Érase una vez

CAPÍTULO 5: Casa de John.

Tuve que tomar el bus, ya que Rose no estaba de humor para darme un empujón. No pasa nada, igual Tom siempre debe pagar pato.

Llego a la estación Las Flores, y cruzo la pista principal con cuidado. No me sorprende de que John viva en una zona residencial tan lujosa, tiene un parque cada dos cuadras. Esto es otro mundo.

Luego de girar un par de calles y caminar por cuatro cuadras desde la estación, veo la casa de John al otro lado de la calle, cruzo la última pista y llego a la entrada de su hermosa casa.

Este hombre vive tan bien que se da el lujo de colocar ventanas blindadas, supongo que tendrá alarmas, pues sería estúpido lucir todo lo que llevas dentro.

Necesito enfocarme, debo encontrar las llaves del auto, aunque suene como una misión fácil, tomaré mis precauciones, no quiero activar nada raro y que me acusen de ladrón. Observo el perímetro con cuidado, y puedo localizar 3 cámaras, uno está sobre la puerta principal, otro está pasando en la cerca que te dirige al patio trasero, y otro sobre la puerta de la cochera, son lugares estratégicos.

Las llaves se encuentran colgando tras de estas. Las sostengo y me bajo de las pequeñas gradas que conducen a la puerta principal de su casa.

Una anciana se quedó en medio de la vereda observando lo que ando haciendo, no la veo muy contenta.

-No me haga nada, no vi nada, POR FAVOR.-Intenta cubrirse con su bastón de madera.-Mi nieto me espera en casa, piensa en mi niño.

-Calma señora.-Me rasco la cabeza, tengo vergüenza.-Soy el hijo de John, y este es mi auto.-Tuve que mentirle, aunque refuerzo mi mentira enseñando las llaves del auto.

-Oh, qué ilusa soy.-Empieza a reír mientras se aleja con pasos lentos.-Mandale saludos a John de mi parte, y deséale bendiciones.-Se aleja del camino.

Tomo un leve respiro y entro al vehículo.

Menos mal que me enseño a conducir esto. Y claro, debo seguir ciertas indicaciones antes de salir a las pistas. Lo primero que debo hacer, es ponerme aquel sombrero típico que usa John, y luego usar sus gafas oscuras. Debo mantenerme con el perfil bajo 

Doy en reversa y salgo a las pistas, giro de manera precisa y conduzco por las famosas calles de Las Flores.

Me gustaría vivir aquí en algún momento de mi vida. Parece el lugar ideal donde puedes arreglar tus problemas caminando un par de cuadras y sonriendo a la gente.

El celular que está conectado a lado de mi asiento se enciende de manera automática y lanza un mensaje de voz con la voz de John.

-Por si te has olvidado donde vive mi exesposa, te dejo las indicaciones del GPS a tu disposición, espero entiendas como usar esta cosa.-El mensaje ya no se reproduce.

Enciendo el aire acondicionado, hace algo de calor y chequeo el móvil de reojo, tengo curiosidad de que hace.

-Gire a la derecha, a 200 metros.-Una voz de una mujer robótica se hace sonar.

-¿Cómo se apaga esto?.-Presiono botones al azar, pues no entiendo nada de lo que está pasando.

-Reproduciendo la lista “Los 80s”.-Una canción con buen ritmo invadió el coche.

Me quedo callado, conduciendo mientras la música suena, me agrada el tono.

Tras 20 minutos conduciendo en esta arduo calor, llego a la casa de Mary, la exesposa de John. Me quito el cinturón y apago el coche, por suerte la música se detuvo y también el aire acondicionado, todo es automático.

Bajo del coche. Pero antes, dejo el sombrero y las gafas de sol. Me llevo una gran impresión al ver la gran diferencia respecto a la casa de John, todo se ve tan natural. Tiene un gran muro de piedras que cubre su casa por completo y plantas colgando de los bordes, se me hace lindo el feeling que da.

Toco la puerta un par de veces y se enciende una caja metálica que está a mi lado derecho. Hay dos botones, me llama más la atención el botón verde, la presiono.

Logro escuchar a través de las puertas el típico sonido de un timbre. Nuevamente, la caja emite un peculiar tono y ahora sale una voz de ella.

-¿Tom?.-Pregunta una voz femenina.

-Sí.-Respondo presionando el segundo botón, espero que me escuche.

-Espera un momento.-La caja se apaga.

La puerta se abre, y la señora Mary junto a su hija Sofía salen de casa.

-Tom, a los tiempos.-La señora sonríe y me saluda con el típico beso en la mejilla.

-Su casa ha quedado muy bonita.-Intento alagar el arte que se llevó encima.-Me agrada él estiló tan natural.

-No tienes idea del tiempo y del dinero que tomo hacer todo esto, pero quedo muy hermosa ¿Cierto?.-Recuerdo que ella es Diseñadora, tiene mucho sentido.

-Sí, me transmite mucha tranquilidad.-Sonrió, pues no tengo idea de que más decir.

-Cualquier día podremos acordar una visita y te podré hacer un Tour por la nueva casa.-Su mirada fue algo extraña.

-No estaría mal.-Espero que me equivoque.

-Excelente Tom, ya sabes.-Me señala.- Cuida muy bien a mi hija, es mi reina.-Le da un beso en su cachete a la pequeña.

-Obviamente, lo haré.-Sofía sube al coche sin siquiera saludarme.

-Nos vemos, Tom.-Hace un gesto de despedida hacia mí.-Cuidate dulzura.-Se lo dirige a su hija, eso espero.

Entro al coche y ella está en el asiento de atrás con su móvil, tirada como si los asientos fueran su cama.

-Sofía a los tiempos que te veo.-Enciendo el coche y conduzco de regreso a casa.

-¿Por qué le sigues haciendo estos favores a mi padre?.-Su mirada está por el retrovisor y da algo de miedo.

-No es por ser un tipo convenido, pero es parte de mi trabajo.-Sigo conduciendo, tomando atención a las pistas.

-¿Hacerte pasar cómo mi chófer?.-Me detengo en la luz roja.

-Sí, él solo intenta cuidarte.

-Lo dudo, si de verdad él quiere cuidarme ¿Por qué no me vino a recoger?.-Se ve muy enojada y me parece tierna.

-Tiene una reunión en el trabajo.-Parece que mi mentira se notó, no está para nada contenta con mi respuesta.




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