Érase una vez: Leyendas de Thak Crelhus

La Codicia Humana

Érase una vez....al noroeste de Thak Crelhus, en las llanuras del desierto de Telurran, Se encuentra un deslumbrante y majestuoso reino, el orgullo de los humanos...Terraria. Milenios después de "La Disputa de los Creadores"(no se sabe cuántos con exactitud) la raza humana comenzó a surgir como civilización. Sin un lugar a donde ir ni volver, los humanos buscaron por milenios un hogar, hasta que por fin lo encontraron, así fundaron Terraria. A medida de que los humanos se volvían más y más inteligentes descubrieron....."Las Artes Rúnicas" y estas impulsaron el desarrollo de la que sería una de las razas más grandes y poderosas, sus avances en arquitectura, tecnología y magia eran como mínimo impresionantes.

A pesar de su limitada vitalidad, un solo humano podía hacer cosas grandiosas pero las proezas más grandes de la humanidad respondían a la codicia de estos. Lejos de ser perfectos aspiraban la perfección y mucho más.

Con el auge de las artes rúnicas los humanos vieron la necesidad de un líder y aquí comienza el reinado de los Lionheart. Lhian Lionheart fue el primer rey de Terraria, su manejo de las artes rúnicas era inigualable y su ímpetu inquebrantable, convirtió a Terraria en una potencia y estableció la capital de esta en la meseta de Oalis. El segundo en el trono de Terraria fue Hans Lionheart un joven rey el cual continuó con la tarea de su antecesor llevando a Terraia a la gloria y a la prosperidad pero al llegar el reinado de su hijo, Aaron Lionheart comenzó "La guerra de los eternos". Terraria no había sido el único reino fundado por humanos, otros reinos en la lejanía tales como Zafir thol , Gatskha y Estonia también eran reinos humanos. Las artes rúnicas al llegar a estos otros reinos dieron alas al ya gran ego de los humanos e impulsaron una guerra entre todos estos y Terraria por el poder.

Los protagonistas de esta guerra fueron las familias Lionheart y Dhelart, ambas reconocidas por su dominio y maestría en las artes rúnicas, su disputa duró más de 100 milenios. Los Lionheart eran muy superiores a los Dhelart en cuanto a runas se refiere pero los integrantes de su familia no superaban la centena. Pronto los habitantes de Terraria se sumergieron en la preocupación, sin los Lionheart no había nadie que pudiera defenderlos de los demás imperios.

Los habitantes de Terraria organizaron una revuelta para echar a los Lionheart, habían hecho un trato con los Dhelart, a cambió de su protección debían cederle el trono de Terraria a Andrew Dhelart, él se convirtió en rey tras el exilió de los Lionheart y los persiguió hasta el cansancio.

Terraria prosperó nuevamente y la nueva familia real fue el comienzo de lo que sería una larga descendencia. Los Lionheart desaparecieron y nadie nunca más supo de ellos, muchos intentaron descifrar los secretos de la familia Lionheart pero nadie pudo.

Los Lionheart en el exilio y perseguidos, se refugiaron en otros reinos como: Aurolia, Silveria, Kinlogdar y Daliria. Los alguna vez poderosos y temidos Lionheart ya no eran más que la sombra de lo que en el pasado fue la realeza de Terraria, pero todavía no lo aceptaban. Querían no solo recuperar el trono de Terraria sino conquistar los demás reinos y acabar con los Dhelart, pero eso nunca pasó.

Todo siguió su rumbo, ahora había paz y Terraria se convirtió en la capital humana. La hermosura del desierto era increíble, en la meseta de Oalis se podían encontrar plantas y animales exóticos, desde el centro de la meseta brotaba un manantial que hacía del lugar un tesoro perdido en el desierto. Un día llego a la capital una hermosa chica, tenia ojos color ámbar y un sedoso cabello que asemejaba al jade, sus labios eran la envidia de las Orquídeas. Pronto toda la capital se fascino con esta chica, rumores rondaban toda la meseta...-¿De dónde viene? ¿Quién es?- se preguntaban los habitantes de Oalis, era muy inusual encontrar bellezas así en el desierto.

La nobleza se enteró sobre la conmoción que había en la capital por esta chica, y decidieron comunicárselo al rey pero este no le dio mucha importancia y los ignoro, al contrario que su padre al joven príncipe le interesó mucho y quiso conocerla. La invitó al vergel del palacio, este era un lugar muy tranquilo y precioso, de ahí brotaba el manantial de la meseta y esto hacia que el lugar estuviera recubierto de arboles y de flores de todos los colores y aromas, casi era el paraíso.

El príncipe de Terraria era una persona muy arrogante y orgullosa, en ocasiones fastidiosa pero en su interior aprisionaba el dolor que sentía por no poder ser lo que su padre quería. El y la chica se conocieron ese día, él la invitaba 3 veces por semana luego fueron 5, hasta que la invitó a vivir en el palacio.

El estaba enamorado de ella, la amaba sin igual, con ella no debía fingir ni ser arrogante, en realidad todo era una fachada la cual utilizaba para olvidar ese dolor que todavía retenía en su interior, ella lo amaba tal y como era, no le importaba cuantos defectos pudiera tener....para ella él era perfecto.

Era muy evidente, ellos se amaban mutuamente y todos ya estaban conscientes de ello. El rey enfermó y ante su incapacidad para gobernar, su hijo Lancelot Dhelart ascendió al trono, pero antes se casó con Thenediel Kheltas, una hermosa desconocida que ahora pasaba a ser la reina de Terraria.



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En el texto hay: fantasia, magia y aventura, fantasia magia

Editado: 14.07.2018

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