Capítulo Siete
¿Me acompañas un mes a Canadá?
Ya habían pasado dos semanas desde la última vez que había visto a Thomas, en algunas ocasiones hablaban por teléfono, videollamada o mensajes, pero no era lo mismo.
Nunca va a ser lo mismo hablar con alguien en persona a verlo solo por una pantalla.
Alessia y su madre llevaban discutiendo desde hace días, quería convencerla de que fuera a una actividad que realizaría la escuela, pero ella se negaba.
Lo último que quería era convivir con los compañeros de su salón.
―Mamá, no quiero ir, por favor ―suplicó ―hago lo que quieras, ¿sí? ―su madre negó con la cabeza.
―Entiende, tienes que ir.
―Mami, yo te quiero y con esto vas a hacer que te odie ―su madre sonrió.
―Lo siento, pero vas a tener que ir.
―Si me pasa algo, va a quedar en tu conciencia ―su madre la miró con los ojos entrecerrados.
―No seas exagerada ―tomó unos papeles que estaban en la mesa ―nos vemos ―le dio un beso en la mejilla ―regreso temprano.
―¡¿En qué clase de escuela me metiste?! ―le gritó cuando su madre ya había salido de la casa, subió a su habitación, se acostó en su cama, tomó su celular y empezó a revisar sus redes sociales.
En el momento que decidió poner su cuenta publica sus seguidores crecieron de manera desorbitante, pasó de tener 150 a tener casi 100.000 seguidores en poco tiempo y cada día aumentaban mas.
Tal vez no sea una cantidad "muy grande" pero para ella que literalmente no realizaba ningún tipo de contenido y no era muy activa, era raro. Pero a la gente le gustaba seguir a la "Nueva conquista" de su actor favorito.
―Less ―su hermana entró a su cuarto ―¿Mamá ya se fue? ―levantó la mirada de su celular.
―Si ¿Por qué?
―Tengo una duda con mi tarea de matemáticas.
―Lo siento, pero no puedo ayudarte ―ella asintió ―ni siquiera sé cómo pasé esa materia ―comentó casi en un susurro.
―Yo tampoco ―Alessia le aventó una almohada que ella atrapó.
―¡Ya sé! Pásame tu tarea ―ella asintió y salió de ahí, después de unos segundos regresó y le entregó su libreta.
―¿Qué vas a hacer? ―quiso saber.
―Le voy a tomar una foto y se la voy a enviar a Pablo ―empezó a buscarlo en sus contactos.
―¿Para qué? ―preguntó confundida.
―Que mala memoria tienes, él es el más inteligente de mi salón, además somos amigos o eso creo.
Por suerte para ambas, Pablo le hizo la tarea a Ara.
―Less ―su hermana la miró ―tienes mucha suerte.
―¿Por qué?
―Tienes amigos inteligentes y te ayudan ―su hermana negó con la cabeza ―lo más importante, tienes amigos, yo no ―miró el piso ―escuela a la que vas, todos te hablan ―añadió triste.
―Sabes que eso no es así, hubo escuelas en las que nadie me hablaba y se burlaban de mí, pasaba todo el día sola ―respiró profundo ―yo sé lo que es desayunar sola, sé lo incómodo que es tener que trabajar en equipo, sabiendo que vas a estar sola y cuando el profesor te ve, te manda a que trabajes con tus compañeros y ellos te miran feo ―sus ojos se cristalizaron ante esos recuerdos, las caras de desagrado que le hacían se hicieron presentes ―sé lo que es que se burlen de ti, por tu físico o por cualquier cosa ―trató de que ninguna lágrima se derramara ―y no solo en la escuela ―jugó con la pulsera que tenía ―tú misma lo has visto, la vecina de aquí dice que soy una cualquiera, solo porque una día llegué a las nueve de la noche.
Recordó ese día, ella estaba con su amiga Michel y se le pasó el tiempo.
La vecina la vio llegar a esa hora, a la mañana siguiente se encargó de repartir el chisme.
Al principio Alessia se sintió mal de que dijeran eso, pero como fueron pasando los días se dio cuenta que no tenía porque sentirse así, ella sabía que no había pasado nada y con eso bastaba.
A la fecha de hoy recordar eso, a veces solía causarle gracia.
¿Cómo era posible que estuviera más atenta a la vida de Alessia que a la de ella?
Y es que la mayoría de veces suele ser así, cuando se trata de criticar, de encontrar algo de lo que hablar, un error, algo que "hizo mal" una persona, preferimos enfocarnos en eso, criticarlo sin importarnos mucho el daño que causamos, y quizá, nosotros cometimos ese mismo "error" pero no nos importa mucho porque nadie lo sabe, nos enfocamos en los demás y lo que deberíamos hacer es mejorar nuestra persona.
A la vecina que más le daba si Alessia era una "cualquiera" Mientras ella no lo fuera, que le importaba el resto.
―Si supieran que yo soy más santa que todos los que viven por aquí ―su hermana sonrió.
―Tienes razón. ¿Algún día seremos felices?
―Eso solo depende ti ―Ara analizó las palabras de su hermana y luego se fue.
Alessia dejó caer un par de lágrimas al recordar aquella etapa de su vida, para ella era tan difícil hablar de eso, cuando estaba en la primaria sufrió bullying, un grupo de niñas la molestaba, ella era muy callada y no decía nada, hubo una ocasión en la que se cansó, habló con el profesor y le dijo lo que pasaba.
Al ver que no se quedó callada las niñas no volvieron a decirle nada, porque sabían que se iba a acusar.
Su "Amiga" también la molestaba, la hacía sentir mal, al pasar a la secundaria tuvo problemas, pero en el último año fue peor, al principio le hablaban, pero después no, un grupo de chicos le empezaron a hablar y las chicas de su salón se enojaron, hacían comentarios ofensivos hacía ella enfrente de los maestros y ellos como "autoridad" no hacían nada.
Al pasar a preparatoria todo cambió, encontró amigos que la apoyaron, su mejor amiga hasta la fecha, era Victoria, se llevaban muy bien, pero no todo es felicidad, no todo va bien, su amigo Paulo tenía una novia, ella se ponía celosa de Alessia, la miraba feo y en ocasiones le mandaba indirectas.
Alessia no entendía como es que nunca les dijo sus verdades a cada persona que le hizo daño, ella tenía un carácter bastante fuerte, había ocasiones en las que se ponía pensar en eso, se imaginaba la situación y recreaba conversaciones.