Érase una vez

Capítulo 24: Bate.

Está situación me parece algo irreal, me acabo de tomar una ducha en casa de Marcos, y el bastardo tenía toda la razón con lo que me habló aquella vez. Tiene absolutamente todo lo que un hombre le gustaría tener, agua caliente, una piscina en su patio trasero, una sala de juegos con billar, mesa de fulbito y una tabla para jugar poker. Al salir de la ducha, no tuve de otras que aceptar la ropa de Marcos, lleva un estilo medio mierdas. Pero no hay algo que no belleza no puedo vencer.

También olvidé mencionar que llevo un parche en el cuello, es incómodo, pero evita que me muera desangrado. Ojalá y Rose no me cuestioné tanto, del porque tengo un agujero en el cuello.

-Tom, aún la propuesta de ser compinche está en pie.-Esta fumando frente mío en su sala, creí que me iba a dar uno, pero cumplió al pie de la letra el hecho de que ya no volvería ni a fumar, ni a consumir ninguna de sus mierdas.-No me complico mucho como tú en este tipo de cosas.

-¿Qué dices?.-Me levanto del sofá cama.-Mira Marcos, yo tengo una casa, tengo a alguien en casa que se preocupa por mí, y manejo un estilo de vida distinto al tuyo.-Recojo el saco gris que estaba colgado a lado de la puerta principal.-¿Me puedo echar un poco del perfume?.-Hay un perfume en la ventana que está junto a la puerta.

-Claro, si quieres llévatelo. No uso esa loción desde hace mucho.-Agarra las llaves que estaban en su mesa de vidrio que se encuentran en el centro de la sala.-Bueno, no es un buen momento para discutir.-Abre la puerta.-Tenemos que ir al puente, te tengo un nuevo encargo para ti.

-Si... Comprendo.-Marcos me entrega un arma, es una pistola como las que usa los policías en las películas de acción.-¿Y esto?

-Ya que no tienes mi bate, es lo único que te puedo dar, por ahora.-Me da una recarga.-Ya has usado uno de estos antes, no creo que se te complique jalar del gatillo.

-Han pasado años...-Miro el arma, y no la recordaba tan pesada.-Ojalá y no tenga que usarla hoy.

-Uno nunca sabe que puede pasar, lo mejor, es siempre estar listo a cualquier problema que pueda surgir.-Me entrega un estuche del arma.-Esto te lo colocas bajo el jean, es simple, tiras el arma dentro y estarás seguro.-Salimos de su casa.

No estamos tan lejos del puente Óleo, quizás a 3 cuadras de aquí. Mi impresión de Marcos siempre a sido de un tipo irresponsable, sin objetivos en la vida, inmaduro, y de un jodido drogadicto. Sin embargo, me cayó la boquita, parece ser incluso un tipo muy responsable consigo mismo. Sin embargo, vivir con una soga al cuello, no debe ser agradable al momento de ir a dormir, pensar en que estás buscados por tantas pandillas, debe de ser... Agobiante. 

Llegamos, cruzamos la pista para pasar bajo el puente.

-Tom, iré al grano.-Caminamos entre la multitud de gente que hay en este lugar.-Quiero mi bate de vuelta, sé dónde está, y no será nada fácil.-Saca un papel de su bolsillo.-Mis sapitos me han dado la dirección de la guarida del hijo de puta que masacraste, digamos que está con las bolas prendidas.-Me entrega la hoja, tiene una dirección escrito en ella.-Mira, te serte sincero. Mi plan era hacerte 100% responsable de la perdida de mi bate y te dejaría todo a tus manos, pero entiendo que aún tienes miedo a muchas cosas, lo notó en tu mirar.-Silva, y López lo ve a lo lejos.-Te irás con tu guarda espalda favorito, él sabrá que hacer para que puedas salir con vida.-Se rasca la cabeza mientras observa sus zapatillas.-Si todo sale bien, te llevas a casa 300 pavos. Te lo compensare a pesar de que tú perdiste el bate.-Supongo que debo aceptar el castigo, algo mierda, pero no deja de ser mi culpa.

-Claro... Entonces... Hasta pronto.-Me alejo de Marcos, y él ingresa a su vagoneta.

López se encuentra frente mío, como por arte de magia.

-Tom, me enteré que te has metido en un gran lío.-Me sonríe con su reluciente diente de oro.-No te preocupes, te voy a ayudar a salir de esta.-Me quita el papel que llevo en la mano.-Conozco esta calle, tomaremos un taxi para no hacerla tan larga.

Sigo a López dentro de toda la multitud, llegamos a la pista nuevamente y tomamos un taxi. López le dice la calle y el taxista asiente con la cabeza, ambos entramos en la parte trasera.

-No hemos tenido mucho tiempo para conversar y conocernos un poco más.-Hace una mueca rara con sus labios.-Tengo ganas de conocerte, ya que Marcos no considera a nadie como su "colega", pero a ti sí... y me gustaría saber por qué dejaste a Marcos sólo en todo esto.

-Nunca lo dejé sólo.-Lo miro a los ojos confundido.

-Veo que no me entiendes.-Nos estamos adentrando en esta extraña ciudad.-¿Porqué no eres el compinche de Marcos?... ¿Paso algo entre ustedes?

-No, no pasa nada entre nosotros. Él es como mi hermano.-Abro mi ventana derecha.-Es que tengo a mi señora en casa, no puedo dejarla, ya me entiendes.-Me rascó el cuello, por la sutil mentira que acabó de decir.

-Claro, aveces tener a alguien que miré y cuide por ti, te obliga a cuidarte mucho más.-Cada palabra que sale de su boca me deja cada vez más rayado.-Perdí a mi hija hace un par de años, no fue una de las despedidas más bonitas que he tenido en mi vida... Porque ni siquiera se encontró su cuerpo.-Tengo la piel helada.-Recuerdo ese jueves por la noche, me dijo que se iba a una fiesta con una amiga, y no era la primera vez que lo hacía, pues se suponía que está amiga vería por ella. Le di permiso, y con toda confianza. Pero, con la única condición de que volvería a las 2AM, me pareció una hora justa.-Lo habla con tanta naturalidad que no parece afectarle.-Se cumplió su hora e incluso había pasado 30 minutos más, yo estaba en casa aquel día, incluso le pedí a Marcos que ese día iba a faltar y él acepto sin dudarlo. La llamé como unas 15 veces y en ninguna contesto.-Agacho mi cabeza porque me siento apenado por el señor.-Lo peor de todo esto es que, ni siquiera sabía a dónde había ido. Como padre, lo primero que hice fue llamar a Marcos, él de manera instantánea llamo a todos sus sapos posibles para que le indiquen dónde había una fiesta a estas horas, y sólo se encontraron 4 dentro de esta área.-El coche se detiene por la luz roja.-Fuimos a cada casa a revisar, incluso entramos con armas y con pasamontañas amenazando de vida o muerte a todos los presentes, con el único fin de preguntar por el paradero de mi niña... Pero nada.-El chófer mira de reojo por el retrovisor.-Habia desaparecido sin dejar rastro. Lo irónico de todo esto, es que ni siquiera podía pedir a la policía una orden de desaparición, pues en ese entonces era uno de los más buscados por los tombos junto a Marcos. Pasaron los días y la búsqueda se hacía imposible.-Me imagino toda la escena, y ando atrapado en la idea de que pudo haber pasado.-No te mentire, llegué a matar una 6 personas por el camino, pues eran los principales sospechosos, pero nunca hablaron. Hasta que al fin un hijo de puta habló, mientras se orinaba en los pantalones.-Me espero el peor final de todos.-Esa noche, entre 8 mal paridos, abusaron de mi niña. Primero la drogaron, entre todos se ordenaron de que iban a hacer con ella, comenzaron a grabar todo el acto y finalmente la mataron. Al verse acorralados con el cuerpo moribundo de mi hija, no tuvieron mejor idea que matarla...-Esto es más fuerte de lo que crei.-Carajo... me siento culpable día y noche de haberle permitido ir.-Se ve triste, y el taxi pará.-Bien Tom, llegamos.-Abro la puerta de mi lado.




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