Érase una vez

CAPÍTULO 11: Esto no es lo mío.

Al abrir mis ojos, fijo la vista hacía mi techo. Podrá sonar estúpido, pero, tengo la idea de que es el primero en saludarme en cada mañana. El color blanco me transmite paz y tranquilidad, quien diría que los colores influyen tanto en lo que uno pueda sentir.

Tomo un respiro en este denso ambiente, relajo mi cuerpo y creo que estoy listo para empezar mi día.

Me levanto algo pesado, aún tengo algo de sueño y además, el humor que cargo hoy, es lamentable. Tendré que vestirme de manera básica, no quiero llamar la atención, podría ponerme unos jeans negros, aquella camisa celeste que guardo en situaciones de emergencia, mis deportivas que están justo debajo de mi cama y mi chaqueta beige que siempre me ha gustado utilizar. Lo positivo de todo esto, es que, ya no volveré a usar esa basura de uniforme que he portado por más de 7 años. 

Thomas Anderson, es independiente y puede vencer un puto traje. Eso ya me anima lo suficiente como para reponer mis energías.

Abro la puerta de mi habitación y la cierro detrás mío. Estando en el pequeño pasillo del segundo piso, puedo oler desde aquí, algo delicioso que proviene del comedor, no la pienso mucho y me dirijo al sitio. Rose sale muy temprano a trabajar, pobrecita de mi rulosa. Al menos me alegra saber que trabaja en lo que realmente ama hacer y estoy algo aliviado por eso.

Me encuentro en la entrada al comedor, y me llevo la gran sorpresa de ver un plato con huevos y tocino, todo esta delicia para mi solito. Tomo asiento y me percato que hay una carta bajo el plato.

"Regresare del trabajo a las 7pm, mientras tanto, te dejo tu plato favorito de las mañanas, disfruta bebé <3"

Sonrío de manera boba, estos detalles me hacen el día. Sostengo el tenedor con delicadeza, lo pienso disfrutar como no tienen idea. Rompo la tostada en cuatro partes iguales y con mi tenedor voy picando pedazos del huevo y tocino, intento hacer que todo se encuentre del mismo tamaño.

Mientras estoy disfrutando de mi desayuno, se me da por ver la habitación, y es tan genial presenciar lo que hace Rose en sus tiempos libres. Hay pinturas con acuarelas de rosas, árboles y paisajes que son extraordinarios, hay un par de fotos nuestras de cuando éramos más pequeños, una de ellas es el cumpleaños número 10 de Rose, es lindo vernos siendo tan niños y felices.

Ella es muy creativa, le gusta cantar, dibujar y tocar su ukelele, que por cierto yo le regalé la navidad pasada. Amo verla ser feliz con estas cosas, aunque lamentablemente no lo disfruto tanto como lo hace ella.

Antes de acabar mi plato, se me da por ir a la cocina, que esta a lado de la sala. Camino por la sala, e ingreso a la cocina, pues curiosamente no tiene puerta, ya que tuvimos un pequeño accidente hace un tiempo.

Observo una lata de soda sobre el lavado y me emociono al verlo, pues justo es de sabor naranja, Rose como siempre siendo tan detallista. La sostengo y la destapo, este desprende el típico sonido de un refresco recién abierto.

Vuelvo a mi asiento, para culminar mi desayuno y poder ir a mi antiguo trabajo a reclamar mis cosas.

Hasta que alguien toca la puerta principal. Dejo el plato en la mesa, y me levanto del asiento a atender la puerta.

-¿Si?.-Abro la puerta, pero aún sostengo la perilla, lo hago por seguridad.

-¿Eres Tom cierto?.-No tengo idea de quien pueda ser.

-Si... soy Tom-Realizó una leve pausa y analizó la situación.-¿Se le ofrece algo?

-John te manda esta caja.-Recién me percato que hay una caja en el suelo.-Me dijo que las cosas estaban bien y que te ahorres el viaje.-Eso fue muy desagradable de su parte.

-Entiendo, y gracias por la caja.-Recojo la caja bastante disgustado.

-No hay de que, sólo estoy haciendo mi trabajo.-Se retira de mi casa, sin más.

Mierda, esto si que fue caer muy bajo. Rayos, ni siquiera me dio la oportunidad de despedirme de mis colegas.

Al menos Marcos conoce donde vivo y espero que pase a visitarme pronto, necesito conversar con él.

Bueno... me queda ingresar a mi casa, con esta caja algo pequeña, la esperaba un poco más grande la verdad, pues recuerdo haber dejado mi traje el sábado, pero a quien engaño, lo odiaba. Dejo la caja sobre la mesa que esta a lado de la puerta y cierro la puerta.

Encima de la caja lleva una carta, y dice "Para: Tom".

-"Amigo no te tomes esto a pecho, ayer me dejaste muy estresado por mi niña, no tienes idea de lo mal que me sentí al no poder verla por casi todo el día, enserio me metiste en aprietos Tom, incluso tenías hasta mi coche aparcado en tu casa. Después de todo este mal entendido, te voy a perdonar. Tu abuelo fue un gran amigo con mi padre, incluso llego a salvarlo una vez, por eso te di mi plena confianza en ti, de todas maneras, quedas absuelto a toda deuda que tuvieses conmigo. Quiero que sepas que esto no lo hago por dinero o por avaricia, sólo quiero que tomes mi lugar, dejemos las cosas aquí y ya nada puede salir mal para ambos. Aún así, con nuestras diferencias, dentro del sobre te estoy mandando tu paga de este mes por adelantado. Espero que puedas salir de esto pronto.

Con cariño John."

Miro la carta con una cara muy amarga y la parto en cientos de pedacitos. Mierda, que arrogante es este tipo, espero John y te mueras.

Al menos este dinero podrá cubrir gastos de este mes, y algo del próximo. Pero necesito encontrar hacer algo, YA. No tengo idea por donde empezar, reviso el reloj y son las 8:20am. Aún es temprano, y creo que es un buen momento para buscar un nuevo trabajo.

Salgo de casa lo más rápido posible, y camino por las calles con tranquilidad, observando lo que pasa en mis alrededores.

-Tom.-Alguien me llama a lo lejos.

Giro a ver quien es, y es el viejo Dave.

-Hola, señor Dave.-Su casa tiene cercos a los lados, pero se puede entrar sin problemas.

-¿Estas bien?.-Esta sentando fuera de su casa, sobre esos asientos que se mueven hacia arriba y abajo que usan los ancianos.




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