Érase una vez

CAPÍTULO 17: Ramón.

López me está esperando junto a una mochila en la entrada a este sitio, imagino que es la hierba que fue a recoger hace un rato. Lo pude reconocer a lo lejos, es la única persona que lleva consigo un saco militar, que por cierto, le da bastante personalidad.

Me acerco entre las carpas a López, el camino es algo estrecho. Se encuentra a pasos frente mio y al verme hace una mueca algo extraña. 

-Hola, sr. López.-Sostengo el bate de Marcos con mi mano derecha, espero no perderla.

-Hola, Tom.-No parece ser una persona con tanta carisma la verdad.

Este lugar huele a hierba y es horrible, me tendré que adaptar a esto, pues será un área muy recurrida.

-Tom... como dijo Marcos, te acompañaré sólo por esta semana.-Me señala el bate.-Ten cuidado con esa cosa, Marcos ama ese bate por alguna razón.

-Gracias...-Evito agregar muchos comentarios al respecto.-Lo haré.-Señalo el bate.

-Bien, sígueme.-Mientras caminamos a la salida, puedo ver como lleva una pistola en la parte trasera de su jean. No me asusta del todo, yo también llegué a portar uno de esos.

Salimos de este sitio y caminamos por el túnel del puente. La poca iluminación de este lugar hace que parezca una película de terror. Logramos despejarnos de todos esos malandros, ahora estamos en la pista principal del lado Este del puente Óleo.

-¿Has traído alguna otra arma?.-La luz del semáforo esta en roja y cruzamos.

-No porto un arma hace años.-Acomodo el bate en mi hombro.

-Es arriesgado salir sin una pistola por estas zonas, espero que sepas a que te estas enfrentando.-López fácilmente puede tener sus 40 años, es íntimidante por las bruscas facciones que carga, también sus cicatrices que lleva en el rostro... lo vuelve aún más... sádico.-Marcos me conto que fuiste uno de los pioneros, gracias por iniciar todo este cambio junto a él.-No evito sonreír por este cumplido.

-No hice mucho para serte sincero, en la primera pelea callejera que tuvimos, termine postrado en cama. Recuerdo bien el momento en que me partieron la pierna derecha con una barra de hierro.-Fueron 3 largos meses de recuperación.

-Lamento eso Tom... aún así aportaste mucho a esta comunidad. Necesito que sepas algo, a mi me agrada las personas con iniciativa.-Nos adentramos en una calle, esto se vuelve cada vez más estrecho y oscuro.-¿Sabes manejar eso?.-Me señala el bate.

-No... Espero que me pueda mover fácilmente con esto.- Sonrió levemente.- Recuerdo que durante el enfrentamiento, utilicé un tubo oxidado, era lo único que podía utilizar en ese momento.

-Nunca me contó de donde saco ese bate, pero al parecer tiene más historia de lo que imagino.-La calle se vuelve aún más oscura.-Me sorprende que te lo haya confiado Tom. Yo no he visto a nadie más portando esa cosa.

Llegamos a otra calle, pero esta vez nos adentramos a un callejón sin salida, o eso quería creer.

-Como puedes ver...-Se rasca la cabeza.-En esa puerta de ahí, se realizan grandes apuestas "ilegales".-Es una puerta metálica grande, incluso parece que es muy pesada como para abrirla.-Este sitio corre centena de miles de dólares por noche, drogas, prostitutas... Y no te miento. En ocasiones vengo a divertirme un rato, pero me sale muy caro está broma.-Busca algo en su bolsillo delantero.-Esto te servirá.

Me entrega un papel doblado en cuatro.

-Acá esta el nombre del sujeto al que le debes vender estos 18 gramos de hierba.-Me sonríe a duras penas.-El riesgo es mínimo, es un buen sujeto, ya lo conocerás. De todas formas, lleva el bate contigo, se te ve medio amenazador portando el bate.

-¿No me vas a acompañar?.-Me estoy poniendo algo nervioso, viejo, esto ya no es un juego.

-Lo lamento... tengo un problema con uno de esos patanes y no tengo ganas de discutir con nadie.-Él toca la puerta.

-¿Te quedas aquí afuera?.-Mi mano izquierda esta temblando un poco.

-yep.- Se abre una mirilla de la puerta.

-Clave.-Una voz intimidante sale detrás de la puerta.

-Etanol.-Murmura López

-Oh... López, no te vi. Creí que eras el tipo flacucho que está a lado tuyo.-Dice el sujeto mientras abre la puerta.

-No pasa nada.-Me señala que entre al lugar.-Es un viejo amigo, va hacer un intercambio rápido y saldrá cuando antes sea posible.

-Claro...-Me observa raro, imagino que será por el bate que tengo en mano.

Al ingresar, el sujeto es gordo y muy alto. Tiene un tatuaje en la cara, no puedo reconocer muy bien la figura por la poca iluminación, pero parece ser un trébol. 

Yo ingreso sin más.

Camino en el angosto pasillo de este lugar donde la lujuria está en cada rincón, la baja iluminación de una luces led color rosado muy opaco alumbran un poco el pasillo.

-¿Eres nuevo en la ciudad?.-El sujeto se encuentra detrás mío.

-No, pero si es mi primera vez ingresando al lugar.-Sostengo el bate con fuerzas.

-¿Cómo te llaman?.-Vaya entrevista de mierda.

-Tom...-El sujeto sostiene mi hombro.

-¿Conoces a Marcos?.-Tiene la cara media sorprendida.

-Si, es mi mejor amigo.-Supongo que Marcos contó de mi a todo mundo.

-Wow.-Ahora camina a lado mío, cada vez estamos más cerca de llegar a la parte principal.-Eres historia hermano, me sorprende que hayas acompañado a Marcos a dominar todas estas calles.

-Si...-Llegamos, el ambiente es muy distinto... parece ser un bar.-¿Conoces a un tal Ramón?

-Claro, él esta sentado justo en la esquina derecha.-Me señala más o menos dónde tengo que ir.-Es el sujeto que lleva gafas negras.-Antes de ingresar al lugar, me sostiene del hombro nuevamente.-Cualquier cosa, soy Fred.

-Entiendo... gracias.-Al entrar, las luces led de la habitación, cambia de colores de ves en cuando, hay mesas de billar, mesas con cartas de póker, un tubo con un pequeño escenario... y también un bar en el lado izquierdo de la sala.

Esperaba que el lugar fuese un poco más grande, aún así y sin problemas, pueden entrar al menos 30 personas en esta gran habitación.




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