¿eres idiota? Soy tu jefa

CAPÍTULO VI

 

Camila

Desperté casi a las doce, me levante y fui a la cocina por un café me lo prepare y luego regrese a la habitación, me tome unas pastillas con el café y cuando me sentí mejor me prepare un baño, cuando estuve por entrar a la bañera me llamo mi padre.

- Hola mi niña bella, como estas

- Hola papa, ya no soy una niña – le cuestiono, para el siempre soy su niña.

- Sabes que siempre serás mi niña y todo lo que tengo es tuyo, te llamo porque tu madre y yo queremos recordarte la fiesta de hoy, sabes que ella no le gusta llegar tarde – me dice y yo rio.

- Claro que a ella no le gusta llegar tarde, si a ella solo le gusta chismear con sus queridas amigas, hablar de lo que se está moviendo dentro de la sociedad – mi padre se ríe – papa tengo que ir, es obligatorio.

- Si no quieres que tu madre nos vete por un mes de su preciosa voz, no nos conviene dejar de ir – me dice mi padre, recuerdo la última vez que no fui, mi madre nos dejó de hablar durante dos meses fue una tortura pero valió la pena, esta vez no tenía excusa aunque no quiera ir tengo que.

- Está bien papa, a qué hora me pasan a buscar – hace silencio, creo que habla con mama.

- Te recogemos como a las seis de la tarde, ¿te parece bien? – me dice.

- Si papa, me parece bien, y que no me hagan esperar sabes que me gusta la puntualidad

- Sabes que soy puntual, el problema es tu madre que siempre quiere estar perfecta – oigo una reclamación de mi madre defendiéndose.

Después de hablar un poco más nos dirigimos a la fiesta donde tendría que hacer presencia, la fiesta era muy amena, todo estaba muy tranquilo para mi gusto, música clásica, tocaba un cuarteto de cuerdas son muy buenos no me puedo quejar, me canse de estar sentada y decido pasear un poco por la sala a ver si encontraba a una de mis amigas lo cual es poco probable pero me aventure, estoy cerca de un lugar apartado y es cuando siento unas manos en mi cintura me pegan a su cuerpo y me susurran.

- Pero que hermosura me he encontrado por aquí – escucho la vos de un hombre.

- Pues creo que esta lindura no quiere ser encontrada – le digo cortante intento zafarme de su agarre.

- No es conveniente decir eso, y menos a mí – me volteo a ver quién es pero al verlo en realidad no sé quién es.

- ¿Quién eres? – le pregunto, me da una sonrisa de lado.

- En serio no sabes quién soy – niego con la cabeza – entonces me presento, soy Marco Ochoa – enarco una ceja y me cruzo de brazos.

- Y tengo que saber quién eres para que – me sigue sonriendo

- Bueno es que has conocido a tu príncipe azul – lo miro esperando que siga – a tu futuro esposo -  Me rio y el me observa asombrado.

- Que pensaste que podrías cautivarme con esas palabras, no lo creo – sus ojos se tornan oscuros, me vuelve a pegar a él e intenta robarme un beso, lo detengo y lo miro furiosa – que te pasa quien te crees.

- Yo soy el hombre de tu vida, se quién eres – lo miro esperando – eres Camila carrasco hija del dueño de los doce bares más famosos de esta ciudad y la mujer más deseada en ese mundo – me sonríe.

- Valla hiciste tu tarea pero te falto algo.

- ¿Que? – me pregunta – no creo que se me haya olvidado nada.

- Te falto investigar si se defenderme, porque al ser la más deseada debo defenderme y mi padre que esta allá – señalo a mi padre que está hablando con alguien pero observándonos – me ha enseñado muy bien y también no le importaría defenderme de cualquier hombre, asi que suéltame – le digo con una sonrisa fingida ya que estamos en un lugar donde debo guardar apariencias – y que sea la última vez que me tocas.

Me alejo de ahí estoy muy enojada que es lo que se creen los hombres de mí que soy un trofeo, un objeto que puedes obtener y ya. Me enoja que al ver me piensen que solo soy una chica más del montón que no soy inteligente, que no puedo ser una mujer independiente que no necesito de un hombre, ahsss, odio cuando los hombres me tratan así. Voy donde está mi padre con disposición a despedirme pero no me deja, porque me presenta unos amigos que se encontró.

- Camila te presento a Juan Rodríguez, uno de mis antiguos amigos – me presenta mi padre, es un hombre de una altura media ya mayor le daría unos cincuenta, se ve muy atractivo para su edad se nota que se cuida, es de pelo negro y ojos marrones y con una sonrisa que cautiva a cualquier chica.

- Muy buenas noches, soy  Camila – le saludo amablemente.

- Buenas noches, es un gusto conocer en persona a la hija de mi viejo amigo, y la que lleva a cabo la idea que hace muchos años me había comentado – me sorprendo al escuchar eso

- No lo sabía – me sonríe.

- Es muy particular mi amigo Carlos – miro a papa -  cuando me hablo de ello pensé que era una broma, pero me demostró que no era asi y míralo ahora - abraza a papa.

Desde hay empezamos una conversación amena y entretenida, descubrí que mi padre cuando joven era  muy temerario, hacia las cosas por impulsos por eso su amigo al ver su osadía sobre su negó a ayudarlo y juntos empezaron el negocio su amigo al verlo mejorar le ofreció establecer más locales luego el tubo que salir del país por unos años y regreso hace cinco años, me dijo que está buscando a alguien y que no ha podido dar con esa persona pero espera algún día poder verla y pedirle perdón.




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