Érase una vez un Kdrama

Capitulo 9

—Yo, estoy obligado a casarme con mi mejor amiga de la infancia y para ser sincero pienso que estoy a punto de casarme con mi hermana.

Dyland baja la cabeza y bebe de la cerveza. Max observa que este comentario le baja los ánimos a su jefe por completo, nota que desde hace rato mantiene una lucha con su corbata, Max decide no comentar o lanzarle una pregunta en ese momento. Ella, solo escucha.

—Tengo un millón de pensamientos en la cabeza y no son positivos precisamente. Mis padres son dueños de varias empresas en Corea y yo preferí invertir en las editoriales, ¿sabes por qué? —Max niega.

—Una persona, inconscientemente tiene el poder de cambiar un momento de tu vida con solo leer lo que esta escribió... lo que escribe puede tocar tu corazón en cuestión de segundos. Puedes sentir amor, furia, sorpresa y tristeza con únicamente perderte en las páginas de un libro o una historia.

Max observa a los autos pasar y Dyland quita una hoja del cabello de esta que había caído allí por el fuerte viento que soplaba, probablemente una tormenta vecina que llegaría a la ciudad. Sin que ella lo note, la retira para luego dejarla a un lado, Max lo observa y él sonríe poco, pero le da la impresión de que su jefe... No es tan malvado como todos piensan.

—¿Qué opinas tú?, futura estrella literaria —Max sonríe.

—Opino que los lectores de ahora no son los mismos que los de antes. Recuerdo, por ejemplo que los libros que me leía para sacar los trabajos de mis estudios tenían faltas ortográficas. Aquellos libros cuyo número y página exacta desconozco, tenían faltas ortográficas. En la actualidad, aquellos que leen en apps pretenden encontrar una ortografía 100% perfecta. Entonces, si es un libro que ya leyeron millones de personas y tiene fallas en su gramática ¿cómo pretenden que un escritor, por su propia cuenta, edite todo un libro sin saltarse un solo error de él?, ¿cómo pretenden juzgar ahora los libros de los demás por la ortografía y olvidar que los escritores actualmente tienen que editar, ilustrar, promocionar y evaluar (Que quedé claro que no se justifica que un libro tenga montones de faltas de ortografía).  A lo que me refiero es que ¿cómo quieren que surjamos como escritores si los propios lectores en lugar de hacer una crítica constructiva la vuelven destructiva cuando algunos no tenemos todas las herramientas necesarias?.

Dyland se muestra interesado en lo que Max opina. Hasta ahora no había puesto atención en lo que un escritor cree, piensa u opina sobre algunos lectores, así que se cruza de brazos y sigue escuchando. Probablemente tenga algo que aprender de su futura estrella.

—Juzgan el contenido sin terminar de leer el libro. Hoy día está de moda la sexualización exagerada en los personajes en los textos en lugar de darle algo más al lector. En ocasiones pienso que algunas aplicaciones explotan al creador del contenido y no los dejan sacar su verdadera esencia.

—¿Ese comentario fue una queja o una crítica para tu jefe? —Max ríe y la sigue Dyland.

—¡No!, usted muestra al principio las historias de los escritores novatos y las actualiza cada semana, de una manera u otra ayuda al escritor a crecer. Note además que su departamento ayuda a encontrar historias diferentes, fuera de lo que se lee actualmente, dejan los clichés a un lado —Dyland le da vueltas a la botella en su mano y luego habla:

—He observado por mi cuenta comentarios positivos y negativos de algunos lectores y me pregunto: ¿Si te gusta leer romance?, ¿qué demonios haces leyendo una historia de terror?, ¡es obvio que no te gustará! —Dyland recuerda los comentarios que había monitoreado de una de las historias de Diego.

—Yo. No veo el momento de que aquellos escritores que nos esforzamos, por ejemplo en mi caso, de llevar un mensaje más personal. Creando un contenido diferente, seamos sacados de las sombras al fin y nos dejen mostrar todo nuestro potencial —él la observa a los ojos.

—El problema de un escritor sin paga es: el joven no lee libros de fantasía, romance, terror, ficción o paranormal porque las creen aburridas. El adulto no se atreve a leerlas porque creen que no están a la altura. Y a los que les gusta, temen decepcionarse al leerlas. Entonces ¿qué se supone que debemos hacer como escritores o lectores? —Dyland reflexiona por un segundo.

—Seguir adelante y escribir lo que realmente te hace feliz —dice Dyland.

—O decir que no te quieres casar y listo —comenta Max

—¡Adelante!. ¿Crees que no sé lo que dicen de mí a mis espaldas en la editorial?. No soy tan mala persona como parezco ¿sabes?.

Dyland sigue tomando de la botella hasta que se la acaba y después comienza a verter el líquido de la botella de Max en la de él para beberla después. Max recuerda las palabras de Oma y luego ríe.

—¿Qué?, ¿crees que no bebía?, ¡soy humano también!. Volvamos adentro a ver si ellos no se fueron a un hotel y nos dejaron aquí.  

En el local, ambos se dirigen al lugar donde se encontraban hace unos minutos. Sin importar la risa y el sonido de la música, una voz extrañamente familiar se oye justo frente ellos. En la zona oscura del local se encontraba Leo y otros hombres en una charla bastante amigable. Max toma del abrigo a Dyland al observarlo y se lo lleva con ella al baño de hombres cuando observa que Leo se levanta y viene caminando en su dirección.

Confundido, se detiene, pero es arrastrado hasta entrar al baño. Adentro, los encierra a ambos en unos de los cubículos.

—¿Estás loca?, ¿por qué de repente estás calmada y luego haces una locura, ¿es un hábito tuyo o no te puedes controlar?.

Max toma la cabeza de Dyland y la baja mientras están encerrados en el baño, luego tapa su boca al observar hacia afuera.

—¡Cállate!, nos van a oír ¡guarda silencio!

Dyland sube la cabeza y observa a tres hombres afuera, dos de ellos entran a los inodoros y el otro solamente se lava sus manos.

—¿De cuál de ellos te estás ocultando?




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