Érase una vez un Kdrama

Capítulo 13

Dyland escucha su teléfono vibrar mientras observa la imagen que Sofía había tomado recientemente, él toma la llamada sabiendo perfectamente quién era y sobre que se trataba.  En unos segundos que para él se volvieron eternos el abogado Liu escucha la vos de Dyland a través de su teléfono. Dyland le habla rápidamente sin poder darle tiempo de explicarle lo que ocurre.

—Supongo que en estos momentos ya firmó el acta de matrimonio, ¡por favor!, dígale de mi parte que en un año la dejaré libre de esta farsa. Nuestros padres creen que un papel logrará florecer sentimientos que ni el destino pudo hacer surgir entre ambos desde hace mucho tiempo.

—Me temo que hubo un error.

Dyland se levanta de su silla mientras Sofía aparece en su hombro. Él camina por la oficina lentamente y luego se detiene en la ventana, observando a los autos pasar.

—¿Qué clase de error?, ese documento fue revisado incluso por un juez abogado. 

—Señor, el documento que ahora tengo en mis manos es un contrato de su Editorial. 

Dyland se detiene y luego toma el teléfono con la otra mano.  Tras colocar el altavoz le hace señas a Sofía que dirija la llamada y pueda hablar cómodamente sin estar cerca del teléfono.

—¿Qué?, pero yo te envíe el documento, ¡no hubo error!... dame un momento por favor.

Dyland camina hacia el escritorio y luego abre la caja fuerte oculta en él, Toma ambos sobres y saca los papeles de su interior, luego se coloca los lentes y seguidamente los pone sobre el escritorio. Llevándose las manos hacia su frente para limpiar algo de sudor que se había deslizado, pregunta:

—¿Liu?.  

—¡Si señor!. 

—Por favor dime que hay una manera de anular ese documento una vez firmado —se sienta. 

—Me temo que no, ese documento únicamente se anulara a partir de un año.  ¿Usted tiene el documento en su poder?. 

—Lo tengo en mis manos justo ahora.

—Aproximadamente ¿en cuánto tiempo puede hacérmelo llegar?.

—Liu... al parecer mi secretaria firmó por error el documento. 

—¿Cómo que su secretaria firmó el documento?.

Impresionada, pero feliz. Queen le quita el teléfono de las manos a Liu al escucharlo decir esas palabras. Queen coloca el teléfono en altavoz y luego Liu comienza a caminar detrás de ella. 

—¿Qué hizo qué?.

—¿Hola, Queen?, ¿cómo estás? —pregunta Dyland desde el otro lado. 

—¿Qué, cómo estoy?, ¡estoy feliz!, ¡no me pasaré contigo!, ¿cómo quieres que este?.

Queen le entrega el teléfono a Liu y luego lo abraza alegremente para luego darle un beso en la mejilla. El abogado la observa confundido mientras ella se dirige a la cocina, abriendo una botella de vino y celebrando el error que su mejor amigo acaba de cometer.

—¿Está celebrando?, ¿ella está celebrando no es así abogado? —pregunta Dyland al conocer perfectamente a Queen. 

—Parece una niña que acaba de recibir una muñeca en navidad.

—¿Y ahora como le digo a Max sobre esto?.  

—Usted y la chica tendrán que esperar hasta el año que viene para poder solicitar él divorció. Mientras tanto usted está casado con su secretaria... Señor. 

Dyland afloja su corbata y luego se pasea por la Oficina buscando alguna idea o una posible solución ante el error. Él sabe que debe contarle de esto a Max, pero no sabe cómo ella lo tome. Bien o mal ambos están atrapados y sin posibilidad de anular dicho contrato, de hacerlo, esto podría presentarle cargos legales o la pérdida de su puesto en la empresa.

—Sofía llama a Roberto y dile que busque a Max en la dirección que le voy a dar. Abogado, le suplico que no le diga nada a nuestros padres y por favor le ruego... dígale a Queen que sea prudente con esto. 

Dyland le da fin a la llamada y luego observa de nuevo el documento en el escritorio pensando en ¿cómo le dirá a Max que está casado con ella?. En unos minutos más tarde se encuentra Roberto fuera de la casa de Max, observando en su teléfono el correo de Dyland. 

—¡Tiene que ser esta!.

Roberto baja del auto y luego toca el timbre, en unos segundos aparece Oma sonriendo amablemente, Roberto se queda con la boca abierta al observar que la madre de Max es Oriental. Esta era la razón de que Max manejará a la perfección los palillos al comer cuando él solo picaba la comida con ellos, además de inclinarse ante las personas mayores y llevar comida parecida a la que Dyland acostumbra a comer.  

—¿Hola?, ¿qué desea?. 

—¿Usted es Oma?, la madre de Max, yo le traigo un recado muy importante —Oma le sonríe y luego lo invita a pasar.  

—¿Tú quién eres muchacho? —Oma lo invita a sentarse. 

—Soy el chofer de Dyland... El jefe de Max. 

—Max no está en este momento, fue a comprar pan a la tienda —se levanta y toma otro plato— ¿no rechazarás a esta mujer si te invita a comer?... ¿No es así? —Oma le sonríe. 

—Le agradezco mucho su hospitalidad, pero estoy trabajando ahora.

Roberto observa el guisado de Oma y sus ojos se pierden adentro de él. Dyland en ocasiones lo hacía comer comidas a la que él no estaba acostumbrado, un delicioso guisado casero era algo que no había probado desde hace mucho tiempo.

—Yo no le diré a tu jefe, ni tú tampoco, así que ambos podemos mentir. 

—¡Es en serio?, ¿qué hace él aquí?.

Max llega y observa el auto de Dyland estacionado afuera. Ella se encoge de hombros sabiendo que si estos dos se conocen no se llevarán para nada bien. Suspira lento, para luego entrar a la casa conteniendo el aire dentro de su cuerpo esperando la “sorpresa", pero se desinfla como un globo al observar a Roberto sentado en la mesa junto a Oma.

—¡Oh!, ¿hola, lamentó interrumpir su comida, pero el jefe te requiere en su oficina... ¡Ahora! —le informa

—¡Ninguno de los dos saldrá de esta casa sin haber comido aún!, no te llevarás a mi hija con el estómago vacío.  

—Es mejor que nos acompañes en la mesa, a Oma le molesta mucho que rechacemos su comida, así que si quieres vivir... ¡Tendrás que comer! —Max pasa por un lado y luego Oma le señala la mesa. 




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