguna amenaza. Rognak, haz tu trabajo y pon a cada guardia disponible a buscar a Levanna. Ofrece recompensas por traerla aquí viva.

— ¿Y que hay del traidor? —pregunto.

—Shawn se encargará de investigar —se dirige a él—. Interroga a cada guardia iniciando con los que estuvieron en la cúpula. Amenaza o da esperanzas de un perdón si es necesario para que hablen, asegúrate que todos y cada uno de ellos estén aquí ahora. Sí es verdad que recibió ayuda de un guardia, tal vez este aún con ella intentando ayudarla. 

Shawn y Rognak obedecen saliendo del lugar sin demorarse más. Mi abuela fulmina a mi madre pero no dice nada solo sigue al jefe de los guardias en completo silencio. Yeray hace lo mismo luego de darme una mirada significativa.

Nos quedamos solo mi madre y yo.

—Deberías ir a qué te cure Tini también —ella niega y se acerca a la enorme ventana, afuera, los guardias siguen limpiando el lugar y ayudan a los heridos.

—Tini tiene demasiado trabajo, ha tenido que llamar a su padre para que la ayude. —mira aténtateme afuera—. Esto es un desastre, ¿Cómo es que ocasionó tanto?

—Aunque no lo quieras creer, si es una amenaza, te dije que lo volvería a hacer y no mentí —no dice nada, me doy la vuelta y antes de salir vuelvo a hablar—. Ayudaré a buscar a su cómplice. 

—Algo me dice que tú ya lo sabes.

Me tenso, debo decirle que sí, que Yeray lo intentó y que Karsteen también pero no estoy segura de este ultimo, hasta donde sé sus poderes se limitan a posiblemente ser como los de su madre, no pudo haber materializado un campo de fuerza, no puedo solo acusarlos sin pruebas, y por otro lado Yeray fue atacado y eso lo usará a su favor, además de que lo necesito aún, acusarlo a él es declararle la guerra a su reino y el mío no está listo para una guerra, no con todo lo que está pasando. 

—Mi reina, la corte solicita su presencia —mamá asiente y camina a la salida.

—Tu silencio es preocupante —susurra cuando pasa a un lado de mí.

Sale de la habitación y yo me regaño por haber guardado silencio tanto tiempo.

Al salir Reth se acerca a mí y comenzamos a caminar hacia mi habitación en completo silencio. Me siento frustrada así que no hago más que dejarme caer en la cama y poner la almohada sobre mi rostro y gritar.

Un golpe en la puerta y luego unos pasos entrando me hacen dejar mi intento de bochorno, al mirar hacia la entrada me encuentro con Yeray.

— ¿Qué haces aquí?

—Tenemos que hablar —se acerca y toma asiento en una silla cerca de mi cama.

Es el momento de enfrentarlo.

— ¿De qué? ¿De cómo le ofreciste tú ayuda a mi hermana? O ¿De como Karsteen ayudó también? —pregunto con saña.

—No estoy seguro de cómo es que afirmas que mi hermano ayudó, sea como sea, no puedes asegurar nada —se muerde el labio—, y sobre mí, le ofrecí una salida simple, solo eso.

— ¿Sabes que podría mandar a matarte por traición y a tu hermano también?

—Lo sé, y eso ocasionaría una guerra entre tú reino y el mío y estoy seguro de que no quieres eso —se levanta y empieza a recorrer mi habitación—. Mi reino fácilmente puede destruir al tuyo con solo chasquear los dedos.

—Soy consciente de ello, es por eso que mi padre llegó a un acuerdo con el tuyo.

—Exacto. Y para eso, me necesitas a mí, así que ejecutarme definitivamente no es una buena idea.

—Tal vez no sea buena idea ejecutarte a ti, pero ¿Que me impide hacerlo con tu hermano?

Él empieza a reír y yo siento que estallaré en cualquier momento.



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En el texto hay: reinos, guerras, princesa

Editado: 16.07.2021

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