Capítulo Doce
¿Te gusto?
Ambos se alistaron para ir al set de grabación. Alessia estaba muy emocionada, iba a ver como graban una escena.
La sonrisa de su rostro no desaparecía con nada, ni siquiera cuando al bajar del auto casi se cae.
Al llegar le asignaron a Thomas una asistente, se despidió de Alessia porque tenía que ir a cambiarse y a que lo alistan para las escenas que iba a grabar.
Agustín la unió a la conversación que tenía con parte de los actores del elenco para que no se sintiera sola.
Empezaron a ensayar las escenas donde participaba Thomas, solo tardaron poco tiempo.
―Tú eres Alessia, ¿cierto? ―preguntó uno de los productores.
―Si, soy yo ―ambos se quedaron en silencio, hasta que él habló.
―Una disculpa ―extendió su mano ―soy Carlos Duarte.
―Un placer ―estrecharon sus manos.
―Actúas muy bien. ¿En qué academia estudiaste? ―preguntó curioso.
―Gracias por el cumplido, pero no he estudiado en ninguna academia.
―Pero, te gusta la actuación, ¿verdad? ―asintió ―me sorprendes, para no haber estudiado en ningún lado, tienes un gran potencial, llegaras muy lejos, no tengo la menor duda.
―Gracias ―sonrió.
―¡Silencio en el set, vamos a grabar! ―añadió el primer asistente de dirección.
Alessia pensó que tardarían más pero algunas de las escenas solo se tuvieron que grabar dos veces.
Terminaron las grabaciones a la 7:30 p.m y Agustín los invitó a cenar a un restaurante.
Estaba feliz de que no le tocara quedarse hasta las tantas a grabar, esos días había estando grabando hasta las 4:00 a.m y estaba agotado.
Los tres tomaron asiento en la mesa.
Agustín tenía algo en mente, algo que llevaría acabo en ese momento.
―Espero te guste ―ella asintió mientras él no dejaba de mirarla.
―¿Te pasa algo? ―preguntó Thomas al darse cuenta, pero su amigo no le hizo caso, así que se aclaró la garganta ―te hice una pregunta ―ella lo miró, porque lo dijo un tanto molesto.
—No te escuché, pero dime, que me decías ―respondió Agustín.
―Nada importante.
―No te enojes —añadió dándole una palmada en el hombro ―mejor vamos a cenar.
La cena transcurrió entre conversaciones algo aburridas, o al menos eso creía Thomas.
Al terminar el chofer los llevó a la residencia de Thomas.
―¿Te gustó el restaurante? ―ella asintió mientras tomaba asiento en la sala.
―¿Quieren algo de tomar?
―Agua, por favor
―Agustín ¿Quieres algo?
―Si ―lo miró ―pero yo me lo preparo ―se levantó ―tú siéntate yo le traigo agua y preparo lo mío, ¿te traigo algo? ―negó ―ahora regreso.
Se fue a la cocina mientras decía un par de palabras que ninguno llegó a entender.
―¿Agustín tiene novia? ―le preguntó en voz baja, él se quedó callado.
―¿Por qué lo preguntas?
―Curiosidad.
―¿Te gusta Agustín? —preguntó incómodo.
No sabía porque se sentía así, era una simple pregunta, nada del otro mundo.
Al escuchar la pregunta el concluyó que a ella le gustaba su amigo. Sino porque preguntaba
―¿Te gusto?
Ambos vieron a Agustín, estaba parado enfrente de ellos.
―No ―respondió rápidamente ―¿De dónde sacas eso?
―¿Por qué le preguntaste eso? ―cuestionó a su amigo.
―Por nada.
―No te creo ―los miró fijamente ―¿Me vas a decir? ―se quedó callado.
―Fue porque le pregunté que si tenías novia ―él levantó una ceja al escucharla.
―¿Todavía quieres saber? ―preguntó con una sonrisa.
―Supongo que si.
―Te voy a responder tu pregunta ―le dio su vaso de agua y se sentó enfrente de ella ―¿Por qué te interesa tanto? ―preguntó curioso ―¿Acaso Thomas tiene razón? ―frunció el entre cejo ―¿Te gusto?
―Ya te dije que no.
―No se si creerte.
—No me gusta nadie en este momento.
Agustín miró a Thomas.
—¿Qué carajos me ves a mí? —soltó una carcajada y regresó la vista a ella.
―Con respecto a tu pregunta, la respuesta es no, no tengo novia ¿Por qué la pregunta?
―Curiosidad.
—¿Por qué asumiste que tengo novia?
—Porque vi como Fabiola te daba un beso y lo supuse.
—¡Ah, eso! —le restó importancia —no es porque sea mi novia, así la saludo, es de cariño.
Thomas negó.
—¿De cariño? —asintió —a mí me suena más a que la quieres besar pero sin ser nada, sin tener nada serio —se encogió de hombros.
—Mira, tú y yo nos podemos saludar así —Alessia negó de inmediato —piénsalo, sería para reforzar la amistad.
—Agustín —dijo su nombre con bastante seriedad —ya párale a tus tonterías.
—Thomas, relájate, si quieres tú y yo también podemos reforzar la amistad, tengo suficiente para todos —Alessia no pudo evitarlo y soltó una carcajada —Mira, le parece gracioso.
Agustín sonrió le parecía gracioso ver a su amigo celoso.
—Bueno, ustedes piénsenlo y me avisan.
—Yo no voy a pensar nada, prefiero saludarte como las personas normales.
—¿Por qué?
—Porque yo solo saludaría así a mi novio.
Agustín miró de reojo a Thomas a ver si este hacía algo y como vio que no hizo nada, siguió con su plan.
―No se digas más, ¿te formulo la pregunta para que nos saludamos así? ―Thomas se aclaró la garganta.
―¿Le estás hablando en serio?
―¿Tiene algo de malo? Los dos somos solteros y tenemos cosas en común. ¿Alguna objeción Thomas Pritzker?
—Agustín, no estoy de humor para tus tonterías.
—Siendo así, Alessia, no tenemos impedimentos para ser felices.
Ella sonrió por las tonterías que decía.
―Estoy cansada ―se levantó ―me voy a dormir, buenas noches.
—Buenas noches —dijeron los dos al mismo tiempo.
La vieron desaparecer y cuando escucharon la puerta cerrarse, empezaron a hablar.
―¿Qué te pasa? ―le preguntó cuando ella ya no estaba presente.
―¿Lo dices por lo que le pregunté? ―asintió ―¿Qué es lo que te molesta? ―preguntó con una sonrisa de oreja a oreja ―cuanto tengas una respuesta me avisas ―su amigo se quedó callado ―ahora voy a hablar con Alessia.