Érase una vez un Sueño

Capítulo 1

—Per—

—No crees que le estás aplicando demasiado maquillaje, Evie —acota Mal.

Evie suelta una risa burlona.

—Mal, se que no es tu intención pero me ofendes.

—Hablando en serio, Per. ¿Por qué dejaste que Evie te pintorretera? Nunca lo habías permitido.

—Es que se ve tan entusiasmada que no pude negarme, además, me pica la mano desde que cruzamos el campo de fuerza y creí que eso podría distraer mi mente.

—Si quieres distraerte, observa a tu alrededor. Encontrarás cosas más interesantes.

Enfoco la mirada en Jay y Carlos devorando los dulces como si no hubiera mañana.

—Mal, creo que tendré que contradecirte —dice Evie.

Asiento.

—Oh, por todos los embrujos.

Le sigo la mirada a Mal encontrándome con un cartel gigante que profesa: "BIENVENIDOS CHICOS DE LA ISLA".

Y a su vez unos chicos con uniformes e instrumentos caminan hacia una misma dirección.

—Wow, hasta trajeron a una banda a recibirnos —comenta Evie aguantando una sonrisa.

—Que fabuloso —Mal pone los ojos en blanco mientras suelto una risa —. No es momento para bromas, Carlos y Jay, sus padres confían en ustedes; al igual que tú madre, Evie; y Per, está de más decir que mamá espera mucho de nosotras. No los vamos a decepcionar, ¿De acuerdo?.

Todos asentimos sintiendo la presión sobre nuestros hombros, de nuevo.

Ser escogidos para ir a Auradon era un sueño hecho realidad para nuestra madre. Por ello, nos encomendó a los cinco encontrar la varita del hada madrina, romper el campo de fuerza de la isla y liberar a todos los villanos.

A Mal le pareció a gran oportunidad para probarle a madre que puede estar orgullosa de ella, el deseo de Mal siempre ha sido enorgullecer a nuestra madre. Mientras que yo, estoy más emocionada por conocerlo a él que por dominar el mundo.

De solo pensarlo hace que mis mejillas se sonrojen, esa fue la verdadera razón de porqué deje que Evie me llenará de maquillaje. Además, de que así no se nota tanto que me derrito por él.

La limosina se detiene, hay un gentío reunido alrededor de nosotros con banderas, música y Vítores.

Mal abre la puerta dejando el reducido espacio con su habitual cara de poker, mientras que Evie baja con una reluciente sonrisa.

Cierro los ojos y suelto un suspiro llenandome de valor.

¡Tu puedes, Per! Es solo un hombre, no es la gran cosa.

Bajo del auto aguantando los nervios, hasta que veo a una niña saludarme con la mano.

Le regreso el gesto con una radiante sonrisa, haciendo que todos los niños a su lado imiten su acción.

—Tienes todo lo demás, ¿Por qué quieres esto que no se que es? —Carlos forcejea con Jay por una ¿Cortina?.

—¡Porqué tú lo quieres! —exclamo Jay.

Volteo los ojos siento vergüenza de mis amigos.

—¡Chicos! —les llama la atención Mal —, tenemos público.

Dejan de pelear, pero no sueltan la cortina, a comprobar si lo que dice Mal es verdad.

De esta manera se arruina tu primera impresión en tres segundos.

—Solo estábamos limpiando —Jay por fin la suelta y se levanta dando su mejor sonrisa de "yo no he hecho nada malo".

Carlos también se levanta y nos enseña su boca llena de una golosina color marrón.

Trato de contener una carcajada mordiendo mi labio inferior.

—Déjenlo cómo estaba —pidio una señora con una sonrisa —, y me refiero a que lo dejen, de verdad.

Le dedico una sonrisa sin mostrar los dientes cuando Jay y Carlos sacan de sus bolsillos todas las que cosas que habían de la limosina.

—Hola, bonita. Mi nombre es Jay —se acerca con una sonrisa a una morena con aires de presuntuosa.

Ella solo sonríe y presiona más el brazo de su acompañante.

—Bienvenidos a la preparatoria —se interpone entre Jay y la presuntuosa —. Soy el hada madrina, la directora.

Tomo la mano de Mal y la presionó un poco. Ella me devuelve el gesto.

El plan va más encaminado de lo que imaginé.

—¿El hada madrina? ¿La del bibidi babidi bu? —trata de fingir no estar del todo interesada.

—Bibidi babidi, tu lo dijiste —confirma lo obvio.

—Si, sentía curiosidad. Que habrá sentido Cenicienta cuando apareciste con esa varita brillante, una radiante sonrisa y esa varita brillante —vuelvo a presionar su mano.

Ella voltea a verme de reojo.

"Cálmate" le digo sin sonido alguno, ella lee mis labios y suelta un suspiro.

—Eso fue hace mucho tiempo atrás —responde nostálgica al hada madrina. Agradezco que no haya notado la nada sutil insinuación de Mal —. Es lo que suelo decir, "concentrate en el pasado y te perderás del futuro".

Siento una mirada sobre mi, desvío la vista hacía esa dirección y quedó atónita.

Nuestras miradas se encuentran y contengo la respiración.

No lo puedo creer.

Mi corazón late descontroladamente, tan fuerte que siento que cualquiera que esté a mi lado puede oír a mi pobre corazón desbocado.

El hombre por el que he soñado despierta, por el que he corrido hacia el otro lado de la isla solo para verlo a través de la televisión, el único hombre que ha despertado en mi algo más que asco y fastidio.

El hombre del que he estado enamorada desde que lo ví a los siete años, él está justo frente a mi.

—Es un placer al fin conocerlos, soy Ben —nos dedica una sonrisa y me olvidó de como respirar.

—Príncipe Ben, será nuestro rey —lo interrumpe la presuntuosa.

Por supuesto que lo sé. Será coronado en un mes a partir de hoy, aunque eso no puedo decirlo en voz alta.

—¡Adoro a los príncipes! —exclama Evie —. Mi mamá es una reina así que eso me convierte en una princesa.

La observo indignada. Mi mejor amiga le está haciendo ojitos al chico que me encanta, aunque ella no sabe que me encanta, que falta de respeto.

—La reina malvada no tiene ningún título aquí, al igual que tú —la insulta con una sonrisa falsa.

¿Qué le pasa a esta perra? ¿Y por qué tiene agarrado el brazo de mi hombre?.



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En el texto hay: fanfic, descendientes, romance

Editado: 20.09.2024

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