—Per—
—Pensé que no ibas a venir —Ben me recibe con una sonrisa.
—Lo siento, se me hizo un poco tarde. Estuve conversando con los chicos hasta hace un rato.
Me siento sobre una especie de manta o mantel.
—¿Cómo se están adaptando? Por más que les pregunto siempre me responden con un simple "bien" —trata de imitar el estilo despreocupado de Jay haciéndome reír.
—Todo aquí es extraño para nosotros, y no parecemos agradarle a nadie excepto a ti y el hada madrina —lo pienso unos segundos —. Bueno, hoy conocí a dos chicas.
Atrae una canasta hasta nosotros y empieza a urgar en ella.
—¿Cómo se llaman?.
—Tessa y Ayla.
—Te hiciste amiga de la hermana de Flynn.
—No podría decirse que somos amigas porque solo hemos hablado una vez, pero puede que estemos en ese camino.
Saca un tazón lleno de bolitas oscuras y arrugó la nariz.
—¿Qué es eso?.
—Dijiste que querías probar cientos de dulces, aunque no sabes si te gustan. Así que te traje uno de mis favoritos —lo coloca frente a mí —. Se llaman bombones de chocolate.
Tomo uno un poco dudosa y lo llevo hasta mi boca.
Pruebo un poco de él soltando un gemido de placer.
—Esta delicioso —me lo como completo.
Ben esboza una sonrisa triunfante.
—Bueno, continúo con lo que iba a decirte —agarro otro bombón —. Evie conoció a un chico en su clase de química, dice que es todo un príncipe encantador, aunque no entiendo bien que significa.
Se ríe.
—Carlos y Jay hicieron una prueba para ver si entran al equipo de tourney, aunque tampoco sé que es eso.
—Es el deporte oficial de Auradon. Mezcla varios deportes en uno, lo que lo hace más emocionante y arriesgado —levanto una ceja —. Va haber un partido en unos días, deberías ir a vernos jugar.
—Lo pensaré —sonrió coqueta —. Y a Mal la viste está tarde.
Suelto la espinita que tengo atravesada en la garganta desde que Mal me lo contó.
He decidido disfrutar del momento, sí. Pero no puedo negar que hay una mínima pizca de fe en mi que añora que algún día mis sentimientos sean correspondidos.
—Vi el dibujo en su casillero y le propuse que se inscribiera en la clase de arte. Pero no estuvo nada interesada.
Ese comentario despierta mi interés.
—No sabía que había una clase de arte. Dame más información.
—Eh, cualquier estudiante puede convertirse en integrante, el club costea todos los materiales y todos los años tienen un concurso y el cuadro ganador es exhibido en la galería de la escuela.
Tengo que usar todo lo que esté a mi alcance para convencer a Mal de unirse a ese club.
No es la galería de Rapunzel, pero es un comienzo.
—Honestamente, me alegra que te sientas bien. Estaba un poco preocupado.
—¿Si? ¿Por qué? —trato de sonar lo más casual posible.
—Te fuiste corriendo de la biblioteca —me entrega mi mochila y los libros que había dejado en la mesa —. Me empecé a preocupar cuando demoraste en aparecer y luego Henry me dijo que te había visto irte corriendo.
Mis mejillas empiezan a sonrojarse y desvío la mirada.
Mierda.
—Quiero disculparme si te hice sentir incómoda —su voz desborda arrepentimiento —. No sé que hice, o dije, pero te ruego que me perdones.
Suelto un suspiro enfrentándome a él.
—No me hiciste sentir incómoda, solo que tú comentario me tomo por sorpresa.
—¿Mi comentario? —arruga la nariz confundido —. ¿Qué dije?.
"—Que lastima que abriste los ojos, quería besarte."
Su voz resuena en mi cabeza haciéndome sonrojar aún más.
Ben me observa detallando cada parte de mi rostro poniéndome aún más nerviosa.
—Dijiste que querías besarme —digo por fin.
Abre un poco más los ojos realmente sorprendido.
—¿Lo dije en voz alta?.
Asiento.
Sus mejillas se tiñen de rojo pero no desvía la mirada.
—Lo lamento, no iba a decirlo. O sea, si lo pensé, pero no creí que lo había dicho en voz alta —balbucea nervioso —. Yo...
Cubre su rostro con ambas manos sacándome una sonrisa.
—De nuevo, perdóname si te incomode. No debería tener esos pensamientos hacia ti, no es digno de un caballero, pero no sé que me sucede, cuando estoy contigo no puedo pensar con claridad —se gira a mirarme —. Justo como ahora, de verdad, lo siento.
Suelto una risita.
—Eres adorable —digo antes de poder controlarlo.
Ben esboza una sonrisa.
—Tu también eres adorable.
Trato de reprimir mi sonrisa pero no tengo éxito alguno.
—Gracias, por guardar mis cosas. Justo necesito estos libros para hacer un informe mañana con las chicas —muerdo mi labio inferior sin apartar la vista de él —. No me incomodaste, solo hiciste que me pusiera sumamente nerviosa —confieso.
—¿Te pongo nerviosa? —su mirada se intensifica dejándome sin aliento.
—S-si.
Me dedica una sonrisa pícara y caigo a sus pies.
Ay Ben, ¿Qué voy hacer contigo?.
Se acerca lentamente a mí, pero se detiene de golpe.
—Traje algo que deberías ver —cambia de tema.
Trato de esconder la decepción en mi rostro.
—¿Qué es?.
—Encontré este libro en la biblioteca real, detalla los tipos de magia que se han registrado en todo el mundo —saca el libro de mi mochila y va a una página en específico —. Y mira este, se llama magia de luz/energía.
—Es un tipo de magia técnicamente extinto, se caracteriza por la habilidad de formar figuras y materializar criaturas creadas con luz que dependen de emociones y/o pensamientos. Se dice que poseen muchas clases de habilidades que varían basado en la capacidad del portador —leo en voz alta —. Además de un poder curativo que funciona no solo en si mismo, e inclusive con solo estar cerca del portador. Los síntomas de la aparición de esta magia son la fiebre alta y el calor extremo, a consecuencia de la cantidad de energía que reúnen.
Lo observo conmovida.
—Wow, Ben. Descubriste cuál es mi tipo de magia. Debió tomar mucho tiempo.